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Josep Borrell se despide como alto representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores en 'Las Mañanas de RNE' con "una enorme frustración" por la incapacidad para parar la masacre en Gaza. "La tregua en Líbano es muy frágil, pero, por lo menos, no va a llevar un cortejo de muertos y destrucción. En cambio, en Ucrania las cosas van peor, no podemos estar satisfechos de cómo van las cosas", asegura Borrell. Sobre la situación en Gaza, el alto representante considera que el mundo no es consciente de lo que está pasando allí. "No somos capaces de conseguir que se abran las puertas y entre ayuda para que los palestinos sobrevivan".

Respecto a cómo afectará en Ucrania la llegada de Trump a la Casa Blanca, Borrell insiste en que dejar de ayudar a Ucrania "y ponerla de rodillas delante del Kremlin sería una manera rápida, pero profundamente injusta y dramática de acabar una guerra". "Yo no quiero que esa sea la forma de acabar esa guerra. ¿Trump la quiere acabar así? ¿Tiene otra solución? No lo sabemos". Josep Borrell asegura que el mundo "está mucho peor" que hace 5 años y subraya que "hay que espabilar, hay que levantarse y ponerse a trabajar". "La guerra de Ucrania fue un despertar. Los tiempos son difíciles y la posición de Europa es frágil".

En su primera visita a España desde que asumió el cargo hace dos años, el primer ministro iraquí, Mohammed Shiá al Sudani, valora el alto el fuego entre Israel e Hizbulá en Líbano como un paso importante al que debe de seguir otra tregua para Gaza. "Creemos que la comunidad internacional no ha hecho lo suficiente para cumplir con sus compromisos. Las consecuencias de esta guerra no terminan en las fronteras de Oriente Próximo", ha dicho en una entrevista con TVE.

Las milicias proiraníes en Irak han hecho temer una reacción de Israel sobre el país y Shiá al Sudani insiste en que el Gobierno hace todo lo que puede por estabilizar la zona. "Pero también tenemos que ser conscientes de que la raíz de este conflicto es la continuación en los actos criminales de esta guerra. Todos los pueblos de la zona siente rabia e ira ante un escenario sanguinario que diariamente estamos viendo".

Foto: Alberto Ortega / Europa Press

La tregua de 60 días entre Israel y el grupo chií libanés Hizbulá llega tras más de un año de combates entre las partes. Durante este tiempo, más de 3.800 personas han muerto y 1,2 millones han tenido que abandonar el Líbano. En la frontera entre ambos países, la población trata de retomar sus vidas de antes de tener que huir por la guerra y en ciudades como Beirut y Tiro los bombardeos han causado graves destrozos en edificios de viviendas y comercios.

Ossam Hushoush, comerciante en Tiro (Líbano), cuenta cómo afecta a su vida esta situación: "La guerra definitivamente ha afectado a nuestro sustento, nuestros negocios y nuestras vidas, pero no nos detenemos ahí, si Dios quiere seguiremos adelante y tendremos días hermosos y buenos en este país".

En la frontera israelí, intentan volver a su rutina anterior a la guerra. Como cuenta a Reuters Anne Mama, una granjera que vive en Zar'it: "Aquí estamos de nuevo. Tenemos paz entre comillas, que no creo que dure. Quizás dura un par de meses, quizás un año o dos años, pero estaremos en el mismo estado de amenaza otra vez".

Los episodios de violencia en Haití no se producen solo entre grupos armados y fuerzas de seguridad. Los civiles llevan muchos meses sufriendo esta situación y las bandas criminales, que controlan más del 80% de la capital, han intensificado los ataques. Human Rights Watch señala esta situación en un informe que recoge además que el uso generalizado de violencia sexual contra mujeres y niñas también ha aumentado. Nathalye Cotrino es su investigadora principal.