- Moscú ha bombardeado a los grupos armados en Siria para mostrar su apoyo al régimen, según agencias rusas
- Irán acusa a Estados Unidos e Israel de alentar los choques en la zona
Josep Borrell se despide como alto representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores en 'Las Mañanas de RNE' con "una enorme frustración" por la incapacidad para parar la masacre en Gaza. "La tregua en Líbano es muy frágil, pero, por lo menos, no va a llevar un cortejo de muertos y destrucción. En cambio, en Ucrania las cosas van peor, no podemos estar satisfechos de cómo van las cosas", asegura Borrell. Sobre la situación en Gaza, el alto representante considera que el mundo no es consciente de lo que está pasando allí. "No somos capaces de conseguir que se abran las puertas y entre ayuda para que los palestinos sobrevivan".
Respecto a cómo afectará en Ucrania la llegada de Trump a la Casa Blanca, Borrell insiste en que dejar de ayudar a Ucrania "y ponerla de rodillas delante del Kremlin sería una manera rápida, pero profundamente injusta y dramática de acabar una guerra". "Yo no quiero que esa sea la forma de acabar esa guerra. ¿Trump la quiere acabar así? ¿Tiene otra solución? No lo sabemos". Josep Borrell asegura que el mundo "está mucho peor" que hace 5 años y subraya que "hay que espabilar, hay que levantarse y ponerse a trabajar". "La guerra de Ucrania fue un despertar. Los tiempos son difíciles y la posición de Europa es frágil".
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- La comunidad yazidí rechaza a los hijos que dieron a luz sus mujeres, esclavas sexuales del Dáesh
En su primera visita a España desde que asumió el cargo hace dos años, el primer ministro iraquí, Mohammed Shiá al Sudani, valora el alto el fuego entre Israel e Hizbulá en Líbano como un paso importante al que debe de seguir otra tregua para Gaza. "Creemos que la comunidad internacional no ha hecho lo suficiente para cumplir con sus compromisos. Las consecuencias de esta guerra no terminan en las fronteras de Oriente Próximo", ha dicho en una entrevista con TVE.
Las milicias proiraníes en Irak han hecho temer una reacción de Israel sobre el país y Shiá al Sudani insiste en que el Gobierno hace todo lo que puede por estabilizar la zona. "Pero también tenemos que ser conscientes de que la raíz de este conflicto es la continuación en los actos criminales de esta guerra. Todos los pueblos de la zona siente rabia e ira ante un escenario sanguinario que diariamente estamos viendo".
Foto: Alberto Ortega / Europa Press
La tregua de 60 días entre Israel y el grupo chií libanés Hizbulá llega tras más de un año de combates entre las partes. Durante este tiempo, más de 3.800 personas han muerto y 1,2 millones han tenido que abandonar el Líbano. En la frontera entre ambos países, la población trata de retomar sus vidas de antes de tener que huir por la guerra y en ciudades como Beirut y Tiro los bombardeos han causado graves destrozos en edificios de viviendas y comercios.
Ossam Hushoush, comerciante en Tiro (Líbano), cuenta cómo afecta a su vida esta situación: "La guerra definitivamente ha afectado a nuestro sustento, nuestros negocios y nuestras vidas, pero no nos detenemos ahí, si Dios quiere seguiremos adelante y tendremos días hermosos y buenos en este país".
En la frontera israelí, intentan volver a su rutina anterior a la guerra. Como cuenta a Reuters Anne Mama, una granjera que vive en Zar'it: "Aquí estamos de nuevo. Tenemos paz entre comillas, que no creo que dure. Quizás dura un par de meses, quizás un año o dos años, pero estaremos en el mismo estado de amenaza otra vez".
- La tregua en Líbano contrasta con la realidad de la Franja, donde han muerto una veintena de personas en las últimas horas
- El Ejército israelí ha impedido en 82 ocasiones el acceso de ayuda humanitaria, según la UNRWA
Tres ataques, el último justo antes de la tregua. En el barrio de Shiya, al sur de Beirut, unos tratan de recuperar la rutina, mientras otros siguen paralizados entre los escombros. Un equipo de RTVE se deslaza al sur de Beirut.
El alto el fuego en Líbano contrasta con la realidad cotidiana en la Franja de Gaza, donde han muerto 17 palestinos en las últimas horas. La ayuda humanitaria sigue entrando a cuentagotas y la lluvia y el frío sobrevuelan el enclave palestino mientras los médicos alertan del incierto futuro para miles de niños que malviven a la intemperie a las puertas del invierno.
Foto: Omar AL-QATTAA / AFP
- El Ejército israelí asegura que ha detectado la llegada de "sospechosos" y lo califica de violación de la tregua
- Netanyahu ordena a sus militares estar preparados para una "guerra intensiva" si se violaba el acuerdo
- Los yihadistas de Hayat Tahrir al Sham han tomado el control de puntos estratégicos
- Hay al menos 130 muertos, y es la mayor operación militar desde marzo de 2020
En 24 horas de RNE, conectamos con Beirut para hablar con Alejandra Salvat, la delega de la Cruz Roja Española en el Líbano, donde "hay un ambiente de celebración". La noticia del acuerdo de alto el fuego entre Israel y Hezbolá ha sido acogida entre la población libanesa "con esperanza", cuenta Salvat. "Hay un sentimiento de alivio general" tras unas semanas críticas de violencia. "Todo el mundo sabe lo que vamos a enfrentar en las próximas semanas y va a ser un reto", añade la Salvat, que espera que este alto el fuego pueda traducirse a largo plazo en un acuerdo de paz y estabilidad futura. "Las consecuencias de esta guerra no van a sanarse en las próximas semanas", lamenta la delega de Cruz Roja Española en Líbano. Entrevista completa en RNE Audio.
