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Un combate de lucha entre dos niños de 8 años celebrado en el norte de Inglaterra ha causado conmoción en el Reino Unido, donde hoy fue condenado por políticos, organizaciones de la infancia y la profesión médica. El combate, cuyo vídeo en YouTube se descubrió el miércoles, aunque llevaba colgado un par de semanas, tuvo lugar el 10 de septiembre en un club social de la localidad de Preston, en presencia de 250 espectadores adultos.

El presidente francés, Nicolás Sarkozy, y el primer ministro británico, David Cameron, llegan a Trípoli y Bengasi. Son los dos primeros mandatarios occidentales que visitan Libia y los que lideran la operación internacional en apoyo a los rebeldes del Consejo Nacional de Transición. Les han recibido en un baño de masas.

Muchos países han reconocido al nuevo régimen libio, incluidos los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad. Pero este viaje es la prueba más clara hasta ahora del compromiso internacional con los nuevos dirigentes libios.

El presidente francés, Nicolas Sarkozy, ha volado esta mañana a Libia, en un viaje relámpago en el que coincidirá con el primer ministro británico, David Cameron, y durante el que visitará Trípoli y Bengasi.

La emisora de radio "France Info" ha informado del inicio del viaje, que ya había adelantado el Consejo Nacional de Transición (CNT, órgano unitario de los rebeldes libios), que se ha organizado con discreción y sin ser anunciado por el Elíseo por razones de seguridad, y en el que Sarkozy va acompañado por su ministro de Exteriores, Alain Juppé.

"France Info" ha precisado que el jefe del Estado francés despegó antes de que se hiciera de día de la base aérea de Villacoublay, en las afueras de París, y que su primer destino es Trípoli, donde coincidirá con Cameron. Un encuentro que no es casual, teniendo en cuenta que Francia y el Reino Unido fueron los principales valedores de la operación militar internacional en apoyo de los rebeldes del CNT y contra el régimen de Muamar al Gadafi. Ambos países esperan obtener ventajas comerciales en la Libia post-Gadafi.

El primer ministro británico, David Cameron, ha insistido este lunes en Moscú en que su país no obviará las diferencias que tiene con Rusia en relación al "caso Litvinenko". "Nuestra postura es sencilla y de principios: cuando se comete un crimen es asunto de un tribunal", ha señalado Cameron en una ponencia ante los estudiantes de la Facultad de Relaciones Internacionales de Moscú, citado por las agencias rusas.

La guerra de Irak fue una de las secuelas del 11-S y hoy una investigación oficial ha culpado a cuatro soldados británicos de la muerte de un prisionero iraquí, hace 8 años. Un "episodio atroz de violencia gratuita", según el informe, que critica al ministerio de defensa británico por haber permitido interrogatorios ilegales.