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La Cámara de Representantes de los Estados Unidos ha aprobado una ley para regularizar a unos dos millones de dreamers, los inmigrantes que llegaron cuando eran menores de edad, así como otra ley para los trabajadores del campo. Los demócratas empiezan así una dura batalla para reformar la inmigración frente a un Senado donde los republicanos pueden bloquear estas leyes.

Son muchas las madres y padres que se enteran días después de que su hijo ha emprendido el viaje en busca de una oportunidad. Desde Senegal, Awa Diagne cuenta a RTVE.es cómo fue la huida de su hijo, en una embarcación, para emigrar a Europa: “Yo no sabía que mi hijo estaba en un barco para marcharse a Europa. Tres días después supe que se fue. Cuando pasaron cinco días me dijeron que había llegado, me llamó por teléfono, me dijo que había llegado bien. Pero fueron días terribles y estuve muy enferma pensando en él”. Su hijo se llama Babacar Diop, actualmente vive en Barcelona, tiene 29 años y es auxiliar de enfermería. La suya es una historia de éxito y aquí recogemos su testimonio acompañado de la voz de su madre.

En México cada semana más migrantes intentan cruzar la frontera del país con Estados Unidos. El Gobierno estadounidense se resiste a pronunciar la palabra “crisis”, pero se prepara para la mayor llegada de inmigrantes en 20 años. Los albergues están llenos y los menores no deberían pasar en los centros de detención más de 72 horas, pero muchos las superan. Humanizar la inmigración es una de las grandes promesas del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y ahora la situación en la frontera es un problema político y humanitario para él.

FOTO: REUTERS/Adrees Latif

Este miércoles, una niña maliense de dos años con hipotermia severa ha tenido que ser reanimada en el puerto de Arguineguín, al sur de Gran Canaria, por sanitarios de la Cruz Roja y Salvamento Marítimo. Está ingresada en el hospital Universitario Materno Infantil, donde continúa en estado crítico. Navegaba a la deriva en una patera con un total de 52 personas y todas ellas llegaron en mal estado.

Foto: Ángel Medina G./EFE

Indignación, desesperación y hambre es lo que sienten las personas migrantes que están en las inmediaciones del campamento de Las Raíces, en Tenerife. Poca comida y mala, cola de centenares de personas para tomar algo, agua fría para las duchas y ninguna información sobre si serán trasladados a otro lugar. Roberto, portavoz de la Asamblea de apoyo a migrantes en Tenerife explique que "en estos cinco meses nadie les ha dicho qué va a pasar con ellos” La mayoría de las personas quieren seguir el trayecto a la Península y denuncian que están bloqueados en las islas. Informa Helena Sampedro

El gobierno canario sospecha que de los 2.600 menores que tiene acogidos, unos 600 tienen más de 18 años. Por ello, cada semana se realizan 40 pruebas óseas a supuestos menores en el hospital y se compara la radiografía resultante con la de un atlas segmentado por sexo y por edad. La pandemia hizo que durante once meses no hubiera exámenes, con lo que el bloqueo es considerable. Todavía quedan pendientes mil pruebas del año 2020. Son clave para saber qué hacer con ellos. Solo en febrero se detectaron 54 adultos, que podrían ser repatriados.

Foto: Centro de menores en Santa Brígida, Gran Canaria (EFE/Elvira Urquijo Á.)

Más de 3.200 menores están bajo custodia de la patrulla fronteriza de Estados Unidos en centros pensados para adultos. El actual Gobierno estadounidense continúa aplicando una medida decretada por el expresidente Donald Trump durante la pandemia para devolver a México a la mayoría de los que cruzan, aunque no devuelve a los menores no acompañados. Los albergues están al límite y muchos niños esperan en los centros de detención más tiempo del que deberían. El gran reto de Joe Biden es cumplir su promesa de humanizar el sistema migratorio y pide paciencia y tiempo para llevar a cabo la reforma migratoria más ambiciosa en décadas.

FOTO: Sergio FLORES / AFP

Cada año más de 10.000 mujeres marroquíes vienen a España a trabajar en la campaña de recogida de frutos rojos en Huelva. Suelen proceder de zonas rurales y tienen familias a su cargo que dependen de ellas para sobrevivir. "Trabajando aquí cinco meses podemos mantener a nuestras familias todo el año", nos cuenta Aysha, que tiene 46 años, cinco hijos, un marido enfermo y lleva nueve años viniendo a la campaña. Todas coinciden en que los más duro es separarse de sus familias y marcharse solas de su país. Informa Claudia Poyato.