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La Casa Real ha confirmado que el rey emérito Juan Carlos I se encuentra en Emiratos Árabes Unidos desde el 3 de agosto, cuando abandonó España como consecuencia de los escándalos de corrupción que le afectan y que están siendo investigados por la justicia.

China ha presentado hoy su primer proyecto de vacuna. La están desarrollando el Instituto Científico Militar y una farmacéutica. Está en la tercera fase de pruebas, que consiste en ensayos en humanos, que comenzaron en junio en soldados del ejército chino. Es un paso más pero requiere de tiempo para terminar la última fase y la autorización por parte de la OMS.

Una vez aprobada, se llegaría a acuerdos internacionales para su distribución fuera del país. De momento no se ha fijado ningún precio de la dosis.

Naciones Unidas cifra en 500 millones de euros los fondos necesarios para cubrir las necesidades más inmediatas de Beirut. Las prioridades: recuperar el puerto, para la entrada de alimentos, los hospitales dañados, y reubicar a las 300,000 personas que se han quedado sin casa, muchos de ellos niños.

Japón ha rendido un homenaje a las víctimas de la II Guerra Mundial al cumplirse 75 años desde su rendición ante las fuerzas aliadas, una conmemoración cuyo acto central se ha celebrado en Tokio con la participación del primer ministro, Shinzo Abe, y del emperador Naruhito, aunque a menor escala que en años anteriores debido a la pandemia del coronavirus. Además, cuatro ministros han visitado el santuario sintoísta de Yasukuni, vinculado al pasado imperialista nipón, lo que supone el primer acto de este tipo desde 2016.

Once días después de la explosión en el puerto de Beirut, que destruyó gran parte de la ciudad, siguen buscando cuerpos entre los escombros y llorando a sus muertos. Hay al menos 177 fallecidos y más de 6.500 heridos. Familiares de las víctimas piden que la investigación de lo ocurrido sea internacional y no libanesa y que los responsables rindan cuentas ante la Corte Penal Internacional, acusados de crimen contra la humanidad.

La explosión que sacudió hace días Beirut ha impulsado las protestas que nacieron en otoño de 2019 contra el Gobierno del Líbano. Los llamados revolucionarios aseguran que protestan contra todos los políticos, sin distinción, del más al menos importantes.

El acercamiento entre Israel y Emiratos Árabes Unidos supone un golpe sobre la mesa en Oriente Próximo. Con Estados Unidos de intermediario en ese acuerdo, se ha despertado la política geoestratégica.

Este movimiento permitirá también que Arabia Saudí e Israel,  a priori enemigos, tengan la posibilidad de negociar en público a través de los Emiratos que podría ejercer de intermediario. Precisamente los dos tienen un enemigo común: Irán y su creciente influencia regional en Líbano, Siria o Yemen, donde los saudíes mantienen una guerra con los rebeldes huthíes, apoyados por Teherán. Desde Beirut, el ministro de exteriores iraní ha calificado el acuerdo de teatro estadounidenses para intentar imponer su criterio en Oriente Próximo, una puñalada, ha dicho, a los palestinos, pero también a todos los libaneses y a todos los musulmanes. Turquía ha amenazado con romper relaciones con los Emiratos Árabes, aunque la propia Turquía tiene embajada en Israel. Como Egipto y Jordania, países musulmanes que también tratan con Israel. Naciones Unidas o la Unión Europea han aplaudido cualquier negociación que sirva para avanzar en la paz de una región convulsa. Informa Santiago Barnuevo.

El pan es uno de los principales alimentos de la cesta de la compra en Líbano, un producto básico que está subvencionado. Pero para hacer pan, hace falta harina, y buena parte de las reservas estratégicas del país estaban en el silo del puerto donde ocurrió la explosión. El Gobierno asegura que tiene reservas para cuatro meses. El incidente ha agravado la situación de pobreza en el país y ha disparado los precios.

Cientos de palestinos se han congregado en Gaza y Cisjordania para rechazar el acuerdo de normalización de relaciones entre Israel y Emiratos Árabes Unidos (EAU), anunciado el jueves, y en la Explanada de las Mezquitas de Jerusalén se quemaron banderas con el rostro del príncipe heredero de Abu Dabi, Mohamed bin Zayed al Nahyan. Con la palabra "traidor" sobre una imagen de Al Nahyan, decenas de palestinos protestaron de forma espontánea después del rezo del viernes en el recinto que acoge la Mezquita de Al Aqsa y la Cúpula de la Roca.