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Alemania ya apunta a Baleares y Canarias como destinos seguros de vacaciones. Los turistas que provienen de este país comienzan a diferenciar la situación de España en general con la de los archipiélagos, que cuentan con mejores cifras en la pandemia. Algunas compañías de vuelos ya han anunciado que comenzarán a operar, por eso, aunque desde el sector turístico reconocen que no será un buen año auguran que no será tan catastrófico como esperaban.

El objetivo es potenciar la economía y salvar la temporada turística. Y dificultar la expansión del virus limitando los viajes solo entre lugares con certificaciones sanitarias especiales. Un organismo europeo se encargaría de supervisar las zonas verdes, analizarlas y catalogarlas. Algunos gobiernos como España o Francia ya estudian la propuesta. Las islas del Mediterráneo, Madeira o Canarias, serían aptas para el proyecto.

Coronavirus: última hora en directo

Recuperar turistas del exterior va a ser una tarea compleja, sobre todo para España, que tiene una imagen muy dañada por ser uno de los países más afectados por el coronavirus. Será un reto con implicaciones éticas y tecnológicas. Según el Consejo Mundial de Turismo, España podría recibir cierto número de turistas extranjeros este verano siempre que se establezcan medidas. El Gobierno está debatiento esas medidas de seguridad para vuelos e incluso plantea el establecimiento de cuarentenas. El presidente Pedro Sánchez espera que para esto haya una política común europea. El Consejo Europeo teme la pérdida de más de 6 millones de empleos en el sector y planteará en breve la apertura paulativa de las fronteras. Además, establece medidas de seguridad como los pasaportes sanitarios, algo que el WTTC rechaza por ser ineficaz y propone test a todos los pasajeros y el uso de tecnología de rastreo de contagios. Informa César Díaz.

Los hoteles de Cascais, cerca de Lisboa, se preparan para reabrir a finales del mes de mayo si los datos de la pandemia siguen siendo favorables. Algunos aseguran que ya tienen reservas para julio y agosto, aunque la mayoría provienen de turistas portugueses y no de viajeros procedentes del extranjero. La mayor parte de la demanda se centra en hoteles pequeños o apartamentos, donde la higiene es más fácil de mantener.

Con el verano a la vuelta de la esquina la mayoría de las personas se preguntan cómo serán este año las vacaciones debido al coronavirus COVID-19. Las restricciones de movilidad y el miedo al contagio son, en gran parte, los dos factores que están marcando la organización del tiempo libre. Lo que está claro es que este será un verano atípico en el que va a triunfar el turismo de proximidad.

La virgen del Pilar en la Basílica de Zaragoza es uno de los diez monumentos más visitados de España, siete millones de personas pasan por aquí cada año. Durante el confinamiento, una cámara ha retransmitido su imagen las 24 horas del día, en directo y para todo el mundo. Sin embargo, ya se prepara para su reapertura ante el plan de desescalada, pero lo hará con medidas de seguridad. Solo podrán entrar 64 personas al mismo tiempo en la capilla, respetando las distancias de seguridad. Las misas también tendrán que adaptarse a las medidas de higiene: tendrán otro acceso, estarán separadas por una verja, se recibirá la comunión en la mano y no se podrá cantar para que no haya salpicaduras. Coronavirus: última hora al minuto

Las restricciones por la pandemia de coronavirus complicarán los viajes internacionales y perjudicarán a las aerolíneas. Los expertos creen que en España aumentará un turismo más parecido al que se producía en los años 70: en familia, en coche y a destinos relativamente próximos. Para ello, los expertos recuerdan que serán necesarias las medidas de protección y que los precios se mantengan. Coronavirus: última hora en directo

Los destinos de sol y playa buscan atraer al máximo número de turistas nacionales este verano para compensar las pérdidas que les provocará la prohibición de los viajes internacionales. Y para ello se esfuerzan por dar una imagen de seguridad en sus playas. La mayoría apuesta por parcelarlas, aunque las propuestas varían. Por ejemplo, en la Comunidad Valenciana quieren usar aplicaciones móviles para evitar aglomeraciones, redirigiendo a la gente de una playa a otra y controlando el acceso. En el municipio de Canet de Berenguer se plantean dividir la arena en cuatro zonas y fijar un turno de mañana y otro de tarde. En la localidad gallega de Sanxenxo proponen parcelar la arena con cuadrículas de tres metros por tres y limitar la capacidad de la playa al 70 por ciento. Y en Lloret de Mar quieren segmentar las playas por edades.

En los territorios del Norte de Australia han levantado el confinamiento. La desinfección de parques y jardines ha sido un requisito imprescindible para su reapertura. También las piscinas han vuelto a la actividad en un momento en el que tanto Australia como Nueva Zelanda están muy cerca de conseguir poner fin a la pandemia. Ambos países negocian ahora la posibilidad de que se realicen viajes entre las antiguas colonias británicas. El canciller Kurz aboga por establecer zonas de libre tránsito en Europa Central con Alemania, Croacia y Eslovenia, una especie de corredor turístico en tierras del antiguo imperio austrohúngaro. En esa burbuja no entrarían España, Italia, Portugal o Grecia, los grandes perjudicados de las alianzas en el norte. La Comisión Europea alerta de un impacto demoledor en el turismo de estos países si cada nación establece sus propias burbujas de viaje.