El presidente de EE.UU., Barack Obama, está dando los primeros pasos para que no se repitan tragedias como la de Newtown y apoya los esfuerzos para reactivar la prohibición de las armas de asalto, mientras la influyente Asociación Nacional del Rifle ha roto su silencio y ofrece "colaboración".
Obama "quiere avanzar en las próximas semanas", porque está claro que como país Estados Unidos "no ha hecho lo suficiente para enfrentar el flagelo de la violencia armada", ha enfatizado el portavoz de la Casa Blanca, Jay Carney, en su rueda de prensa diaria.
El presidente se reunió este lunes con varios miembros de su gabinete y les pidió que se pongan de inmediato a formular propuestas contra la violencia causada por las armas, tras las trágicas muertes de 20 niños y 6 adultos el viernes pasado en un tiroteo en la escuela Sandy Hook de Newtown (Connecticut).
El esfuerzo de formular y aglutinar propuestas estará liderado por el vicepresidente Joe Biden, quien durante sus años en el Senado abogó por controles más estrictos a la posesión de armas.
También tendrá un papel destacado en esa labor Cecilia Muñoz, directora del Consejo de Política Interna de la Casa Blanca, según el diario The Washington Post.
Obama propuso este domingo cambios profundos en el país para evitar nuevas matanzas como la que sufrió Newtown el viernes, cuando Adam Lanza, de 20 años, mató primero a su madre en la casa donde ambos vivían, después asesinó a 20 niños pequeños y seis adultos en la escuela Sandy Hook y finalmente se quitó la vida.