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Según la policía, los dos hermanos detenidos esta madrugada en Guipúzcoa formaban el comando Erreka, activo desde hace varios años. Es el segundo comando legal que la Guardia Civil desarticula tras el alto el fuego de ETA. La operación sigue abierta y se centra en el caserío familiar donde siguen los registros.

El ministro del Interior ha celebrado que se hayan producido estas detenciones y ha dicho que aunque ETA esté en tregua, no ha abandonado la violencia. Rubalcaba ha recordado los últimos golpes policiales a la banda terrorista.

Los hermanos Jon Aitor e Igor Esnaola Dorronsoro, detenidos por custodiar y suministrar presuntamente explosivos a comandos de ETA, eran muy conocidos en Legorreta (Guipúzcoa). Les gustaba la caza y practicaban la 'trontza', un deporte tradicional vasco que gana quien más rápido corta troncos de árboles con un serrucho. Se dedicaban además a la agricultura y la ganadería y vendían productos típicos. Habían recibido incluso ayudas del Gobierno vasco para jóvenes que trabajan en el campo. En las municipales de 1999 integraron las listas de Euskal Herritarrok (12/04/2011)

La Guardia Civil ha detenido esta madrugada a dos supuestos miembros de ETA en Legorreta (Guipúzcoa), a los que acusa de custodiar y suministrar explosivos a los comandos, han informado fuentes de la lucha antiterrorista. Los detenidos son dos hermanos, Aitor e Igor Esnaola Dorronsoro, y según fuentes de la investigación son miembros legales (no fichados por la policía) de la organización terrorista que llevaban varios meses sin actuar, informa TVE.

Los dos presuntos etarras permanecen en Limoges (Francia). La policía científica todavía tiene que llevar a cabo varias pruebas y en algunos de los lugares es necesaria la presencia de los arrestados. El objetivo principal, ahora, saber qué infraestructura tenían en la zona. Varias fuentes indican que si se arriesgaron a regresar a una zona plagada de policías es porque allí contaban con un zulo o un piso. No es nada habitual que volvieran y tampoco que disparasen hasta en tres ocasiones contra la policía. En este sentido no cabe descartar que en breve ETA pueda hacer público un comunicado tratando de justificar qué pasó allí. Fuentes de la lucha antiterrorista han asegurado a RNE que todos estos movimientos apuntarían a una posible reorganización de la banda. Basta con recordar el robo masivo de tarjetas, la reunión de los jefes logístico y militar para revisar la estrategia de los comandos o, por ejemplo, la detención de Jone Lozano cuando estaba trasladando una gran suma de dinero procedente de la extorsión. Todo ello, unido a que apenas se han ha incorporado últimamente a miembros huidos de Segi o Ekin, indican que ETA podría estar intentando crear células más pequeñas, más seguras y situadas más al norte.

En la comisaría de Limoges (Francia) donde están detenidos los dos presuntos etarras, agentes de la subdirección terrorista de París y policía judicial reconstruyen paso a paso los desplazamientos que realizaron después del tiroteo. La principal incógnita, por qué tras escapar 50 kilómetros y abandonar el vehículo regresaron a las inmediaciones donde se saltaron el control policial pese a haber activado un plan de búsqueda. Una de las hipótesis que barajan los investigadores es que ambos tuvieran una vivienda donde refugiarse.

Hace tan solo dos semanas Oier gómez escapó de otro control policial a tan solo 100 kilómetros de donde ayer fue detenido. Y en todo este tiempo no se ha movido de la región. Eso refuerza la línea de investigación abierta. A diferencia de aquella fuga, esta vez el presunto etarra sí utilizó su arma para evitar el arresto.

Según el coronel de la Gendarmería de la región, claramente, una vez que usaron las armas contra los vehículos de la gendarmería, hubo una intención criminal y los tiros eran para matar.

Eso motivó que la policía francesa desplegara en los departamentos de la región todos los medios humanos y técnicos disponibles. Se desplazaron más de 300 agentes en las inmediaciones de la zona, cuenta el coronel, para localizar a los presuntos etarras.

La evolución del gendarme herido, que se encuentra en el Hospital de Limoges es buena y esta misma tarde podría ser dado de alta.

En la Audiencia Nacional, segunda sesión del juicio que se sigue contra el expolicía Miguel Planchuelo por dos atentados cometidos por los GAL en el sur de Francia. Hoy, entre los testigos, uno de los mercenarios, que según la acusación, fue el autor material de los hechos.

El expolicía José Amedo ha asegurado este lunes que "jamás un mando policial habría ordenado atentados" y ha sostenido que la decisión de crear los GAL partió del expresidente del Gobierno Felipe González, y que contó para ello "con la anuencia" de cargos políticos del PSOE como Ramón Jáuregui y Txiqui Benegas. Así lo ha manifestado Amedo en su declaración como testigo en el juicio al ex jefe superior de Policía de Bilbao, Miguel Planchuelo, que se enfrenta a una petición de la acusación popular de 114 años de cárcel por los atentados en los bares Batzoki y Consolation en el sur de Francia en 1986 en los que resultaron heridas seis personas. Este es el último juicio pendiente de los GAL. Planchuelo ha negado su participación en los hechos.

En la vista también han declarado otros testigos que han ratificado lo dicho por Amedo. "No tomamos ninguna decisión que no fuera autorizada por las adfministraciones centrales del Ministerio del Interior", ha declarado el ex gobernador civil de Vizcaya, Julián Sancristobal, quien también ha subrayado que, junto al ex secretario general de los socialistas de Vizcaya, Ricardo García Damborenea, se inventaron las siglas de los GAL. Todos están condenados por el secuestro de Segundo Marey.

En la Audiencia Nacional ha arrancado este lunes el último juicio pendiente de los GAL. El acusado es el expolicía Miguel Planchuelo por participar, presuntamente, en los atentados cometidos en 1986 en dos bares del sur de Francia. Plachuelo lo ha negado y ha asegurado que el Gobierno autorizó el secuestro de Segundo Marey.

Por ese caso ya están condenados él y la cúpula del Ministerio del Interior.

Entre los testigos, ha declarado el expolicía, Jose Amedo, condenado en su día por los atentados que se juzgan. A Amedo le han preguntado si en otoño de 1983 estudiaban crear los GAL. "No nos hubiéramos metido en esto si no tuviéramos la seguridad de que era una decisión de Felipe González, José Barrionuevo (...) con el consentimiento de cargos de Vizcaya, como Txiki Benegas, Ramón Jaéregui y Damborenea", ha declarado.