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Fuera de la Asamblea Nacional de Corea del Sur se respira una aparente tranquilidad que no se siente dentro. El partido gobernante a través de su líder, Han Dong-hoon, ha dado un golpe de timón y ha pedido la suspensión inmediata del presidente Yoon tras proclamar la ley marcial. El propio mandatario ha tenido que cancelar su visita al Parlamento ante las amenazas de detención de los participantes en el hemiciclo.

Desde primera hora de la tarde, la policía está intentando proteger los accesos al Parlamento, pero hacia la Asamblea Nacional cada vez vienen más manifestantes, que están pidiendo que el presidente Yoon abandone el poder, e incluso piden que sea apresado. Hasta el líder parlamentario del Partido Democrático, Park Chan-dae, sale a arengarlos. "¡Por favor, estad con nosotros fuera de la Asamblea Nacional hasta que consigamos su destitución y seguid unidos hasta la victoria!", pide Park Chan-dae.

Frente al Parlamento, un grupo apoya al presidente. Pero el clamor por que se vaya es mucho mayor.

La organización de derechos humanos Amnistía Internacional ha acusado a Israel de cometer un genocidio en Gaza en el informe Es como si fuéramos seres infrahumanos: el genocidio de Israel contra la población palestina de Gaza. La ONG asegura que el objetivo israelí no es atentar contra Hamás, sino contra la población palestina, y pide la actuación global de organismos como la ONU o la Corte Penal Internacional. El informe recoge testimonios, declaraciones e imágenes de satélites durante el asedio en Gaza.

Los surcoreanos se sienten traicionados. La pasada noche vieron tambalearse, en solo unas horas, los pilares de la democracia que estrenaron en los 80. La decisión del presidente surcoreano, Yoon Suk-yeol, de activar la ley marcial sorprendió incluso a medios y expertos políticos locales.

FOTO: REUTERS/Kim Hong-Ji 

Cae la tarde, pero el frío no ahuyenta a los cientos de manifestantes que se han congregado en la escalinata de la Asamblea Nacional, el escenario en el que los diputados y la ciudadanía han parado los pies al presidente Yoon Suk Yeol. No lo quieren un día más en el poder.

La declaración de ley marcial les pilló por sorpresa. Aun así, el Parlamento la vetó en dos horas y el propio Yoo tuvo que levantarla en seis.

Las protestas están transcurriendo de forma pacífica frente a la Asamblea Nacional, donde los manifestantes están pidiendo la dimisión del presidente Yoon Suk Yeol, después de una noche de caos que ha conmocionado al país.

Esta mañana, eran los afiliados del mayor sindicato de Corea del Sur. Han declarado una huelga indefinida hasta que Yoon Suk Yeol dimita. Y no sólo la sociedad civil, la clase política también movía ficha.

"Acabamos de presentar una moción de censura", anunciaba el Partido Democrático, que lidera la oposición. Se votará el viernes o el sábado. La oposición tiene mayoría parlamentaria, pero no los dos tercios necesarios. Para que prospere, diputados del partido gobernante tendrían que volver a votar contra su presidente.

FOTO: REUTERS/ Kim Hong-Ji

La presión política y social contra el presidente de Corea del Sur, Yoon Suk-yeol, ha aumentado este miércoles con cada vez más voces reclamando su dimisión y con una iniciativa parlamentaria para su destitución en ciernes, después de que el mandatario viera revocada la ley marcial que declaró en la víspera.

La principal fuerza de oposición surcoreana, el Partido Demócrata (PD), ha exigido a Yoon que abandonara su cargo y ha tachado su declaración de la ley marcial como "una clara violación de la Constitución". lo ha hecho en un comunicado donde también ha afirmado que el mandatario no cumplió con ninguno de los requisitos legales para recurrir a esa medida excepcional.

FOTO: REUTERS/Kim Hong-Ji