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La estación en la que más gente murió en los atentados del 11-M fue El Pozo: 65 personas fallecieron al momento, en las dos explosiones. Entre los cientos de heridos estaba Cayetano Abad, que viajaba en el tren con su hija de 14 años. Salieron por su propio pie, aunque él tuvo que ser ingresado con heridas graves. Tres días después, todavía en el hospital, pidió que una ambulancia le llevara a votar.

Modesto Pardo, director del colegio Ciudad de Valencia de Madrid, ha reflexionado en el 14 horas de RNE acerca de cómo vivieron los atentados del 11M en el centro, ubicado muy cerca de la estación de Santa Eugenia.

Pardo ha afirmado que un primer momento intentaron hacer vida normal en el colegio, pero que todo se fue desmoronando conforme se iban conociendo más noticias y, sobre todo, cuando llegó la hora de la salida del centro. “Empezamos a preocuparnos más porque hubo familias que no aparecieron a buscar a los niños. Nos fuimos enterando poco a poco de que varios padres y madres habían fallecido en el atentado.

Se cumplen 20 años del día que dejó sin respiración a todo un país. El 11 de marzo de 2004 España sufrió el peor atentado de su historia. Varias bombas estallaron en varios trenes de Cercanías, en las estaciones de Atocha, Santa Eugenia y El Pozo. Dejaron 192 muertos y casi 2.000 heridos. En la mente de los españoles rápidamente resonó un nombre, ETA, como responsable del crimen. Avanzaron las horas y los días, y finalmente Al Qaeda disipó todas las dudas reivindicando el atentado.

La tragedia unió al país como nunca pero, a tres días de las elecciones, las informaciones confusas sobre la autoría hicieron que la conmoción pronto acabase en una grave división política y social.

En RTVE Noticias estrenamos un nuevo 'Los sonidos de...', un relato sonoro y visual del 11M y de los días que le siguieron y que marcaron un país, aún 20 años después. 

Retransmisión en directo del acto institucional en recuerdo de las víctimas, organizado por la Comisión Europea en el Museo de las Colecciones Reales. Cuenta con la presencia de los Reyes, el presidente del Gobierno, y otras autoridades del Estado y de la Unión Europea.

Retransmisión en directo del acto institucional en recuerdo de las víctimas, organizado por la Comisión Europea en el Museo de las Colecciones Reales. Cuenta con la presencia de los Reyes, el presidente del Gobierno, y otras autoridades del Estado y de la Unión Europea.

La célula yihadista que atentó en Madrid el 11 de marzo planeaba más atentados. Pero tres semanas después, el 3 de abril, siete de los terroristas fueron localizados en un piso de la localidad madrileña de Leganés. El inmueble fue cercado por el Grupo Especial de Operaciones del Cuerpo Nacional de Policía, que intentó que se entregaran. Los terroristas se inmolaron y la explosión provocó la muerte del subinspector Francisco Javier Torronteras. A lo sucedido aquel 3 de abril nos acerca Pablo Mingote.

Vicente tenía 37 años cuando fue asesinado en los atentados del 11M en Madrid. Volvemos a Atocha con su mujer, que entonces tenía 32 años. "Se te para la vida", confiesa ella y no puede evitar emocionarse al recordar cómo se despidieron aquella mañana, que parecía una más en sus dos años de casados. 

Foto: OSCAR DEL POZO / AFP

Casi tres años después de los atentados del 11-M, el 15 de febrero de 2007, el juez Gómez Bermúdez, daba comienzo al juicio en la Audiencia Nacional por los atentados. El 17 de julio de 2008, el Tribunal Supremo da por cerrado el proceso. Hoy, cuatro condenados siguen en prisión: tres en España y uno en Marruecos. El resto de los condenados están en libertad, 20 años después. Un total de 29 acusados de los cuales 21 fueron condenados, algunos con penas de hasta más de 42.900 años. Si bien, a las víctimas les dejó un sabor agridulce, pues pedían condenas y penas más altas.

Ni la Audiencia Nacional ni el Supremo establecieron a los autores intelectuales del 11-M, al considerar que murieron en el suicidio del piso de Leganés. “No se pudo demostrar y no se pudo condenar a los autores intelectuales: no porque hayan sido otros, sino por falta de pruebas”, explica Javier Zaragoza, fiscal jefe del 11-M. Lo cuenta Araceli Sánchez.

