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La publicación por el diario estadounidense The New York Times de fotografías de los restos de la bomba usada por el terrorista de Mánchester ha provocado el enfado de las autoridades británicas. La primera ministra, Theresa May, va a quejarse ante el presidente de EE.UU., Donald Trump, cuando ambos se encuentren en la cumbre de la OTAN, en Bruselas.

El NYT ha publicado fotografías de lo que parece un detonador que el terrorista podría llevar en la mano y de restos de una mochila azul.

Según la información del diario, el torso del terrorista, el británico Salman Abadi, fue encontrado a cierta distancia del lugar de la explosión, por lo que se cree que portaba el artefacto en una mochila y no en un cinturón.

El detonador tenía un doble sistema de activado, manual y por radio.

En el lugar de la explosión se ha encontrado también una batería especialmente potente, lo que según el NYT indica la voluntad del terrorista de asegurar la detonación.

Tan sólo 24 horas después del atentado, en Estados Unidos ya se revelaron datos del ataque y se adelantaba que se trataba de un atentado suicida. La ministra de Interior británica, Amber Rudd, lamentó estas informaciones.

Esta segunda filtración, sin embargo, es más grave y pone en peligro la investigación, según fuentes del Gobierno y de la Policía citadas por la BBC.

La investigación continúa. Hasta el momento son ya ocho los detenidos en relación con el atentado, entre ellos el padre y dos hermanos de Abadi. Los últimos detenidos son dos hombres, uno en Withington y otro en el área de Mánchester.

Veintidós personas murieron en la explosión en el Mánchester Arena al finalizar un concierto de Ariana Grande. La mayoría de las víctimas son adolescentes y jóvenes. Hay también 59 heridos, 12 de ellos críticos.

Las pesquisas sobre el atentado de Mánchester continúan este miércoles con la certeza de que Salman Abedi, por lo que los esfuerzos se centran en desentrañar la red terrorista que le dio cobijo: seis personas han sido arrestadas a lo largo de la jornada, cuatro en Reino Unido y, sobre todo, el padre y el hermano del atacante, que han sido apresados en Libia.

  • Los investigadores están convencidos de que fue obra de una "red" terrorista
  • El terrorista, Salman Abedi, era conocido por los servicios de inteligencia
  • "Parece probable que no hiciera esto solo", dice la ministra británica de Interior
  • Su padre y uno de sus hermanos han sido arrestados en Trípoli, en Libia
  • El otro fue arrestado este martes y ya son ocho las personas detenidas

La primera ministra británica, Theresa May, ha anunciado este martes que el Reino Unido ha elevado su nivel de alerta a "crítico", el máximo en una escala de cinco, y desplegará al Ejército para colaborar en tareas de seguridad tras el atentado suicida en Mánchester.

El mayor nivel de alerta significa que un ataque se puede producir de manera "inminente", por lo que miembros de las Fuerzas Armadas patrullarán junto con la policía en algunas zonas, ha informado May en una comparecencia en su residencia de Downing Street después de reunirse con el gabinete de emergencias del Gobierno, conocido como Cobra, en el que participan la cúpula de las fuerzas de seguridad y los servicios de inteligencia.

Según ha explicado la primera ministra, la decisión de elevar al máximo el nivel de alerta es consecuencia de la investigación desarrollada a lo largo del día a raíz del ataque terrorista que ha causado la muerte de al menos 22 personas, entre ellos menores de edad, y 59 heridos, al finalizar un concierto de la cantante estadounidense Ariana Grande.

La Policía británica ha identificado como presunto autor del atentado suicida a Salman Abedi, un joven británico de 22 años, hijo de una familia de origen libio que huyó de su país y que llevaba al menos una década residiendo al sur de Mánchester junto a sus cuatro hijos.

Atentado en Mánchester

Las victimas de Mánchester

"Todos los actos terroristas son ataques cobardes contra inocentes, pero este destaca por su atroz y nauseabunda violencia por dirigirse contra jóvenes que estaban disfrutando de una de las mejores noches de su vida". Así se expresaba la primera ministra británica, Theresa May, en su primera comparecencia pública tras el atentado de Mánchester que costó la vida a 22 personas.

