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(Entrevista de Manuel Sollo). El escritor Gabi Martínez vivió durante un año en una casa, la más próxima al mar, de la isla de Buda, en el delta del Ebro. Le preocupaba la crisis medioambiental de la zona, el riesgo de desaparición por la subida de las aguas y la escasez de sedimentos. También era un regreso al Mediterráneo, el mar de su padre fallecido, una meditación sobre la idea de la vida y la muerte y un encuentro con las gentes que luchan a diario por sobrevivir en una situación límite. Indaga en las tensiones entre economía y conservación, en los enfrentamientos entrecruzados de administraciones, ecologistas propietarios, agricultores, pescadores y cazadores, de locales y foráneos. Ha plasmado esa experiencia en una novela ensayística, Delta (Seix Barral). En su libro Un cambio de verdad, ya contó sus vivencias ayudando a pastores de pequeños pueblos de Extremadura, el mundo del que procede su madre. Es una escritura que ha nombrado como Liternatura, un género híbrido centrado en la literatura sobre, desde y con la naturaleza. En torno a ella, ha impulsado la creación de una red de festivales culturales como foros de reflexión y debate.

La Albufera de Valencia ha adquirido un color marrón rojizo durante los últimos días. La explicación se encuentra en unas microalgas que han variado su color debido a las altas temperaturas de este verano. El agua de este parque ha llegado a alcanzar picos de 37 grados centígrados.

El cambio climático está relacionado con fenómenos meteorológicos más extremos y con el aumento del nivel del mar. En el día contra el cambio climático, nos fijamos en Hemsby, un pueblecito inglés donde la erosión de la costa hace que el mar se trague cada vez más casas de primera línea de playa.

Foto: Getty

En el Día Mundial Contra el Cambio Climático, 15.000 científicos de todo el mundo actualizan su informe sobre el estado del planeta y concluyen que 20 de sus 35 constantes vitales se encuentran en extremos sin precedentes. Uno de los científicos firmantes es Eloy Revilla, profesor de investigación del CSIC y director de la Estación Biológica de Doñana. "La intensidad y la velocidad a la que se están produciendo los cambios son verdaderamente llamativas", afirma en el informativo 24 horas de RNE. Revilla asegura que nos encontramos en un punto de inflexión, que "el cambio se va a producir en los próximos 50 o 60 años". Por ello, ve imprescindible que los dirigentes políticos dejen de "mirar a la pared" y sean francos con los ciudadanos: "Tenemos que consumir menos y frenar el crecimiento de la población. Esto es así, nos guste o no. La manera de hacerlo puede ser menos dramática, planificada a nivel político, o dejar que sea a base de tener múltiples desastres locales, con mortalidades, hambrunas, migraciones... Que es lo que vamos a acabar teniendo ni no actuamos".

Este año que afronta su recta final va camino ya de ser el más cálido desde que hay registros. Un calentamiento global que ya tiene consecuencias visibles, especialmente en los países que, paradójicamente, menos contribuyen al cambio climático. Las inundaciones, sequías y huracanes castigan a un Sur global con escasos recursos para hacer frente a las catástrofes. Decenas de millones de personas se ven obligadas a migrar debido a los impactos de un calentamiento causado por las emisiones antropogénicas de gases de efecto invernadero de las que son responsables, en un 80%, los países del G20. En el Día Internacional contra el Cambio Climático, Naciones Unidas vuelve a llamar la atención sobre un problema que nos afecta a todos, pero en el que la desigualdad también existe. 

Cada año miles de personas tienen que abandonar sus casas debido a las catástrofes derivadas del cambio climático. Hablamos de la situación de los desplazdos climáticos con María Jesús Vega, portavoz de ACNUR, y de por qué no se usa el término "refugiados climáticos". También con Daniela Bruni, especialista en educación en emergencias, ya que un gran porcentaje de estos desplazados son niños que deben seguir su educación; y MSF pone algunos ejemplos de cómo viven actualmente las personas que han tenido que dejar sus cuidades en los últimos años.
 

(Entrevista de Manuel Sollo). Una cumbre del G-7 que busca un relato aceptable sobre el cambio climático. Un profeta loco que proclama desde una radio pirata el poder transformador del arte. Dos hermanas en las antípodas: una, rebelde y creadora; otra, eficaz empleada, atenta a un hijo diferente, y ambas dedicadas al cuidado de la madre. Como hilo de estas historias entrecruzadas, un misterioso y persistente sonido. Estas son las principales líneas narrativas de Los que escuchan (Candaya), nueva novela de Diego Sánchez Aguilar. Desde el presente, desvela cómo el capitalismo manipula el lenguaje, cómo su deriva anula el futuro y genera delirio y locura, angustia y ansiedad. No hay espacio para una respuesta colectiva. En una obra con aspiración de totalidad, el autor cuestiona el sentido de la familia, que al fin será espacio de acogida y atención. De fondo, siempre el ruido que altera las vidas y quizás las salva.

Muchos gobiernos y sobre todo muchas empresas son cada vez mas conscientes de la importancia de cuidar el planeta. Por eso buscan fórmulas para, entre otras cosas, compensar su huella de carbono. La pregunta es, ¿lo están haciendo realmente? Una de esas fórmulas para intentar compensar lo que se contamina son los llamados créditos de carbono. La polémica parte de que en algunas de las zonas en las que se llevan a cabo esos proyectos de compensación viven indígenas que se quedan sin forma de vida.

Hablamos con Francisco Benedito, CEO de Climate Trade; Charlie Tokeley, oficial de comunicación de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza; José Lindo, especialista en soluciones basadas en la naturaleza para mitigar el cambio climático; Lola Rama, investigadora de Survival International; y Mordecai Ogada, experto en políticas de conservación en Kenia.