Las banderas de Hizbulá ondean en el barrio de Dahiya, el suburbio de Beirut bastión de la milicia y una de las zonas más castigadas por los bombardeos de Israel. Es la primera jornada sin ataques sobre Líbano en 416 días, y muchos de sus seguidores lo consideran un triunfo. La guerra ha dejado un saldo de más de 3.800 muertos, unos 16.000 heridos y más de un millón de personas obligadas a abandonar sus hogares. Ahora, muchos de ellos se lanzan a las carreteras para regresar a sus casas.
El acuerdo de alto el fuego consta de tres etapas: la primera, una tregua inicial, seguida del repliegue de las fuerzas de Hizbulá al norte del río Litani y la retirada total del ejército israelí del sur de Líbano en un plazo de 60 días. En medio quedará una zona de unos 30 kilómetros en la que tan sólo el ejército libanés estará autorizado a desplegarse. El gobierno de Beirut ya ha enviado a miles de soldados Desde Israel, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu advierte de que se reservan el derecho de retomar los ataques si consideran que Hizbulá ha violado el acuerdo.
Tras las primeras horas del acuerdo de alto el fuego analizamos si es una victoria de Benjamin Netanyahu, como lo dibujan en Israel, o fruto de una serie de condicionantes que hacen que a Israel le cueste mucho mantener una operación militar contra Hezbolá; con Sonia Sánchez, vicedecana de Internacionalización y profesora de Relaciones Internacionales de la Universidad Francisco de Vitoria.
- Según Netanyahu, desde EE.UU. trabajan para introducir medidas dirigidas contra la CPI y los países que cooperen con ella
- Las órdenes de la CPI, emitidas el pasado jueves, también incluyen cargos contra el líder militar de Hamás, Ibrahim Al-Masri
- El plan acordado tiene tres etapas y prevé que las fuerzas libanesas vuelvan a controlar su territorio
- Conflicto en Oriente Próximo, en directo
- El acuerdo de 60 días ha entrado en vigor la madrugada de este miércoles, tras una víspera de intensos ataques en Beirut
- Estados Unidos y Francia ejercerán como garantes de la tregua mientras queda por ver el papel de Hizbulá
Por primera vez en más de dos meses, este miércoles no hay bombardeos sobre el cielo de Beirut. El acuerdo de alto el fuego establece el fin inmediato de las operaciones militares de Israel contra el Líbano, así como la retirada gradual de las tropas que han invadido el sur del país y que el martes se dejaron ver junto al río Litani.
Esa será la nueva frontera entre Israel e Hizbulá. La milicia chií se compromete a retirarse al norte del río, mientras que los soldados israelíes tendrán que replegarse a 30 kilómetros al sur, más allá de la Línea Azul, la frontera oficiosa. En toda la región tendrán que desplegarse 5.000 soldados de las Fuerzas Armadas libanesas.
Foto: EFE/EPA/WAEL HAMZEH
Tras el anuncio del alto el fuego, el estallido de alegría se ha elevado entre los escombros del sur de Beirut. Se han enarbolado banderas de Hizbulá e incluso se han lanzado disparos al aire. En la ciudad de Tiro, especialmente castigada en los últimos meses por el ejército de Israel, el ambiente es parecido. Muchos tienen la oportunidad de volver a casa.
Pero por mucho que festejen, esto no es una victoria. Es solo un alto el fuego de dos meses sobre el que aún hay muchas dudas y que llega después de 14 meses de fuego cruzado y 4.000 muertos. Por lo pronto, el Ejército israelí se mantendrá en el sur durante ese periodo, lo que les permite libertad de acción, contraviniendo los puntos de la Resolución 1701 de la ONU. Para muchos, lo importante no es tanto las condiciones como "permanecer en esta tierra". Otros se mantienen cautelosos: "Veremos si la tregua es real; habrá que esperar unos días".
Lo mismo piensan los ciudadanos del norte de Israel. Desean volver a sus casas, pero este alto el fuego no les ofrece seguridad. "No confiamos en los que están al otro lado [Hizbulá]; es como negociar con el diablo". Una encuesta del canal 12 israelí asegura que sólo un 36% de los ciudadanos están a favor de este acuerdo.
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El alto el fuego de 60 días entre Israel y Hizbulá, en virtud de un acuerdo alcanzado la víspera con EE.UU. y Francia como garantes, ha entrado en vigor este miércoles a las 04:00 hora local (02:00 GMT), hora tras la que Israel ha advertido que mantiene desplegadas a sus tropas en el sur del Líbano.
El alto el fuego ha seguido al anuncio la víspera del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, quien indicó que entraría en vigor a la hora señalada, y anticipó que "está diseñado para ser un cese permanente de las hostilidades”.
Foto: AP Photo/Bilal Hussein