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Han quedado atrás sus diferencias de hace 4 años, cuando Obama derrotó a Hillary Clinton en las primarias. Anoche, en la segunda jornada de la convención demócrata, su marido y expresidente Bill Clinton ha propuesto oficialmente a Barak Obama como candidato a la reelección. Y lo ha hecho con un largo discurso en el que ha defendido con entusiasmo su política económica.

El expresidente de Estados Unidos Bill Clinton (1993 - 2001) ha nominado oficialmente a Barack Obama candidato oficial a la reelección por el Partido Demócrata para las elecciones presidenciales del próximo 6 de noviembre. Lo ha hecho esta madrugada en un discurso en el Time Warner Cable Arena de Charlotte, donde se celebra la Convención Nacional de su partido. En horario de máxima audiencia -reservado tradicionalmente al vicepresidente estadounidense, Joe Biden, que hablará finalmente este jueves por la noche- a Bill Clinton le habían reservado la misión de convencer al electorado de que Obama devolverá a los estadounidenses la prosperidad por la que se caracterizó su mandato en los años 90. Cuando abandonó la Casa Blanca la cifra del desempleo se situaba en el 4 % frente al 8,3 % actual. "Cuando Obama llegó al poder se encontró con una economía débil. Ninguno de sus precedesores, ni siquiera yo, podríamos haber reparado el daño que encontró en solo cuatro años", ha dicho Clinton, para el que Obama "ha tendido los cimientos de una economía exitosa, que comenzará a dar sus frutos si es reelegido presidente".

Mientras su esposa, Michelle, daba su discurso de apertura de la convención demócrata en Charlotte (Carolina del Norte), Barack Obama y sus hijas lo seguían por televisión desde la Casa Blanca. "Los mayores fans" de Michelle, así se declaraba el presidente de EE.UU. en un mensaje en su cuenta personal en Twitter.

Barack Obama se da un baño de masas y regresa a la Casa Blanca, desde donde seguirá el comienzo de la convención del Partido Demócrata, en la que no intervendrá hasta el jueves. Quien sí hablará hoy es su esposa, Michelle Obama. Y también subirán a la tribuna de oradores la hermana del presidente y su cuñado. Será una convención volcada en convencer de los logros conseguidos en 4 años de gobierno demócrata.

DORI TORIBIO (Corresponsal de RNE en Washington). La convención demócrata arranca en Charlotte, Carolina del Norte, con el gran reto de motivar a los estadounidenses decepcionados con las promesas incumplidas del presidente Obama y definir su mensaje para la campaña electoral. Hoy se votará la nominación de Barack Obama como candidato demócrata a la reelección, y él la aceptará el jueves. En el que puede ser su último gran discurso como presidente, dicen aquí los titulares, aspirando a su segundo y último mandato. Obama pide paciencia, que nadie se deje convencer por el pesimismo republicano, que nadie se quede en casa el 6 de noviembre. "Cuento con vosotros", ha dicho. La abstención es el gran fantasma de las elecciones estadounidenses, con un 50% de media histórica. Las encuestas dibujan un empate técnico entre Rommey y Obama cuando estamos a dos meses de la cita electoral.

El presidente estadounidense, Barack Obama, ha criticado las políticas económicas de su rival republicano, Mitt Romney. Horas antes de desplazarse a Charlotte (Carolina del Norte), para la convención demócrata, Obama se refirió además a la Convención Republicana que tuvo lugar la semana pasada en Tampa (Florida), tres días que consideró "repletos de una agenda del siglo pasado".

"Era como ver imágenes en una televisión en blanco y negro y con antenas", ironizó Obama, que esta semana será nominado candidato del Partido Demócrata en la convención que comienza el martes en Charlotte (Carolina del Norte).

Mientras tanto, la primera dama, Michelle Obama, era la primera en visitar el centro de convenciones donde se reunirán los demócratas.

Los demócratas se preparan para nominar a Barack Obama en la convención, que arranca este martes en Charlotte, en Carolina del Norte. Hace cuatro años era el candidato que entusiasmaba con su proyecto de cambio. Ahora su reto es recuperar a aquellos votantes desilusionados por las promesas incumplidas.