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Un niño nicaragüense de 10 años intenta llegar a EEUU y es abandonado en el desierto. Tras pasar la noche se encuentra con una patrulla de policías a los que pregunta si le pueden ayudar y les explica lo ocurrido. Como él, unos18.800 menores han llegado solos en el últimos mes al país norteamericano desde la frontera con México. 400.000 han cruzado esa franja desde 2003. Se trata de unlímite geográfico compuesto por 3.000 kilómetros y un tercio está vallado. En 'La Hora de La 1' hemos repasadolas claves que hay detrás de estas migraciones. Nuestra compañera Marina Ribel ha explicado que se trata de una frontera porosa con muchos accidentes geográficos que es muy difícil atravesar en verano, por lo que la primavera es un momento mejor para emprender el camino. Entre las causas que motivan estos movimientos de personas hay muchas estructurales, como lasituación de vulnerabilidad severa que viven estas familias en sus países de origen. La pandemia o la política de Joe Biden respecto a los menores también están detrás. EEUU autoriza la deportación de las familias pero no de los menores solos. Lo que provoca, con la desesperación de los progenitores, que muchos manden solos a los pequeños.

Se rebaja el nivel de tensión en el campamento para inmigrantes de Las Raíces en Tenerife. Este martes los antidisturbios de la policía nacional tuvieron que entrar  para disolver una pelea. En este centro de emergencia conviven 1500 migrantes de culturas diferentes. La escasez de comida y la falta de espacio, fue según los internos, el detonante del enfrentamiento entre senegaleses y marroquíes.

152 de los 5.000 adultos en situación irregular en Canarias han pedido la repatriación voluntaria. La Organización Internacional para las Migraciones, considera una cifra inusualmente alta. Lo hacen porque se sienten atrapados y sin posibilidades de viajar a la península. Hemos hablado con ellos en uno de los reportajes de la serie "En la ruta canaria" para la web de noticias de rtve.

Pese a que los riesgos son muchos, decenas de personas siguen cada día intentando alcanzar el territorio de Estados Unidos a través de la frontera de México. En los próximos meses el número crecerá. Lo saben los traficantes de la frontera, los llamados ‘coyotes’, que controlan ese tráfico de personas. Es un viaje de miles de kilómetros llenos de peligros. Terrenos complicados, mafias y, en el caso de la mujeres, un miedo constante a ser víctimas de violaciones y abusos. Un reportaje, desde Brownsville, de nuestro enviado especial Fran Sevilla.

Una zona de arbustos, complicada, desconocida y con altas temperaturas es lo que encuentran los inmigrantes una vez que consiguen cruzar el Río Grande, en la frontera entre México y EEUU. Superficies en las que se ocultan de la Guardia Fronteriza y donde muchos encuentran la muerte. Los voluntarios del Centro de derechos humanos del sur de Texas colocan cada día en ese recorrido grandes bidones de agua para intentar que no les pueda la sed, pero saben que muchas veces no es suficiente. Hemos recorrido con ellos el lugar en el que están acostumbrados a localizar los cadáveres de quienes no consiguen completar el viaje. Un reportaje de nuestro enviado especial, Fran Sevilla.

Cada día, la frontera de México recibe a 500 niños que viajan solos intentando entrar en Estados Unidos. Menores que, desde la llegada de Biden al poder, no son expulsados del país y que se hacinan en las instalaciones que hay en las orillas del Río Grande. Las autoridades norteamericanas construyen a contrarreloj centros que acojan a estos niños y niñas a los que sus padres intentan colocar a las puertas de una vida mejor. Otros no se atreven a dejarlos solos y viajan con ellos. Se montan en las pequeñas lanchas que fletan los traficantes de la frontera después de duros viajes desde países como Honduras o Guatemala. Nuestro corresponsal, Fran Sevilla, sigue en la zona capturando las historias de quienes cada día llegan a Brownsville.

Casi cinco millones y medio de extranjeros viven en España, instalados en muchos casos después de un proceso con soledad, desarraigo, miedo y dificultades al que sus hijos, a veces, han sido ajenos. Por eso la ONG Aldeas Infantiles ha animado a las familias con las que trabaja a transmitir esas historias a sus hijos. Jendy le pregunta a su madre cómo fue el viaje desde Honduras y ella le contesta que lo más difícil fue tomar la decisión de irse de su país de origen. La madre de Adam, de 10 años, le explica a su hijo que lo que más necesitaba al llegar a España era comprensión y cariño. Los padres de Emilia le cuentan a su hija que cuando llegaron a España se sintieron nerviosos y asustados. 

Informa Minerva Oso