Brasil se despertó con una pesadilla por la muerte de 233 personas, en su mayoría jóvenes universitarios, en un incendio que arrasó de madrugada la discoteca Kiss de la ciudad de Santa María, la peor tragedia de este tipo en el país en más de medio siglo.
La tragedia, que dejó además 106 heridos, ha sumido en el dolor y el llanto a esta ciudad situada en el corazón del estado brasileño de Río Grande do Sul y donde familiares de las víctimas hacían fila esta noche en un centro deportivo improvisado como tanatorio para tratar de identificar a sus hijos, hermanos o amigos.
Según los relatos de los supervivientes, el incendio se desató hacia las 2.30 hora local (4.30 GMT), cuando un integrante de la banda Gurizada Fandangueira, que se presentaba en el escenario, encendió un artefacto pirotécnico conocido como "Lluvia de plata", cuyas chispas alcanzaron la espuma utilizada como aislante acústico en el techo del establecimiento.