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En esta recta final de campaña Obama coincide con Romney en Ohio, un estado clave, con 18 votos electorales. Antes ha estado en Wisconsin, donde aventaja ligeramente a su oponente. En Madison, la capital del Estado, ha dicho que él ha cumplido su palabra y ha puesto dos ejemplos: acabar con la guerra de Iraq o reformar la sanidad. El presidente acabará la jornada en Iowa un estado de mayoría blanca que en las pasadas elecciones de 2008 votó, mayoritariamente en su favor. El candidato republicano, Mitt Romney, tiene previsto visitar hoy cuatro Estados. En estos momentos le vemos en directo en un mitin en Virginia, pero la mañana la ha comenzado en Orlando, Florida. Allí se ha comprometido a representar a toda la nación si gana estas elecciones. Romney todavía tiene por delante una apretada agenda con un acto en Ohio y acabará el día en un acto en Manchester. Estamos ante unas elecciones históricas en Estados Unidos. Un candidato afroamericano se enfrenta a un candidato mormón. El perfil clásico de hombre blanco, protestante y anglosajón estará ausente en cualquier caso de la Casa Blanca en los próximos cuatro años.

Algunos de los asuntos centrales de la campaña han quedado un poco desplazados por el paso del Sandy. Entre esos asuntos está el del aborto. Aunque Obama, pero sobre todo Romney, han querido pasar de puntillas, al final el debate.

De momento según las encuestas, Romney mantiene una ligera ventaja sobre Obama en intención de voto. Obama tendría ya casi asegurados 201 de los 270 votos electorales necesarios para ganar frente a los 191 de Romney pero nada está aún decidido. Pero hay todavía otros 146 indecisos. Uno de los temas fundamentales de la campaña es la posición de Estados Unidos en el exterior, teniendo muy presente Afganistán, el país donde todavía hay 90.000 soldados.

Romney reanuda su campaña en Florida y Obama volverá a hacer campaña mañana. El presidente Obama ha anunciado que mañana jueves recuperará su agenda electoral. Estos días la ha abandonado por el temporal. Pero la campaña de las presidenciales ha seguido sin él.

El propio presidente votó, y lo hizo a falta de casi dos semanas para el día de las elecciones. Un hecho insólito en la historia de Estados Unidos.