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Masaji Ishikawa es japonés y es coreano. Su vida ha estado marcada por la fatalidad de ambos destinos. Hijo de una familia mixta ha vivido el desarraigo desde su infancia, cuando su padre coreano fue forzado a vivir en Japón para trabajar en una fábrica de municiones poco antes de la Segunda Guerra Mundial. Años después esos coreanos del sur, importados en aras de los intereses bélicos, fueron deportados bajo engaño a la naciente Corea del Norte,  tras la firma de un acuerdo secreto entre el gobierno japonés y Cruz Roja Internacional.

En las cincos islas del Egeo hay 40.000 migrantes varados. En una de ellas, Lesbos, está Moria, el campo de refugiados más extenso. "Es un infierno para nosotros" confiesa un joven afgano a la enviada especial de RNE en la zona, Sara Alonso, en el puerto de Mytilene, la capital de la isla. Allí la polícia griega ha expulsado a un grupo de refugiados que había llegado al oído de falsos rumores que aseguraban que podrían salir hacia Atenas.

"Un día quizá sea verdad" explica un joven sudanés. Todas estas personas tienen la necesidad de creer esa posibilidad porque su situación es desesperada.

La Unión Europea celebra hoy una reunión extraordinaria de Interior para tratar la presión migratoria en las fronteras griegas.

Al otro lado, en Turquía miles de personas esperan la oportunidad para cruzar a Europa. Una oportunidad cada vez más difícil viendo el refuerzo policial en las fronteras. Sirios y yemeníes denuncian que la policía griega les ha robado todo lo que tenían y después los han devuelto al otro lado de la frontera, a Turquía. Un equipo de Televisión Española está en un punto de entrada a Grecia, también bajo un férreo control de seguridad turco.

Miles de migrantes y solicitantes de asilo tratan de cruzar a Europa por la frontera entre Grecia y Turquía. Lo hacen después de que Ankara haya abierto las puertas. Ha roto su acuerdo en materia migratoria con la Unión Europea como medida de presión en el conflicto sirio. La situación es dramática. Ayer mismo un niño murió al caer de la embarcación en la que viajaba. María Jesús Vega, portavoz en España de ACNUR,  ha asegurado que se está abusando del uso de la fuerza en la frontera. Afirma que no hay base legal para suspender el derecho de asilo y reconoce que Grecia necesita más apoyo, no sólo económico, para hacer frente a la crisis migratoria.

La Unión Europea firmó hace cuatro años un convenio con Turquía por el que ha pagado, al menos, 6.000 millones de euros. Los políticos europeos no han renovado el acuerdo y el presidente de Turquía, Tayyip Erdogan, ha mantenido hasta ahora a los cuatro millones de refugiados que ya no está dispuesto a contener en su territorio. El gobierno turco no sólo exige los 30 millones de euros que calculan les ha costado mantener a estoslos  refugiados sirios, sino que ha mostrado su hartazgo con Europa tras la no intervención de la OTAN después de la muerte de 35 de sus soldados en la guerra de Siria. 

"He abierto las fronteras y no paran de llamarme", decía hoy el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan. La presión también se intensifica sobre las islas del Egeo, ya que en las últimas 24 horas han llegado mil personas a Lesbos Quíos, donde ya viven en condiciones deplorables más de 40.000 refugiados y migrantes, hacinados en campos y sin opción a ser trasladados al continente. Hoy moría un menor de edad al volcar su embarcación frente a unas costas donde pequeños grupos organizados de ultraderecha protestan contra la acogida de migrantes.

Se cuentan por los miles los refugiados que desde el jueves han ido llegando desde Turquía a las puertas de Grecia. La apertura de puertas en Turquía se produjo el mismo día en que más de treinta soldados turcos perdieron la vida en Siria, en un bombardeo y el presidente turco Recep Tayyip Erdogan decidió que ya no frenaría a los refugiados que quieran llegar a Europa. Para parar todo ese flujo, Atenas ha cerrado los pasos fronterizos, donde se acumulan la mayoría de los refugiados, pero no sólo hace eso, sino que está realizando devoluciones a través del río Evros. 01/03/20

Las autoridades turcas están permitiendo llegar a los migrantes a los pasos fronterizos de Grecia, llevándoles incluso en autobuses. El Gobierno de Erdogan no oculta que usa a los refugiados como moneda de cambio para presionar a la OTAN y a Europa, a los que pide apoyo político y militar en su guerra contra Siria.

Nos ponemos en la piel de aquellos migrantes que sufren violencia por cuestión de orientación sexual y de género, agravada por la precariedad económica. En España la ONG Kif Kif denuncia el cierre del único alojamiento existente para migrantes y refugiados LGTBI, algo que intentan evitar a través de la campaña SOS migrantes LGTBI. Otra organización, Chefugee, que proporciona empleo a solicitantes de asilo y refugio, nos lleva a conocer la estremecedora historia de Álex Medina, una refugiada sudanesa transexual perseguida en su país. Sufrió maltrato, primero en casa, por parte de su padre, que no aceptaba su identidad sexual. Luego los abusos de un vecino. Más tarde, las palizas en la cárcel. Además, nos colamos en una charla de mujeres de varios países: muchas de ellas han sido obligadas a casarse y han dependido económicamente de sus maridos hasta que vineron a España. Ahora se han convertido en agentes de cambio de sus comunidades, en un proyecto impulsado por Médicos del Mundo.

toleranciacero.rne@rtve.es