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Tras ser cuestionado en las Naciones Unidas y ser acusado por el fiscal de la Corte Penal Internacional de cometer crímenes de guerra, el primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, ha sido recibido con honores en el Capitolio. Si bien Estados Unidos es el mayor aliado de Israel, el conflicto está erosionado dicho apoyo. Mientras, el primer ministro sigue defendiendo en su discurso la lucha contra el terrorismo y la barbarie. A las decenas de personas que protestan por la guerra en las calles los ha llamado "los tontos útiles de Irán". A Estados Unidos le ha dicho: "Dadme las armas más rápido y terminaremos el trabajo más rápido". Muchos esperaban oír alguna pista sobre la inminencia de la paz y, si bien ha hablado de liberar a los secuestrados por Hamás, no de una tregua. En Israel, muchas familias de rehenes acusan a Netanyahu de boicotear el acuerdo y alargar el conflicto por su propia supervivencia política.

El primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, se convirtió en el líder que más veces se ha dirigido a una sesión conjunta del Congreso de los EEUU. Fue una invitación de los republicanos y más de la mitad de los demócratas no quisieron escucharle. Rashida Tlaib, congresista de ascendencia palestina, acusó a Netanyahu de crímenes de guerra durante su discurso.

Él se defendió, y cargó contra las masivas protestas en el Capitolio. Desde la calle lo acusan de genocida y piden al Gobierno de EEUU el embargo de las armas.

Los palestinos que viven en Jerusalén Este no tienen cerca las bombas, pero su vida es también muy complicada.

Los vecinos cuentan a la corresponsal de RNE, Laura Alonso, cómo es el día a día en un barrio aislado en el que apenas hay agua corriente, las calles están sin asfaltar y las ambulancias no llegan a tiempo.

Es la primera vez que los hutíes consiguen atacar Tel Aviv, una de las ciudades mejor protegidas en Israel. Lo han hecho con un dron de fabricación iraní que ha recorrido miles de kilómetros antes de impactar en el centro de la ciudad, muy cerca de la embajada de EE.UU.

Ha sido de madrugada. Según Israel, han conseguido interceptar otros drones, pero algo ha fallado con éste, que ha impactado en un edificio, matando a un hombre de 50 años. Los hutíes rápidamente se han atribuido el ataque, que llega un día después de que Israel haya matado a un líder de Hizbulá en el sur de Líbano, donde se teme que los enfrentamientos degeneren en una guerra abierta.

Foto: REUTERS/Ricardo Moraes

El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, no solo tiene abierto el frente de la guerra en Gaza, también enfrenta cada vez más críticas a nivel interno por su gestión del conflicto, por el fallo de seguridad que permitió los ataques y por no lograr la liberación de los rehenes. Últimamente no hay acto de Netanyahu sin bronca en el Parlamento israelí, donde insiste en apostar por la guerra en vez de impulsar un alto el fuego, con la oposición pidiéndole que se vaya si no es capaz de liberar a los rehenes. 

Foto: REUTERS/Ronen Zvulun

Hamás niega que vaya a romper las negociaciones con Israel pese al ataque de este sábado que mató a más de 90 personas e hirió a otras 300. Un portavoz de la milicia palestina asegura que el líder de su brazo armado está bien, después de que Israel lo intentara matar en ese bombardeo en el sur de la Franja. Se trata de una de las peores masacres de la guerra que, sin embargo, no supondrá -como se temía- que Hamás se retire de las negociaciones para alcanzar una tregua con Israel. Los familiares de los rehenes y miles de israelíes siguen pidiendo la llegada de un acuerdo. Por otro lado, en Cisjordania, otro frente del conflicto, claman venganza por sus hermanos gazatíes. Allí, han convocado huelga general este domingo. Una situación de extrema volatilidad que ha hecho que Israel eleve su nivel de alerta en todo el país. Pese a todo, el ejército sigue bombardeando distintos puntos de la Franja.