Enlaces accesibilidad
arriba Ir arriba

Quienes cruzan la frontera son niños y adolescentes acompañados de madres, de tías, de abuelas... mujeres cargadas de pena con mucha angustia por quienes dejan atrás. Todos los hombres de entre 18 y 60 años están obligados quedarse en Ucrania por si son llamados a filas.

María ha venido a Polonia con su suegra y los niños, y ha dejado en Ucrania a su madre, porque no se puede mover, y a su marido quien le ha dicho que "estaba intentando ser fuerte, que tal vez tenía que adiestrarse al ejército y, además, ayudar a mi madre. Yo ayudo a su madre, él ayuda a la mía."

Janila llegó a Polonia hace una semana con sus dos nietas y pasaron 48 horas en una cola para poder pasar la frontera. Asegura que nunca perdió la calma porque en su formación como enfermera se incluía cómo prepararse para una guerra.

Informan Isabel Jiménez y Fernando Torrico, enviados especiales a la frontera en Polonia

La mitad de los dos millones de personas que huyen de la guerra están en Polonia, que teme verse desbordada. La mayoría de los que llegan son mujeres con sus hijos porque todos los hombres de entre 18 y 60 años están obligados a quedarse en Ucrania por si son llamados a filas, y cuando alcanzan la frontera están agotadas.

Ana cuenta a los micrófonos de RNE todo el recorrido hasta llegar hasta aquí y asegura que “Esta situación ha destruido todo mi mundo, mi familia, mis planes, mi trabajo… Es algo más que peligroso.”

Informan Isabel Jiménez y Fernando Torrico, enviados especiales a la frontera en Polonia

Félix Arteaga, investigador principal de seguridad y defensa del Real Instituto Elcano, explica que los corredores humanitarios como los que se pretenden abrir en Ucrania se articulan en torno a asedios de ciudades y endurecen la capacidad de lucha de quienes se quedan, que sienten que su familia está a salvo. Por eso, añade,  “no se suelen respetar”. En este caso, Arteaga habla de que en algunas guerras, como esta, “hay presidentes como Putin que emplean sus fuerzas armadas sin ningún tipo de restricciones morales ni humanitarias”. Añade que esta parece que será la dinámica de este conflicto, “porque Putin está decidido a usar la fuerza a la escala que sea necesario”. Teme que sea un conflicto largo, pero añade que, aunque se arme a Ucrania, “a medida que aumente la presión militar, vamos a ver que es difícil de mantener”. Destaca la importancia para Rusia de Odessa, por su posición estratégica: “La Armada ucraniana se quedaría sin bases y salida al mar”. Sobre la situación de los países europeos que tienen frontera con Ucrania, entiende la preocupación y lamenta que su capacidad, incluso aunque entren en la UE, como Moldavia, “no tendrán capacidad de plantar cara a Rusia. Ni recibiendo ayuda”.

El presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, ha reaparecido en un nuevo mensaje de vídeo, por primera vez desde su despacho, donde ha grabado un mensaje para demostrar de nuevo que se encuentra en Kiev, que no está escondido y que piensa permanecer allí hasta que acabe la guerra.
"Estoy aquí, permanezco en Kiev. En la calle Bankova. No me escondo. Y no tengo miedo a nadie. (Estaré aquí) el tiempo que haga falta para ganar esta guerra patriótica", ha dicho el gobernante ucraniano. Zelenski ha denunciado el incumplimiento este lunes por parte de Rusia del acuerdo que tenían para abrir corredores humanitarios: "Lo que hubo en cambio fueron tanques rusos, granadas y minas. Incluso minaron la carretera que habíamos pactado para el suministro de comida y medicinas", ha asegurado.

