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El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha votado este lunes de manera anticipada en el estado de Delaware a ocho días de las elecciones. Aunque en un principio iba a ser el mandatario el que se enfrentara al republicano Donald Trump el 5 de noviembre, Biden anunció que renunciaba a la carrera hacia la reelección para apoyar a la candidata Kamala Harris. Por primera vez desde agosto, el expresidente republicano se sitúa por delante en las encuestas que, sin embargo, están muy ajustadas entre ambos aspirantes a la Presidencia estadounidense.

Foto: ANDREW CABALLERO-REYNOLDS / AFP

En la entrada del mitin de Kamala Harris en el estado clave de Pensilvania las camisetas dibujan una mujer positiva, fuerte, que noquea a su rival en el debate. Lo que más les importa a los que apoyan a la candidata demócrata es proteger la democracia o el derecho al aborto. También la libertad individual, que solía estar en boca de los republicanos pero que la vicepresidenta ha reinventado. "La libertad de la mujer para decidir qué hacer con su propio cuerpo y que no se lo diga el Gobierno", ha defendido ante sus seguidores. Harris reivindica el patriotismo, se presenta como la presidenta de todos, y aunque lleva cuatro años como vicepresidenta se vende como el futuro.

Foto:  REUTERS/Eloisa Lopez/File Photo

Quedan sólo ocho días para las elecciones en Estados Unidos y el candidato republicano, Donald Trump, está ligeramente por encima de la demócrata Kamala Harris, según la media de las principales encuestas del país. En Manhattan, una marea de gorras rojas rodea al expresidente en uno de sus mítines, algo insólito en uno de los feudos más demócratas del país. Harris le saca 16 puntos de ventaja, pero Trump sigue pregonando que ganará en el estado de Nueva York. Muchos creen que, a tan pocos días de la votación, es un golpe de efecto con el que quiere plantar la bandera trumpista en terreno enemigo.

Foto: ANGELA WEISS / AFP

La inmigración es uno de los grandes asuntos de la campaña electoral para los próximos comicios de Estados Unidos. Se puede observar en que Donald Trump, el candidato republicano, habla de esto en todos sus mítines, asegurando que Joe Biden y Kamala Harris han abierto la puerta de los Estados Unidos a miles de criminales. Promete, si vuelve a la Casa Blanca, poner en marcha una deportación masiva. Uno de los Estados que comparte un mayor número de kilómetros de frontera con México es Arizona y los migrantes que quieren cruzar a Estados Unidos tienen que hacerlo por una zona desértica, en la que han muerto cerca de 5.000 personas desde el año 2000.

Hoy, en Más Cerca, hablamos con Dora Rodríguez, la directora de Salvavision, una organización sin ánimo de lucro en Tucson que se centra en recolectar víveres y juguetes, entre otros, para ayudar a los migrantes que llegan a Estados Unidos desde México por la frontera de Arizona. Ella misma hizo ese camino hace más de 40 años, poco después de que comenzase la guerra en su país, El Salvador.

Kamala Harris ha recaudado más de 1.000 millones de dólares desde que tomó el relevo a Joe Biden. Cuatro veces más que Donald Trump en el mismo periodo. El hombre más rico del mundo, Elon Musk, está del lado del republicano. En la lista de Harris aparece otro de los hombres más ricos del planeta, Mark Cuban, inversor y propietario de los Mavericks, de la NBA.

Foto: Elon Musk (Samuel Corum/Getty Images via AFP)

Huntington Beach era conocida como Surf City, pero últimamente se ha ganado otro apodo: la capital MAGA, por las siglas del populismo liderado por Trump. Se trata de una isla republicana en un mar demócrata, el estado de California. Este municipio de la costa oeste se ha convertido en un retrato a pequeña escala de la América dividida. En poco tiempo se han concentrado aquí casi todas las guerras culturales que se libran a nivel nacional en todo el país.

