La presión migratoria se traslada de Ceuta a Melilla con dos nuevos intentos de salto a la valla. Unos 300 migrantes, según la Delegación del Gobierno, han tratado de entrar en España. Anoche lo intentaron otras 600 personas. El Ministerio del Interior ha realizado un nuevo refuerzo de los efectivos de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado en Melilla con 90 agentes, cincuenta policías y cuarenta guardias civiles, para seguir reforzando la protección de la frontera española.
Foto: El ministro de Interior, Fernando Grande-Marlaska, mantiene una reunión con la delegada del Gobierno en Melilla, Sabrina Moh Abdelkader, y con el director general de la Policía, Francisco Pardo, durante su visita a la ciudad autónoma (EFE/ Ministerio del Interior)
Un joven migrante marroquí que resultó herido al caer desde unos diez metros en el muelle de la Puntilla del puerto de Ceuta ha fallecido como consecuencia de las heridas que se produjo en la cabeza. El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, se ha desplazado a Melilla con los directores generales de la Policía y la Guardia Civil, Francisco Pardo y María Gámez, respectivamente, después de cinco noches de presión en la frontera entre España y Marruecos en la ciudad autónoma.
Foto: Efectivos de la Guardia Civil y de las Fuerzas Armadas asisten a menores en Ceuta (Antonio Sempere/AFP)
Cerca de 800 menores siguen en el limbo legal desde que hace 5 días cruzaron la frontera entre Marruecos y España. Algunos siguen este fin de semana en polideportivos, literas o almacenes habilitados, otros en la ciudad, ayudados por ONGs o al raso. En la ciudad autónoma, los vecinos también se han volcado en ayudar a estos menores, pero también a adultos e incluso a familias enteras. Nuestra enviada especial, Minerva Oso, ha entrado en casa de Sabah, que da cobijo a más de una veintena de adolescentes de entre 14 y 17 años. Allí pueden comer, ducharse y ponerse ropa limpia que otros vecinos han donado. Los jóvenes cuentan llegaron de Tetuán en taxi o en autobús, casi con lo puesto. Ayer se fueron con Cruz Roja a alguno de los dispositivos abiertos para alojarles después de varios días en las calles.
Se mantiene la tensión migratoria utilizada por Marruecos como arma de presión contra España. Con total claridad, la embajadora marroquí ha insistido en el chantaje, si el líder del polisario sale de España "de manera opaca", habrá más problemas en la frontera. Desde el Gobierno insisten en el carácter humanitario de esta acogida y señala que no se entiende la respuesta porque su posición sobre el Sáhara "no ha cambiado". Informa Laura Villalba.
Cientos de familias marroquíes han contactado con la ciudad autónoma buscando a sus hijos. Denuncian que vinieron engañados. Mientras tanto, otros se esconden en lugares como el puerto para tratar de alcanzar la península.
Foto: Un migrante asistido por dos soldados en la playa del Tarajal, en Ceuta (REUTERS/Jon Nazca/File Photo)
Durante esta madrugada, entre 500 y 600 personas, divididas en grupos, han intento saltar la valla que divide Melilla y Marruecos. Según la Delegación del Gobierno, alrededor de 30 han conseguido entrar y aún no han sido localizados. El salto ha coincidido con la primera noche de vigilancia en la frontera de Melilla del contingente militar que se une al dispositivo de Policía Nacional y Guardia Civil.
“La entrada de personas inmigrantes no es algo nuevo, estamos acostumbrados. La preocupación viene por lo que ha ocurrido en Ceuta, es algo inédito”, ha declarado el presidente de la ciudad autónoma, Eduardo de Castro, que ha explicado que en Melilla antes saltaban la valla personas subsaharianas y ahora son marroquís. “La presión de Marruecos es fuerte, debe parar porque es insostenible y está fuera de lugar”, ha declarado en 24 horas de RNE. “No puede ser que Marruecos esté haciendo un chantaje al Gobierno, está subido de tono desde que tienen el consentimiento de Estados Unidos y no solo nosotros tenemos problemas, también se han puesto enfrente de los alemanes y la intervención de la Unión Europea es un punto de inflexión”, ha añadido el presidente.
Además, ha indicado que los números de las personas que han entrado de forma irregular en Melilla “bailan un poco”. “Aunque la frontera está cubierta, la presión está siendo fuerte”, ha admitido de Castro y ha añadido que “se está incrementando la seguridad”. Se ha mostrado “preocupado”, como el ministro de Interior, Fernando Grande-Marlaska, con el que ha señalado que ha hablado en las últimas horas y se mantiene en contacto.
La embajadora de Marruecos en España, Karima Benyaich, ha advertido este viernes que si España opta por sacar al líder del Frente Polisario del país "con opacidad", de la misma forma que entró, "es optar por el estancamiento y empeoramiento de las relaciones" bilaterales.
"España ha optado desgraciadamente por la opacidad para actuar a espaldas de Marruecos, acogiendo y protegiendo a este criminal y verdugo poniendo como pretexto las razones humanitarias y ofendiendo así a la dignidad del pueblo marroquí", ha dicho.
