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Este lunes se ha reunido por primera vez el consejo del Mecanismo Europeo de Estabilidad, más conocido por sus siglas (MEDE). De ahí saldrá para empezar, el mes que viene, la ayuda que llegará a España para rescatar a la banca.

La crisis del euro empezó en 2010 y todavía no ha acabado. La incertidumbre sobre su futuro se mantiene doce años después de sustituir a pesetas, escudos, francos, marcos, liras y dracmas, entre otras monedas nacionales.

Para taponar el agujero de la desconfianza, los 17 socios del Euro crearon primero el Mecanismo Europeo de Estabilidad Financiera, conocido como MEEF, que disponía de 60.000 millones de euros para prestar a países en apuros.

A estas cuatro siglas se sumó pronto la Facilidad Europea para la Estabilización Financiera, la FEEF, que manejaba hasta 440.000 millones de euros.

El nuevo MEDE que echa a andar hoy, el Mecanismo Europeo De Estabilidad, dispone en principio de 500.000 millones de euros, una cantidad que equivale a la mitad de lo que produce España en un año, nuestro PIB. Pero la gran diferencia con los anteriores es su caracter permanente y no provisional. Además, puede rescatar directamente a bancos con problemas.

Según el acta fundacional del MEDE, "el Mecanismo se activará cuando sea imprescindible para salvaguardar la estabilidad de la zona euro en su conjunto. La concesión de ayuda financiera se supeditará a condiciones estrictas". Todo para reducir el riesgo de contagio de un país enfermo a otro.

Y ¿quién manda en el MEDE? Son los mismos que en el Eurogrupo: los ministros de Economía de los 17 países del euro, además del presidente del BCE y el Comisario de Asuntos Económicos. El dinero lo aportan proporcionalmente los países del euro, una pequeña parte en efectivo y el resto se exigirá solo si es necesario.

La eurozona pone hoy en marcha oficialmente el mecanismo permanente de rescate. Además aborda esta tarde la situación de Grecia, Portugal, Chipre y España. Entre otros asuntos estudiarán si están funcionando en nuestro país las medidas para reducir el déficit público.

El exconsejero del Banco Central Europeo, José Manuel González Páramo, asegura que no tiene sentido imponer más condiciones de austeridad a España, y que basta con cumplir las reformas acordadas. González Páramo ha vuelto a la docencia después de pasar 8 años en el Comité Ejecutivo del BCE.

La máxima entidad monetaria ha dejado los tipos de interés en el 0,75% y el presidente del BCE, aunque no ha querido concretar nada sobre España, sí ha dicho que el mecanismo para comprar deuda soberana está preparado.

La Comisión Europea (CE) ha admitido que está en "estrecho" contacto con el Gobierno español sobre el actualizado plan nacional de reformas que el Consejo de Ministros aprobará el próximo día 27, pero negó que sea un paso previo para un eventual programa de asistencia financiera. "Se trata de avanzar en la agenda de reformas. No es, como ha sido sugerido en la prensa, para crear algún tipo de 'proto-programa' o como se quiera llamar", indicó el portavoz comunitario de Asuntos Económicos y Monetarios, Simon O'Connor.

El próximo lunes, la auditora Oliver Wyman tiene que presentar al BCE, FMI y CE los resultados de su análisis de los bancos españoles, que fijarán las necesidades de capital de cada uno. Paso previo a recibir la ayuda europea. Desde hoy, representantes del Banco de España, de la propia auditora y de los bancos comienzan a reunirse por separado y a puerta cerrada.

Los ministros de Economía de la UE (Ecofin) debatirán este sábado la propuesta de Bruselas de encomendar al BCE la supervisión de la banca de la eurozona, iniciativa de gran interés para España puesto que es el requisito para que el rescate bancario de hasta 100.000 millones de euros se convierta en recapitalización directa y deje de computar como deuda.

El Gobierno español acude este viernes a la reunión informal del Eurogrupo, en Chipre, con la intención de conocer las condiciones del rescate precautorio que España podría solicitar para acceder a la compra ilimitada de deuda soberana a través del fondo permanente de rescates (MEDE) aunque no espera que los líderes de la zona euro impongan ajustes adicionales a los exigidos hasta ahora.