La primera ministra de Finlandia niega que consumiera drogas en la fiesta privada, que ha salido a la luz y generado polémica en su país. En la oposición le han pedido que se someta a un test. Ella reconoce que bebió alcohol.
Polémica en torno a la primera ministra de Finlandia, Sanna Marin, que se ha visto envuelta este jueves en una polémica tras filtrarse un vídeo en el que aparece cantando y bailando en una fiesta privada durante sus vacaciones con un grupo de amigos.
Según algunos medios locales, en el vídeo se oye a los asistentes mencionar la palabra "jauhojengi" (literalmente, “la pandilla de la harina”) y puede dar a entender que en la fiesta se consumió cocaína.
El vídeo, publicado en la tarde de este miércoles por el tabloide sensacionalista Iltalehti, ha captado la atención de los medios finlandeses, eclipsando el congreso del Partido Socialdemócrata finlandés (SDP) que dirige Marin, de 36 años.
Las redes sociales se han llenado de comentarios de gente indignada que exigía a Marin hacerse un test de drogas, pero también de muchos ciudadanos que no entienden a qué viene esta polémica y están encantados con que su primera ministra tenga también una vida privada y se vaya de fiesta en sus vacaciones.
Al parecer, el vídeo original fue publicado en un grupo cerrado de Instagram con menos de un centenar de miembros al que pertenece Marin, pero luego alguien lo difundió en las redes sociales. La joven ministra ha señalado que se trata de una fiesta privada y se ha mostrado descontenta con que el vídeo, de carácter privado, haya trascendido a la esfera pública. "Estoy molesta por el hecho de que estos vídeos se hayan llegado a publicar. La cuestión es que he estado de fiesta con unos amigos, bailando y cantando, aunque es cierto que alocadamente", ha señalado Marin.
No obstante, se ha mostrado dispuesta a hacerse el test de drogas si fuera necesario para demostrar que no tiene nada que ocultar.
Foto: Matias HONKAMAA / LEHTIKUVA / AFP
Este jueves ha tenido lugar una reunión a tres bandas en Ucrania para buscar posibles salidas a la guerra. El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, ha hablado con el secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, y el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, de cómo desbloquear definitivamente el grano ucraniano y de la opción de desmilitarizar la central nuclear de Zaporiyia. A Rusia, esa le parece una propuesta inaceptable. El gobierno de Kiev organiza simulacros de accidente nuclear por si, como ha advertido Erdogan, se produce un nuevo Chernóbil.
FOTO: REUTERS/ GLEB GARANICH
El secretario general de Naciones Unidas y los presidentes de Ucrania y Turquía se reúnen en Leópolis para abordar la situación de la guerra y en concreto en la central de Zaporiyia tomada por Rusia. Hablamos del encuentro mantenido hoy entre los líderes de Serbia y Kosovo y el alto representante de la Política Exterior europea, Josep Borrell, para intentar limar asperezas sin ningún avance. Analizamos la situación de hambruna en Etiopía debido al conflicto en la región de Tigray pero también a la sequía que afecta a gran parte del país. Y conocemos la historia de Daniela Pérez, fue refugiada colombiana en Ecuador, huyó de su país con sus padres cuando era niña por las amenazas de los grupos armados. Hoy trabaja en ACNUR en Ecuador, atendiendo a los refugiados venezolanos que están llegando al país.
Al menos seis personas han fallecido y otras 16 han resultado heridas en un ataque ruso contra un edificio de viviendas en la ciudad de Járkov, la segunda mayor ciudad de Ucrania. En el momento del ataque se encontraban dentro del bloque unas 50 personas, entre los que había niños y ancianos. Al poco tiempo, los equipos de rescate empezaron a buscar supervivientes entre los escombros, y horas después siguen trabajando en la zona afectada. El presidente Volodímir Zelenski ha condenado el bombardeo en Telegram: "un ataque vil y cínico contra civiles que no tiene justificación y demuestra la impotencia del agresor. No perdonaremos, vengaremos esto".
Si uno mira la cuenta de Twitter del 10 de Downing Street puede pensar que el primer ministro británico, Boris Johnson, está muy activo, como su cuenta, pero si abre los tabloides lo verá en la playa, en sus segundas vacaciones de verano. La inflación más alta de los últimos 40 años le pilla en Grecia, mientras los alimentos básicos y las facturas de la energía llegan a máximos, y los hogares lidian también con las restricciones de agua por la sequía y las huelgas de transporte día tras día.
Los laboristas critican que se trata de un gobierno “zombie” que no hace nada y que el primer ministro sigue de fiesta mientras los ciudadanos luchan por pagar sus cuentas.
Por su parte, los conservadores están enfrascados en el proceso para elegir al sucesor de Johnson. La campaña ha entrado en la recta final. Lizz Truss sigue siendo la favorita frente a Rishi Sunak. A los ciudadanos les gustaría saber cuál de ellos erá mejor para lidiar con la difícil situación de los hogares, pero ahora los que votan son los 160.000 miembros del partido, que elegirán al sucesor el 5 de septiembre.
FOTO: PETER NICHOLLS / POOL / AFP
