En el funeral de Isabel II no habrá lugar a la improvisación. La reina supervisó cada paso del acto de Estado, ensayado al milímetro. A las 12.00, una cureña de la Marina Real trasladará los restos de Isabel II a la Abadía de Westminster en un cortejo fúnebre que seguirán el rey, Carlos III, y el resto de la familia. Allí tendrá lugar un servicio religioso organizado al detalle.
Foto: La Corona Imperial reposa sobre el ataúd de Isabel II en Westminster Hall (REUTERS/Marko Djurica)