La jornada electoral en Cataluña estuvo marcado por un robo de cobre en Montcada i Reixac, cerca de la parada Montcada bifurcació, que provocó el corte de muchas líneas del servicio de trenes de cercanías y la petición de varios partidos políticos, entre ellos Junts y ERC, de prolongar la apertura de los colegios una hora más, que fue rechazada por la Junta Electoral.
El plan alternativo de autobuses, metro y trenes puesto en marcha ha aliviado algo el colapso, pero ha creado mucha confusión. Ha provocado sorpresa y desconcierto en los usuarios y muchas colas y vagones repletos. Ha sido una jornada muy complicada para el transporte público catalán, que lleva unas semanas sufriendo este tipo de ataques. Algunas líneas puede tardar hasta dos meses en recuperar la normalidad.
De hecho, la red de metro se ha ampliado para poder mantener 167 trenes en marcha al mismo tiempo. En Sants, menos ritmo que un lunes cualquiera y en todas las estaciones, usuarios que intentaban averiguar cómo llegar a su destino. También se ha reforzado el transporte por carretera con veinte autocares de refuerzo, pero muchos de ellos no pueden entrar en Barcelona.
Los operarios siguen trabajando en la zona afectada por un robo de cobre, según Renfe, 10 veces mayor que los cuatro últimos. El Ministerio de Transportes insiste en que ha sido intencionado. La investigación está a cargo de los Mossos d'Esquadra, que de momento descartan el sabotaje.