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El próximo 1 de junio entrará en vigor una nueva factura de la luz en España que hará que el montante del recibo dependa en mayor medida de cuándo se realice el consumo y no tanto de la cantidad. Es decir, será más barato poner una lavadora a las 16:00 horas que a las 10:00 horas y mucho más si lo hacemos durante el fin de semana. El objetivo: evitar tensionar la red eléctrica trasladando el consumo de las horas de mayor a menor demanda.

Foto:GettyImages

El 1 de junio estrenamos la nueva tarifa de la luz que busca que traslademos nuestro consumo de electricidad desde las horas con más demanda, que ahora serán más caras, a momentos con menos demanda que serán más baratos. La implantación es automática, no tenemos que hacer ningún trámite con nuestra compañía, pero inmediatamente diez millones de hogares que ahora tienen discriminación horaria pagarán unos dos euros más al mes. El resto, unos 19 millones, se ahorrarán más de un 3% en el recibo. Lo mejor será utilizar los aparatos eléctricos durante los fines de semana y festivos porque pagaremos un 95% por peajes y cargos que en las horas punta. La electricidad también será más barata desde medianoche hasta las ocho de la mañana. Y conviene evitar las franjas de diez de la mañana a dos de la tarde y de seis de la tarde a diez de la noche de lunes a viernes laborables. Además, desde septiembre, el recibo deberá incluir cuál es la potencia máxima que usamos lo que nos permitirá bajarla y ahorrar.

Paneles y panales comparten el mismo terreno en una planta solar de Carmona, en Sevilla. Juan y su hijo forman parte del nuevo modelo agro voltaico con un apiario solar. Como las abejas no polinizan el cereal, están creando una isla ecológica de flora autóctona sin químicos agrarios.

Antes de llegar las colmenas, Rosendo ya pastoreaba aquí sus 600 ovejas. Ahora, esta simbiosis fotoganadera mejora la productividad de las placas y ahorra costes. El proyecto potencia la economía circular y puede evitar el éxodo rural. Con la miel, Juan elabora sus hogazas. Y un convento cercano, sus dulces. En un centro ocupacional, personas con discapacidad diseñan las etiquetas y se encargan de la tornillería de las placas solares.

A partir de junio, la factura de la luz dependerá más de nuestro consumo y menos de los costes fijos. El objetivo es que seamos más eficientes. Además, los consumidores pagaremos más o menos por los costes regulados en función de la hora del día. La electricidad saldrá más cara de lunes a viernes entre las diez de la mañana y las dos de la tarde y también entre las seis de la tarde y las diez de la noche. Será más barata entre la medianoche y las ocho de la mañana y a cualquier hora del fin de semana. Por ejemplo, poner una lavadora un jueves a mediodía nos costará dos veces y medio más que hacerlo un domingo. Otra novedad es que podremos contratar dos potencias distintas: una para los momentos más baratos, que puede servir, por ejemplo, para cargar un vehículo eléctrico, y otra para el resto del tiempo.

El precio de la luz se ha disparado en abril, los expertos del sector energético lo achacan a un gas caro pero, sobre todo, a un CO2 por las nubes, que impacta directamente en el recibo.

Es incluso más alto que el de enero, cuando llegó la borrasca Filomena. De media ronda los 65 euros, un precio que nunca antes se había alcanzado en un mes de abril y que afecta a unos 11 millones de hogares.

La factura de la luz de abril va a ser la más cara de la historia en este mes debido en buena parte a la especulación con los derechos de emisiones de CO2. Como las centrales que funcionan con gas contaminan, están obligadas a comprarlos para producir electricidad. Sin embargo, su coste no deja de crecer porque, por un lado, los objetivos medioambientales de Europa son cada vez más ambiciosos y, por otro, por la entrada en el mercado de bancos y fondos que aportan liquidez, pero también empujan los precios hacia arriba. Ahora la tonelada de CO2 ronda los 48 euros, más del doble que hace un año.

Las tierras raras sirven para producir las baterías eléctricas de los coches o los paneles solares, entre otras cosas. Pero se extraen, ineludiblemente, junto a uranio. Más allá del dilema medioambiental, la mina puede cambiar radicalmente la importancia geopolítica de la isla más grande del mundo, después de Australia: "Convertirá a Groenlandia en un actor relevante, porque aquí se producirán entre el 15 y el 20% de las necesidades de estos metales claves para una transición ecológica mundial", dice el responsable de la empresa minera, que asegura que el porcentaje de uranio aquí es muy bajo y no hay nada que temer.

El 80% de la producción mundial de tierras raras está en manos de China. También hay capital chino en este proyecto groenlandés, pero muchos locales creen que la rentabilidad de la mina puede ser su pasaporte hacia la independencia de Dinamarca. Un viejo sueño que, por fin, podría cumplirse, quizá a un alto precio.