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Este viernes, el presidente de España, Pedro Sánchez, viaja a China. Acompañado por el ministro de Exteriores, José Manuel Albares, y el de Agricultura, Luis Planas, el Jefe del Ejecutivo quiere reforzar los lazos económicos entre ambos países.

Las relaciones diplomáticas entre la República Popular China y España empezaron hace 52 años, cuando el régimen franquista reconoció al Gobierno chino. Desde entonces, todos los Gobiernos españoles, independientemente de su partido, han apostado por fomentar su relación con Pekín. A veces, incluso obviando cuestiones como los derechos humanos o el autoritarismo del Gobierno chino.

Esta es la tercera visita de Sánchez al gigante asiático en tres años, y, aunque ya estaba prevista desde 2024, la reunión llega en plena tensión por la guerra arancelaria desatada por el mandatario estadounidense, Donald Trump.

El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, ha reivindicado este jueves desde Vietnam el comercio justo y el multilateralismo ante los aranceles de su homólogo estadounidense, Donald Trump. "El comercio no es un juego de suma cero. Si uno gana, el otro también puede ganar", ha afirmado. A mediados de marzo, Trump decretó aranceles del 25% sobre el aluminio y el acero europeos, unos gravámenes a los que se sumaron esta semana los llamados "aranceles recíprocos", pausados por el momento durante 90 días. Sánchez ha afirmado que esa es la "hoja de ruta de Europa". Así ha reaccionado ante el anuncio de una tregua por parte de EE.UU. en esta guerra comercial.

En su viaje a Vietnam, Sánchez ha asegurado que la economía española está fuerte y que el Gobierno tiene capacidad de respuesta para sortear esta crisis, incluso sin presupuestos. Asimismo, ha considerado que Donald Trump se ha equivocado en el diagnóstico porque, a su juicio, esto va a lastimar a Estados Unidos. Sánchez ha elogiado la actitud de Bruselas por mantener en esta situación la cabeza fría y defiende que él ya había advertido de las consecuencias de la ultraderecha.

Por otro lado, el presidente del Gobierno ha recriminado al Partido Popular que en los territorios pacte con VOX, pero que en el ámbito nacional se quiera desmarcar del partido de Abascal. Tampoco tiene previsto hablar con el líder de los populares coincidiendo con este viaje. Además, Sánchez ha añadido que, desde su punto de vista, España puede jugar un papel de constructor de alianzas más equilibradas.

Jaume Asens, eurodiputado de SUMAR, ha visitado Las mañanas de RNE con Josep Cuní para presentar su libro autobiográfico "Los años irrecuperables", en el que relata, del 15M a la amnistía, sus vivencias políticas en los últimos años. Justo un día después del anuncio de Podemos de la candidatura de Irene Montero como líder de una gran coalición a la izquierda del PSOE, Asens se ha pronunciado al respecto con cautela, asegurando que "es prematuro empezar a hablar de listas electorales", y, aunque sí ha elogiado a ex ministra de Igualdad, afirmando que "es una gran líder con muchas virtudes" ha insistido en que "antes de hablar de negociaciones, tendríamos que establecer una tregua" porque "es difícil reconstruir nada en medio de un fuego abierto". Jaume Asens ha llamado a una reconciliación de la izquierda, a la cual ha definido como "un escorpión que se clava su propio aguijón" y ha recordado que se ha demostrado ya que "el sistema democrático español no permite que haya dos formaciones a la izquierda del PSOE".

El que fuera diputado y presidente del Grupo Confederal de Unidas Podemos-En Comú Podem-Galicia en Común en el Congreso entre 2020 y 2023, también se ha mostrado autocrítico. "Es un error encender una hoguera pensando que no te va a quemar", ha dicho, en referencia a la líder de Sumar, Yolanda Díaz. Pese a todo, ha apelado al perdón y a la "capacidad de olvidar" para enterrar las diferencias entre la izquierda. Asens cree que "tenemos la obligación de reconstruir" en un momento preocupante por "el auge de la extrema derecha" en España, pero también en toda Europa.

Además, ha comentado algunos otros asuntos de la actualidad, como la condena por corrupción e inhabilitación a Marine Le Pen, con la que se ha mostrado en desacuerdo, ha asegurado que "no es una buena noticia" porque "es posible que hayan vunlnerado su derecho a la segunda instancia" y que, a su parecer, "da alas" a la ultraderecha convirtiendo a la líder francesa en una víctima.