Foto: Huntington Beach, California (Getty Images)

La campaña electoral en Estados Unidos está en su recta final, pero continúa aumentando de tono. Los dos candidatos, el republicano Donald Trump y la demócrata Kamala Harris, se están calificando el uno al otro como un peligro para el país. Mientras que Harris tilda a Trump de fascista e "inestable", el expresidente ha utilizado varios insultos contra la demócrata, entre otros "tonta", "loca" y "con un bajo coeficiente intelectual".

FOTO: AP Photo/Alex Brandon/Matt Rourke

Casi 25 millones de estadounidenses han votado ya por anticipado en los estados que lo permiten. Nevada es uno de ellos, un estado bisagra que puede decantarse tanto por demócratas como republicanos. Al contrario que en elecciones anteriores, el expresidente Donald Trumo no ha criticado esta modalidad de sufragio. Quizá porque ha visto que sus votantes también se benefician de ella. Entretanto, los demócratas sí la promocionan. El candidato a vicepresidente, Tim Walz, lo ha hecho predicando con el ejemplo en Minnesota y el presidente Obama en un mitin en Wisconsin. "Si queréis, id ahora mismo. No me sentiré ofendido", bromeaba. "Yo mismo fui y mi guardaespaldas más joven descubrió lo que era un buzón". Sin embargo, en otros lugares, como en el condado de Maricopa, Arizona, se acuerdan perfectamente de lo que pasó cuando Donald Trump puso en duda el voto anticipado. Cientos de personas, muchos con armas, hostigaron a los trabajadores que contaban votos, y muchos siguen recibiendo amenazas hoy.

La ciudad de Flint, en Michigan, lleva años sufriendo a partir del cierre de la empresa estadounidense General Motors, que daba trabajo a muchos de los habitantes de la misma. En los años 60, la empresa controlaba la mitad del mercado estadounidense: uno de cada dos coches que se vendían eran suyos, ahora no lo son ni uno de cada cinco. Actualmente, el hueco que dejó la compañía automovilística no se ha llenado y la calidad de vida de los habitantes de Flint ha disminuido considerablemente.

Michigan es uno de los estados clave para estas elecciones, reparte concretamente 15 votos electorales, por lo que las preocupaciones de las personas que viven en una de sus ciudades más representativas, que pasó de 150.000 habitantes a 80.000 según los datos censales, son importantes. Los candidatos lo saben, por eso tanto Kamala Harris como Donald Trump la han visitado en el último mes, prometiendo revitalizar la ciudad y su industria sin muchas concreciones de cómo lo harán.

El aborto es uno de los temas clave en las próximas elecciones estadounidenses del 5 de noviembre. Kamala Harris, la candidata demócrata, ha hecho bandera de ello y, si llega a la Casa Blanca, promete intentar recuperar ese derecho a nivel federal, aunque es muy complicado que el Congreso tenga la mayoría necesaria para sacar adelante una regulación federal sobre el aborto. El candidato republicano, por su parte, presume de haber puesto en el Supremo a tres de los jueces que lo echaron abajo en su día.

Una decena de Estados llevan propuestas para que el aborto se reconozca como un derecho en la Constitución estatal, como Arizona, donde está permitido hasta la semana 15 de gestación y después, si la vida de la madre o del feto están en riesgo. Pero en la práctica es una excepción. Por el contrario, hasta una veintena de Estados han legislado en contra del aborto, varios incluso lo han prohibido casi completamente, hasta en casos de violación.

Los hispanos son casi un 15% de los ciudadanos con opción a voto en los Estados Unidos, constituyendo la minoría más amplia del país y pueden ser clave en Estados bisagra como Arizona, Nevada o Pennsylvania. Según las últimas encuestas del Pew Research Center, un 57% planean votar por Kamala Harris y un 39% por Donald Trump. Los candidatos son conscientes de la importancia de este sector poblacional y tienen sus propias estrategias de captación.

Donald Trump les corteja con su propia versión musical y explota el discurso del agravio, el de que los inmigrantes irregulares se quedan con el trabajo y con las ayudas que deberían ser para los que llevan aquí más años. Por la contra, el equipo de Kamala Harris emplea anuncios en español en los que prometen soluciones para los ciudadanos que llevan décadas en el país, que trabajan, que pagan sus impuestos, pero que viven y mueren en la ilegalidad.