Benyaich también ha señalado que lo que suceda con Ghali "es un test para la independencia de la Justicia española, en la que confiamos plenamente", pero también otro test para saber si España "opta por reforzar sus relaciones con Marruecos o prefieren colaborar con sus enemigos".
Ceuta poco a poco van recuperando la normalidad después de dos días en los que apenas ha habido nuevas llegadas. Según el Ministerio del Interior, más de 6.500 personas ya han sido devueltas a Marruecos. Todavía este viernes se ven colas en el paso de El Tarajal. Los migrantes afirman que lo hacen voluntariamente tras pasar todos estos días en la calle. Mezclados con los migrantes que van a ser devueltos, encontramos a otras personas que llevan un año intentando volver a Marruecos, pero que no han podido porque el paso fronterizo está cerrado por la pandemia. Por otro lado, la situación de los menores de edad sigue siendo el gran reto a resolver. El Gobierno rebaja ahora a 800 como máximo la cantidad de menores que llegaron a Ceuta, cuando las cifras oficiales llegaron a hablar de 1.500.
Cientos de migrantes han estado varias horas intentando saltar la valla de Melilla por distintos puntos en la noche de este viernes. Al final, una treintena lo ha conseguido, todos ellos magrebíes y adultos. No se sabe nada de su paradero, aunque la Policía sospecha que están acogidos por amigos y familiares porque la mayoría proceden de barrios aledaños a la ciudad al otro lado de la frontera. Después de lo ocurrido en Ceuta, la Policía y la Guardia Civil han reforzado la vigilancia tanto marítima como terrestre de la frontera. Además, un contingente militar vigila la valla.
Foto: Valla fronteriza de 10 metros de altura instalada en Melilla (EFE/Blasco de Avellaneda)
La justicia española tiene abierta dos causas contra Brahim Gali, líder del Frente Polisario, por presunto crímenes de guerra y el 1 de junio ha sido citado por el juez Santiago Pedraz en la Audiencia Nacional. El magistrado no va investigar si Gali entró en España de forma ilegal porque no es de su competencia.
Ceuta empieza a dejar atrás los días más complicados y angustiosos de su historia. La frontera de El Tarajal continúa en calma pero esta crisis deja dos fallecidos ahogados en el mar, ayer fue localizado un cadáver de un menor de 16 años. Alrededor de un millar de niños y jóvenes han entrado en la ciudad. Ya se ha empezado a gestionar la reagrupación con las familias que están reclamando a sus hijos, aunque la mayoria siguen hacinados en las naves de El Tarajal. En una de ellas se encuentra Minerva Oso. En esta hay 500 menores, aunque también entran posibles solicitantes de protección, que identifica ACNUR y otros, como Nasiha, que lleva un año atrapada en Ceuta por el cierre de fronteras por la pandemia. Muchos menores no quieren entrar en el centro por miedo a ser deportados.
"Tengo la impresión de que Marruecos está haciendo su trabajo", ha dicho la vicepresidenta, que encuadra el último salto de la valla en Melilla en las entradas irregulares que ocurren a menudo en la zona.
Calvo ha asegurado también que "nunca ha habido 1.400 menores en Ceuta y mucho menos desatendidos". Según la vicepresidenta, la cifra de menores marroquíes que han cruzado la frontera "nunca ha llegado a ser de 800" y ahora son "muchos menos" porque "ayer [por el jueves] ya hubo una primera entrega a sus padres".
"Se entregaron a sus padres con protección de la Fiscalía y el acuerdo de las autoridades marroquíes y en todo momento han estado custodiados y atendidos", ha asegurado.
Tratamos de entender la realidad de Marruecos y de esta crisis diplomática en Las mañanas de RNE con Javier Otazu, delegado de la Agencia EFE en Rabat y autor de 'Marruecos, el extraño vecino' (Ed. Catarata).
A nivel nacional, las imágenes de menores han disgustado mucho en el país, sobre todo el redes sociales. Aunque también se piensa que Europa no reconoce debidamente el trabajo que se hace para proteger sus fronteras exteriores. Hay un mínimo de 13.000 agentes desplegados en sus costas para controlar que no salgan pateras hacia el continente. Ambos sentimientos se mezclan en estos momentos.
En la zona vecina de Ceuta están viviendo una crisis más dura debido al cierre de fronteras durante la crisis sanitaria. Unas 15.000 familias se han quedado sin sustento. Además de eso, Otazu explica que según estimaciones, Marruecos tiene un sector informal enorme, alrededor de un 30% en economia no declarada y se basta mucho del turismo para recibir divisas y crear puestos de trabajo, sector que ha sufrido las consecuencias de la pandemia. Eso se suma a que en el país africano la emigración es un fenómeno histórico, a pesar de que su tasa de desempleo no sea tan grande como en España. "El imán que tiene la idea de la emigración es enorme y no desaparece [...] Pasan los años y no se romple el brillo que tiene Europa como si fuera la solución a todos los males", concluye.