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Muchos países han reconocido al nuevo régimen libio, incluidos los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad. Pero este viaje es la prueba más clara hasta ahora del compromiso internacional con los nuevos dirigentes libios.

El presidente francés, Nicolas Sarkozy, ha volado esta mañana a Libia, en un viaje relámpago en el que coincidirá con el primer ministro británico, David Cameron, y durante el que visitará Trípoli y Bengasi.

La emisora de radio "France Info" ha informado del inicio del viaje, que ya había adelantado el Consejo Nacional de Transición (CNT, órgano unitario de los rebeldes libios), que se ha organizado con discreción y sin ser anunciado por el Elíseo por razones de seguridad, y en el que Sarkozy va acompañado por su ministro de Exteriores, Alain Juppé.

"France Info" ha precisado que el jefe del Estado francés despegó antes de que se hiciera de día de la base aérea de Villacoublay, en las afueras de París, y que su primer destino es Trípoli, donde coincidirá con Cameron. Un encuentro que no es casual, teniendo en cuenta que Francia y el Reino Unido fueron los principales valedores de la operación militar internacional en apoyo de los rebeldes del CNT y contra el régimen de Muamar al Gadafi. Ambos países esperan obtener ventajas comerciales en la Libia post-Gadafi.

España ha reabierto su embajada en Trípoli, cerrada desde hace casi cinco meses. Y la ONU ha autorizado a descongelar las cuentas bancarias que Muamar el Gadafi tenía en nuestro país. Son casi 400 millones de euros que, según ha anunciado la ministra de Exteriores en el Congreso, se destinarán a reconstruir el país.

Cinco meses después de su cierre por el estallido de las revueltas. La Ministra de Asuntos Exteriores, Trinidad Jiménez, informará esta tarde en el Congreso de la nueva etapa de relaciones diplomáticas con el Consejo de Transición Libio.

El presidente del Consejo de Transición libio, Mustafá Abdel Jalil, ha anunciado que su país será una democracia musulmana que tendrá la sharia -o ley islámica- como referencia, pero se alejará de cualquier extremismo. En su primer discurso en Trípoli, ante 10.000 personas, ha vuelto a pedir a los suyos que eviten la venganza.

El líder del Consejo Nacional de Transición (CNT, órgano unitario de los rebeldes libios) ha hecho este lunes su primer discurso en la capital del país, Trípoli. Mustafá Abdel Jalil ha hablado ante unas 10.000 personas en la Plaza Verde, antiguo lugar de reunión de las multitudes que aclamaban a Muamar al Gadafi, y renombrada como Plaza de los Mártires. El líder rebelde ha hecho un llamamiento para la contención. "Queremos un estado de derecho, prosperidad y un estado donde la sharia (ley islámica) sea la principal fuente de legislación, y esto requiere muchas condiciones", ha asegurado, para añadir que no serán toleradas "ideologías extremistas". El mensaje está destinado a tranquilizar a los aliados europeos y estadounidenses que desconfían de la presencia de islamistas entre los opositores. Mientras tanto, las fuerzas del CNT, que tomaron Trípoli el 23 de agosto, continúan encontrando resistencia en Bani Walid, 150km al sureste de la capital, y avanzan hacia Sirte.

Incluirá a representantes de todos los grupos del país y dirigirá la transición. Los rebeldes han anunciado también fuertes combates en Bani Walid, uno de los últimos focos de resistencia de los gadafistas.