Muchas de ellas, en efecto, y también muchos de los 59 heridos, eran menores, sobre todo niñas, adolescentes y jóvenes que habían acudido con la ilusión de ver a su ídolo, Ariana Grande. También padres que asistían con sus hijos o les esperaban en el vestíbulo, donde el terrorista suicida, identificado como Salman Abedi, de 22 años, hizo estallar su bomba.

Los ciudadanos de Manchester regresan poco a poco a su actividad habitual, en un ambiente de calma tensa en esta urbe de unos 530.000 habitantes, tras un atentado reivindicado por el grupo yihadista Estado Islámico (EI) que ha sido calificado por la Policía como "el más atroz" de la historia de la ciudad. El estadio Mánchester Arena, donde se produjo la explosión al término del concierto de la cantante estadounidense Ariana Grande, sigue acordonado, así como la estación de trenes Victoria, que conecta con el recinto deportivo cubierto. Un gran número de policías, muchos de ellos armados, patrullan el centro urbano, mientras que varios helicópteros vigilan también desde el aire, en un día inusualmente soleado en el norte de Inglaterra.

Salman Abedi, de 22 años, es el nombre del presunto suicida que mató este lunes a 22 personas, entre ellas menores, e hirió a otras 59 con la explosión de un artefacto en el Manchester Arena, tras un concierto de Ariana Grande. Según la BBC, Abedi nació en Manchester, en una familia de origen libio y tenía al menos dos hermanos, también británicos. El núcleo familiar vive en diversos domicilios en el barrio de Fallowfield, en el sur de Manchester, donde la policía ha realizado este martes un registro, ha informado el canal público. El Estado Islámico ha reivindicado el atentado y ha asegurado que hay otros artefactos colocados en la ciudad. Ahora, la prioridad de las fuerzas de seguridad es determinar si Abedi actuó en solitario o contó con una red de apoyos. Un joven de 23 años detenido en las inmediaciones de un supermercado  en Chorlton, en el sur de Mánchester, es el único arrestado por una posible conexión con los hechos. En esta zona también se han registrado varios pisos, ha confirmado Hopkins.

La Policía ha procedido a una explosión controlada en el distrito de Fallowfield, donde vive la familia del presunto suicida, para acceder a una vivienda. Además de estas intervenciones, se ha llevado a cabo un registro en un bloque de apartamentos de reciente construcción en Whalley Range.

Mánchester se ha sumido este martes en un estado de conmoción y profunda tristeza tras el atentado suicida cometido en la noche del lunes en un estadio a la salida de un concierto lleno de jóvenes, que ha causado 22 muertos -algunos menores- y 59 heridos. Un día después, los ciudadanos de esta localidad británica regresan poco a poco a su actividad habitual, en un ambiente de calma tensa en esta urbe de unos 530.000 habitantes, tras un atentado reivindicado por el grupo yihadista Estado Islámico (EI) que ha sido calificado por la Policía como "el más atroz" de la historia de la ciudad.

La tragedia ha motivado numerosas muestras de solidaridad entre los habitantes de Mánchester así como la unión de las diferentes comunidades religiosas. El deán de la catedral, Rogers Govender, acompañado de representantes de la comunidad judía y musulmana, ha oficiado un servicio religioso en plena calle para recordar a las víctimas, mientras que el recién elegido alcalde de la ciudad, el laborista Andy Burnham, ha convocado una vigilia para más tarde. En un ejemplo de generosidad, los residentes de Mánchester han ofrecido a través de las redes sociales alojamiento, comida y hasta enchufes para cargar el móvil a personas que aún no han podido salir de la localidad o que buscan a seres queridos, mientras que varios hoteles dan alojamiento gratuito. Algunos taxistas ofrecen a su vez trayectos gratuitos y provisiones de comida para facilitar las cosas en este "momento tan duro", según dijo a Efe Faisal Khan, que de ninguna manera aceptó cobrar su tarifa.