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Al menos 13 personas han muerto en Irak en una serie de atentados con bomba cerca de la llamada "Zona Verde" de Bagdad, donde se ubican las oficinas del Gobierno y las embajadas.

Fuentes de los servicios de seguridad, citadas por la agencia Reuters, aseguran que dos coches bomba han estallado frente al Ministerio de Exteriores, matando al menos a cinco personas. El Ministerio de Interior asegura que el ataque ha sido obra de un suicida que se inmoló cuando estaba siendo registrado.

Otro coche, también conducido por un suicida, ha estallado en un restaurante junto a un puesto de control de la "Zona Verde", provocando cinco muertos.

Un tercer atentado ha tenido lugar en la plaza Jullani, en el centro de la ciudad, donde han muerto cuatro personas.

Las cifras de víctimas son provisionales y podrían aumentar.

La violencia sectaria que repuntó en 2013 continúa desangrando Irak. Este miércoles ha sido uno de los días más mortíferos de los últimos meses. Al menos 73 personas han muerto y 152 han resultado heridas en una cadena de atentados, la mayoría con coches bomba, en diferentes zonas de Bagdad y en el este de Irak, según han informado fuentes policiales.

Dos años después de la retirada de las tropas estadounidenses de Irak, el yihadismo golpea con toda su fuerza. Desde hace una semana los grupos armados relacionados con la red de Al Qaeda se enfrentan con el gobierno en Faluya y Ramadi. Irán y Estados Unidos han prometido que ayudarán con equipos bélicos, pero Washington descarta volver a desplegar a sus militares sobre el terreno.

Faluya es ahora una ciudad fantasma. Muchos de sus 300.000 habitantes han huido de los combates. Colegios y oficinas están cerrados. También la mayoría de las tiendas. Los que se han quedado no pueden comprar comida ni gasolina. Incluso la Media Luna Roja espera un alto el fuego para distribuir ayuda a los civiles.

El ejército iraquí trata de recuperar el control de las ciudades de Ramadi y Faluya, que han caido en manos de grupos yihadistas. El primer ministro, Nuri al Maliki, ha pedido a la población que se rebele contra los terroristas y evite así una intervención militar.