Cuando cae el sol, un cañonazo anuncia a los musulmanes de la capital de Marruecos que ya pueden romper el ayuno. Es casi la única tradición que se mantiene este año en un Ramadán excepcional marcado por el coronavirus. La corresponsalía de TVE en Marruecos muestra cómo se vive el mes sagrado del Islam bajo toque de queda, con las mezquitas cerradas y sin rezos colectivos. El programa ha estado con familias que aprovechan el confinamiento para estrechar relaciones, otros que por primera vez pasan el mes en soledad... A todos les preocupa el impacto económico del parón obligado por la pandemia en un país sin apenas red de protección estatal donde la única ayuda que pueden esperar es la de la familia.
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