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El 24 de febrero se cumplirá un año del comienzo de la invasión masiva de Ucrania comandada por Vladimir Putin, un paso más en la espiral de violencia que comenzó en 2014 con la anexión rusa de Crimea y la guerra de Dombás. En vísperas del triste aniversario dedicamos un homenaje viajero y cultural al pueblo ucraniano, víctima del fanatismo del Kremlin. Participan el politólogo Borja Lasheras, gran conocedor de esta nación y autor del ensayo publicado por Libros del K.O. 'Estación Ucrania. El país que fue'. Además la cantante Nikka (Veronika Sliuzalek), refugiada en Madrid desde hace 11 meses, comparte con nosotros los traumáticos recuerdos de los primeros días y nos canta dos canciones en directo: una en ucraniano y otra en su recién aprendido español. Escuchamos también el testimonio de la niña Yeva Skalietska, que consiguió escapar a Irlanda junto a su abuela Irina y cuenta su experiencia en el libro 'No sabes lo que es la guerra. El diario de una joven ucraniana'. Sumamos las visiones de nuestra compañera María Eulate, enviada especial de RNE al conflicto, y de dos kievitas: la coordinadora de la versión española del portal Ukrainer.net, Kateryna Palanska, y la guía de turismo Alona Kibets.

Analizamos lo que ha dado de sí la primera jornada de la Conferencia de Seguridad de Munich. Estaremos en Ucrania con nuestros enviados especiales, Aurora Moreno y David Velasco. Hablamos del camino parlamentario que le queda a la reforma de las pensiones que propone el gobierno de Francia con la oposición de millones de ciudadanos galos. Entrevista sobre la situación en Nicaragua y la transformación del sandinismo con Vicenç Sanclemente. Siria, Irlanda del Norte y muchas cosas más.

Zetas que representan la victoria o letras que apelan a los valientes. Uves que rezan: la fuerza está en la verdad.

Son algunos de los símbolos pro ejército y pro kremlin que se pueden ver por las calles de Moscú. Para encontrar símbolos antiguerra hay que fijarse. El más conocido es el lazo verde, que algunos colocan en bancos, farolas y hasta en nidos para pájaros.

Un año después de que empezara el conflicto, otra víctima de la guerra es la solidaridad con los refugiados ucranianos. En Polonia hay millón y medio, y en Alemania, un millón. Varsovia ha retirado ayudas a las familias que los acogían. Y en Berlín, el paisaje ya no es el mismo en la estación que les abría los brazos cuando bajaban del tren.

FOTO:  Mykola Tys

Este viernes se ha producido un nuevo intercambio de prisioneros entre Ucrania y Rusia. 101 ucranianos y el mismo número de soldados rusos han sido liberados. Entre los reos ucraniano se encuentra el primer teniente de alcalde de Ederhodar, Ivan Samoydyuk. Su caso fue conocido después de que el alcalde de la ciudad, Dmytro Orlov, informara de que había perdido el contacto con Samoydyuk el pasado 19 de marzo, Confirmando su secuestro al día siguiente. Los otros 100 son militares, muchos de ellos participaron en la defensa de Mariúpol. Desde que comenzara la guerra, Moscú y Kiev han intercambiado alrededor de 3.000 prisioneros. El principal asesor de la Presidencia de Ucrania, Andrei Yermak, afirma que seguirán trabajando para traer de vuelta a todos los ucranianos apresados por Rusia.

La policía de Cornualles, al suroeste de Inglaterra, presenta su unidad de drones. Pequeños, portables, se pueden equipar con cámaras térmicas, y son de gran ayuda para buscar personas perdidas o apoyar a otras unidades desde el aire. Pero son de fabricación china, como al menos dos de cada tres drones operados por los diferentes cuerpos policiales británicos.

En medio de la crisis de los globos espía, las autoridades británicas están preguntándose por el modo en que las aplicaciones que hacen funcionar estos ingenios procesan la información.

El Ministerio del Interior va a revisar los contratos para detectar si hay algún riesgo para la seguridad del país. Lo mismo sucede con las cámaras de seguridad. Según un informe encargado por el gobierno, la policía británica está expuesta al espionaje de Pekín debido a su dependencia de las cámaras fabricadas en China o con componentes chinos.

El Gobierno de Ucrania ha pedido este viernes a los últimos civiles que permanecen en la localidad de Bajmut que la abandonen, ante la intensidad de los combates y la cercanía de las tropas rusas que desde hace semanas luchan para controlar la ciudad. En la ciudad quedan unos 6.000 civiles, según las autoridades ucranianas.

Cuando la guerra se acerca a su primer año, los rusos avanzan hacia Bajmut por el norte. Esta ciudad es un nudo de comunicaciones que permitiría avanzar hacia Kramatorsk y Sloviansk consolidar su control de Donetsk y el Donbás.

Foto: Humo de los combates en Bajmut, región de Donetsk, en Ucrania, el 16 de febrero de 2023. YASUYOSHI CHIBA / AFP