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La complicada relación entre el presidente de Israel y el de Estados Unidos es una de las revelaciones del nuevo libro del periodista Bob Woodward. En sus páginas habla del tira y afloja de los últimos meses entre Joe Biden y Benjamín Netanyahu, que este miércoles mantendrán una conversación telefónica después de 48 días sin llamarse. Desde que empezó la guerra, sus conversaciones son cada vez más tensas.

En primavera, cuando el Ejército israelí mató a siete trabajadores de la ONG del chef José Andrés Biden llegó a decirle a Netanyahu que el apoyo de Estados Unidos podía cambiar. Ahora el libro cuenta que en privado iba más allá: "Ese hijo de perra, Netanyahu, es una mala persona", les dijo a sus ayudantes, convencido de que su aliado buscaba su propio beneficio político.

Morían miles de civiles palestinos y la Casa Blanca bloqueó un envío de bombas de gran tamaño, pero a pesar de la frustración con el curso de la guerra, han seguido dándole armas a Israel, en cantidades récord.

Foto:  The White House/Handout via REUTERS 

El hecho de que un año después de los atentados de Hamás haya todavía cerca de un centenar de israelíes secuestrados, ha condicionado el apoyo interno al presidente israelí, Benjamín Netanyahu. Pese a ello, la escalada bélica en Líbano ha mejorado su popularidad e imagen pública, en gran medida por sus acciones contra los líderes de Hamás e Hizbulá alojados en el país. Sin embargo, Netanyahu sigue enfrentándose a varias causas penales, entre ellas una por corrupción, y que por el momento han quedado paralizadas completamente debido a la guerra. Hasta ahora, su supervivencia política pasa por el apoyo de sus socios de Gobierno, grupos ultranacionalistas que exigen mano dura contra Hamás e Hizbulá, y que amenazan con retirarle sus simpatías si favorece un alto el fuego.

Desde hace un año, los cohetes de Hizbulá llegan casi a diario al norte de Israel. La mayoría son interceptados por el escudo antimisiles, pero algunos impactan sobre las ciudades. Una de las más castigadas es Haifa, la tercera ciudad del país, donde son comunes los trabajos de reparación tras los daños ocasionados. Los ataques del grupo chií han hecho que Israel evacúe a casi 70.000 personas de la frontera con Líbano, que aún no han podido regresar a sus hogares.

Su vuelta es una de las razones por las que el primer ministro, Benjamin Netanyahu, justifica la invasión del Líbano. Además, han reducido la actividad económica de muchas ciudades de la zona. Al norte de Haifa se concentran soldados y carros de combate. Netanyahu ha prometido "la fuerza que sea necesaria" hasta lograr el regreso de los evacuados.

Este año ha registrado un progresivo empeoramiento de las relaciones entre España y Israel, cuyo Ministerio de Exteriores ha afirmado que nuestro país es "un paraíso para sembrar el odio e incitar a la destrucción de Israel", algo que José Manuel Albares, ministro de Exteriores, ha catalogado como "fuera de lugar". En un comunicado, Albares ha condenado, de manera tajante, el "brutal atentado terrorista de Hamás". También ha reprobado la respuesta de Israel, "que bombardea civiles e impide su acceso a la ayuda humanitaria".

A estas declaraciones se suman las del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que ha vuelto a rechazar el 7 de octubre, y ha trasladado "su más rotunda condena contra un atentado cruel y despiadado". España insiste, pese a todo, en que Israel es un país amigo. En el último año, las dos veces que Netanyahu ha retirado a su embajadora se ha evitado la respuesta recíproca.

El 7 de octubre de 2023, diversos lugares de Israel cercanos a la Franja de Gaza eran atacados por los milicianos de Hamás, entre ellos el festival de música Supernova, al que asistían miles de personas. Pocas horas después, Israel declaraba la guerra a Gaza. Las Mañanas de RNE se vuelca para analizar el desarrollo de este conflicto en estos 12 meses. "El 7 de octubre de hace un año, volvió lo peor a Próximo Oriente. Las causas están en la historia y las consecuencias, en los titulares que han marcado estos 365 días", afirma Josep Cuní, el director del matinal de la radio pública. Contamos con las conexiones de nuestra corresponsal en Jerusalén, Laura Alonso, y el enviado especial en Líbano, Fran Sevilla, con el apoyo de toda el área de Internacional de los Informativos de RNE.

Un territorio, el más densamente poblado del mundo, de apenas trescientos sesenta kilómetros cuadrados está sometido desde hace más de quince años al férreo bloqueo israelí por tierra, mar y aire, con dos millones de habitantes, encerrados, y que en los últimos doce meses ha sufrido el mayor nivel de devastación desde la Segunda Guerra Mundial. Estos son los sonidos tras un año desde el 7 de octubre de 2023.

El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, ha visitado una base militar al norte del país, en la frontera con el Líbano. "Desde hace un año, estamos cambiando la realidad de un extremo a otro", ha celebrado y ha llamado a sus soldados "la generación de la victoria". "El mundo entero se ríe de los golpes que les dais a nuestros enemigos", ha asegurado.

En la víspera del primer aniversario del 7 de octubre, el Ejército israelí muestra las armas que ha incautado a Hamás en el último año. Israel saca músculo y anuncia que refuerza el despliegue en Gaza y una nueva incursión en Yabalia, al norte, donde han atacado lo que, dicen, son infraestructuras de Hamás. Ataques también en el centro de la Franja, donde han bombardeado una mezquita y una escuela. Desde hace casi un año, esta imagen se repite a diario. En las últimas 24 horas, han sido asesinados 45 gazatíes. Desde el inicio de la ofensiva israelí, han muerto casi 42.000 gazatíes y más de 97.000 han resultado heridos, según las autoridades de la Franja.

Aquí todavía permanecen secuestrados, a manos de Hamás, un centenar de rehenes. Se desconoce cuántos siguen con vida. Un día más, sus familiares han vuelto a salir a la calle para pedir a su Gobierno que llegue a un acuerdo con Hamás para que vuelvan a casa.

Foto: EFE/Oficina de prensa Netanyahu