El 11 de marzo de 2004, numerosos profesionales respondieron con rapidez y eficacia a una tragedia de dimensiones inimaginables. Los equipos de emergencia del SUMA y del SAMUR, Bomberos, Cruz Roja, Policía municipal y nacional... y los ciudadanos también, vecinos que ayudaron como pudieron tras unos atentados que esa mañana causaron cerca de 1900 heridos y 192 víctimas mortales. Con algunos de los profesionales de emergencias que se movilizaron aquel 11 de marzo ha hablado Chema Puente.

El coronel Francisco Vázquez, jefe de la Unidad de lucha contra el terrorismo de la Guardia Civil, y el profesor Francisco Reinares, experto en terrorismo, analizan qué pasó en el 11M, qué errores se cometieron y qué se ha aprendido durante estos años para evitar que algo así pueda llegar a repetirse. “Hemos habilitado unas capacidades que pretenden básicamente dos cosas: intentar prevenir que individuos se radicalicen y anticiparnos en los estadios previos”, ha dicho el coronel Vázquez en conversación con Iñigo Alfonso y con Fernando Reinares. El profesor reflexiona sobre los fallos, “porque la Policía los conocía”, y añade sobre la situación actual: "Se ha producido una extraordinaria transformación del fenómeno yihadista, que tiene que ver con el ascendiente migratorio de quienes se implican". Ambos coinciden en que España ha aumentado muchos sus capacidades tras lo ocurrido hace ahora dos décadas. 

El fiscal jefe de la Audiencia Nacional en el juicio del 11M, Javier Zaragoza, recuerda la presión con la que trabajaron los profesionales que llevaron a cabo la investigación judicial de los atentados. “La instrucción judicial apuntaba en un dirección y la presión mediática y política apuntaba en una distinta. Parecía que era obligado llegar a la conclusión de que había sido ETA y no el yihadismo”, asegura Zaragoza, que subraya que las pruebas eran contundentes. “Judicialmente, no había ninguna vía ni ninguna pista que nos condujese hacia la organización terrorista ETA”.

Zaragoza cree que la investigación fue buena pese a que no se pudo clarificar la autoría intelectual de los atentados. “Todos sabíamos o de alguna manera, por las informaciones que se manejaban, que quien de alguna manera autoriza o prepara la situación para que pueda cometerse un atentado fueron los mensajes que se lanzaban desde Al-Qaeda, que situaban a España efectivamente como objetivo de una acción terrorista”.

Alberto Ruiz Gallardón, exalcalde de Madrid, recuerda en Las mañanas de RNE que Atocha era un hospital de campaña cuando llegó, minutos después de las primeras bombas, y ensalza la labor de los sanitarios y la actitud de los ciudadanos: “Uno de los objetivos era que en Madrid dejase de ocurrir lo que ya no ocurría en otros sitios. Aquí había una convivencia ejercida con militancia. No había racismo y eso no justificaba el discurso de odio. Querían romper esa convivencia y no se produjo, al contrario”. Gallardón cree que nunca se ofrece suficiente justicia a las víctimas y lamenta la brecha social y política que se produjo tras la masacre: “Si después se produjo división, no fue una cosa que naciese de los ciudadanos, sino de quienes deberían haber identificado ese sentimiento generoso y no lo hicieron (…) Creo que se rompió algo que no debió romperse nunca, aunque solo fuera por respeto a las víctimas”. A la pregunta de si su partido cometió errores tras el 11M, responde: “Errores, sin duda ninguna, se cometieron por todos lados y han sido reconocidos. También, cuando se gritaba en las puertas de Génova, “es vuestra guerra y son nuestros muertos”, también quiero pensar que había un error. Todos deberían mirar hacia atrás para aprender cosas que nunca se debieron producir en España”. Gallardón concluye que no ha pasado página porque, tras algo así, "es imposible hacerlo".  

Desde el 11M, las autoridades marroquíes expresaron su voluntad de colaborar con la policía española en la lucha antiterrorista. Fue casi un año antes cuando Marruecos vivió su peor atentado en Casablanca con una treintena de muertos. Desde 2017, el gobierno marroquí empezó un programa para rehabilitar y reinsertar terroristas arrepentidos, donde reciben talleres, charlas y asesorías para adquirir habilidades que faciliten su integración socioeconómica. Más de 300 reclusos se han beneficiado de este programa, y algunos han sido indultados por el rey. En la última década, Marruecos ha logrado desmantelar unas 100 células yihadistas. Informa la corresponsal de RTVE, Ana Jiménez.