Foto: El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski sujeta un teléfono móvil mientras habla en su despacho, en Kiev, en el decimotercer día de guerra en Ucrania. Ukrainian President Office/ Reuters

La ofensiva rusa impacta en nuestros bolsillos. No solo se encarece la electricidad y el petróleo; sino también otros alimentos como el pan, la carne o los cereales. Porque Ucrania es nuestro primer proveedor extranjero de maíz y de girasol y el cuarto en trigo. En Las Mañanas de RNEJosé Manuel Álvarez, secretario general de la Asociación de Comercio de Cereales y Oleaginosas de España, insiste en que no hay riesgo de desabastecimiento a pesar de las limitaciones impuestas por algunas cadenas de supermercados que están limitando la cantidad de aceite de girasol, y explica que quizá sea más problemático el cereal que el girasol.

José Manuel Álvarez considera que Europa debería relajar las exigencias para poder importar de otros países como Estados Unidos o de Latinoamérica que actualmente están prohibidos por los transgénicos que utilizan. Explica que esto cambiaría la normativa, pero que una situación de emergencia total “tenemos que revaluar para adaptarnos.”

Álvarez aclara que el problema es el momento en que nos encontramos de la campaña de cereales, “nos encontramos en el tercio final y con la guerra el flujo del cereal se ha cortado.” Y recalca que España está muy lejos del autoabastecimiento de cereales: “Nuestra medida de producción está cerca de 20 millones de toneladas y utilizamos entre 35-38 todos los años. Tenemos que importar un tercio de lo que consumimos.”

Tras tres intentos fallidos, finamente se han abierto varios corredores humanitarios en Ucrania. Uno de ellos enSumy, que después de los fuertes bombardeos de anoche, en los que fallecieron nueve personas, ha quedado completamentedestruida. A lo largo del día han salido varios autobuses llenos de civiles, entre ellos, estudiantes extranjeros de la India y habitantes de la ciudad, un total de 3.500 personas han sido rescatadas.  También se han pactado corredores humanitarios en Chernígov, Járkov, Kiev y Mariúpol, pero en estas dos ultimas ciudades continúan los bombardeos.

Informa Mónica Cartes y David Velasco, enviados especiales en Leópolis.

Jalina tiene 60 años y lleva una semana en Polonia. Decidió tomar la carretera en dirección al oeste en los primeros días de los bombardeos. En su coche, lo necesario para ella y sus dos nietas: una adolescente y una niña de ocho años. La madre de las pequeñas, la hija de Jalina, se ha quedado atrás. La invasión la ha pillado con una barriga de nueve meses y temía ponerse de parto en un atasco camino de Polonia. No le faltaba razón. Se la hubiera jugado. Vive en la mitad occidental y, aunque faltaban unos días para la salida masiva, nada de eso evitó que se pasaran dos días atascados para cruzar hacia el país vecino. La hija de Jalina sigue esperando para dar a luz, se ha mudado a una localidad un poco más cercana a la frontera, pero se resiste a pasar, incluso cuando haya tenido al bebé. No quiere abandonar a su marido y, como las comunicaciones resisten, habla dos y tres veces al día con su madre y con sus hijos. A Jalina no le tiembla la voz recordando la huida en el coche con las dos niñas. Relata con mucha calma un viaje largo y cansado en el que tocó cuidar de sus nietas, intentar que lo pasaran lo mejor posible. Cuenta con media sonrisa que ha tirado de su experiencia como enfermera que incluye pautas para actuar en caso de guerra. Cree que le ha servido para afrontar toda la situación. Ahora, la nieta mayor está ya en el instituto. La menor se ha quedado con la abuela, ‘la babusya’, y viven con una familia polaca. Jalina colabora con ellos en las tareas del hogar y, sobre todo, con el voluntariado en el Palac Suchodolskich (Dorohusk), que ha pasado de acoger actos institucional a dar techo, cama y calor a decenas de familias que buscan reposo al cruzar la frontera. Anima a sus compatriotas a que hagan lo mismo, que intenten ocupar su tiempo. Lo cuentan los enviados especiales de RNE, Fernando Torrico e Isabel Jiménez.