En Turquía, el presidente Recep Tayip Erdogan continúa limpiando cualquier rastro golpista. Ya son más de 7.500 los detenidos, desde militares a jueces, pasando incuso por conserjes de edificios públicos. Pese a las llamadas de la comunidad internacional a la moderación y al respeto del estado de derecho, el gobierno turco insiste en que debe garantizar la seguridad del país y que ese proceso no ha hecho más que empezar. El clérigo Gulem sigue en el punto de mira de Ankara, que lo considera responsable del golpe de estado fallido. Este martes ha enviado a EE.UU. toda la información necesaria para solicitar su extradición.
En Turquía, continúan las consecuencias tras el intento de golpe de Estado del viernes. Ya son 7.500 los detenidos, entre militares, jueces y policías, por su presunta participación en la conspiración. La cifra de fallecidos asciende a 232. El presidente del país, Recep Tayyip Erdogan, insiste en recuperar la pena de muerte para castigar a los implicados, a pesar de las advertencias de la comunidad internacional. Las advertencias de la comunidad internacional al Gobierno turco llegan desde distintos frentes. Estados Unidos ha pedido a Ankara que, como el resto de países de la OTAN, respete la democracia. Desde Europea le recuerdan a Turquía que si finalmente recupera la pena de muerte, perderá toda posibilidad de formar parte de la Unión (19/07/16).
El Gobierno de Turquía ha suspendido las vacaciones de los funcionarios hasta nueva orden y les ha restringido los viajes al extranjero, según publica el boletín oficial turco, mientras prosiguen las purgas contra los supuestos participantes en el golpe militar fallido del pasado viernes: el primer ministro, Binali Yildirim, ha informado en un discurso televisado de que hasta el momento han sido detenidas más de 7.500 personas, entre ellas unos 6.000 militares, 100 policías, 755 jueces y fiscales, así como 650 civiles.
Las autoridades turcas han detenido ya a 7.500 personas; entre los arrestados hay 103 generales y almirantes, casi un tercio de la cúpula de la Fuerzas Armadas.
Tayip Erdogan afirmó que el golpe de estado era un regalo de Dios que serviría para limpiar el ejército, y está llevando a cabo lo que prometió, cuando en la madrugada del sábado aterrizaba en Estambul, para hacer frente a los militantes sublevados. Hay 103 generales y almirantes detenidos, que se suman a los más de 7.000 soldados, policías, jueces y civiles arrestados desde el viernes por su supuesta relación con el fallido golpe militar. Desde el primero momento, el presidente denunció que los golpistas recibían órdenes desde los Estados Unidos, de Fetulah Gulem. Este partidario del Islám moderado, este millonario, que se autoexilió en Pensilvania, mantiene una gran influencia sobre grandes sectores de la sociedad turca, y pese a condenar el golpe de estado, el gobierno turco insiste en pedir su extradición a Washington. Tres días después de la rebelión militar, el liderazgo de Erdogan se ha engrandecido, y sus rivales, dicen que está aprovechando la situación para cimentar aún más su autoritarismo en un sistema democrático cada vez más cuestionado por la comunidad internacional (18/07/16).
Cerca de 300 personas han muerto en Turquía a raíz del fallido golpe de Estado del viernes. Hay además 1.400 heridos y más de 6 mil detenidos. En Estados Unidos y Europa temen que el presidente Erdogan esté utilizando los efectos del golpe para hacer una limpieza militar, policial y judicial.
La inquietante situación en Turquia, tras el golpe fallido del viernes, tema estrella del Consejo de ministros de Exteriores comunitarios que se está celebrando en Bruselas. La UE exige a Ankara que respete el estado de derecho y no utilice la intentona del viernes para dar marcha atrás
La secretaria del PSOE para la UE, Iratxe García, ha advertido de que si Turquía reinstaurara la pena de muerte "se tendrían que romper las negociaciones del proceso de adhesión", pues "es imposibe que un país que trate de acceder tenga aprobada la pena de muerte".
En una entrevista en Los Desayunos de TVE, García constató "motivos para la preocupación" en Turquía y dijo que espera medidas por parte de la UE para "establecer claramente las normas" que tienen que regir su relación con el país euroasiático.
En ese sentido, dijo que las detenciones pueden revelar una falta de respeto a las reglas democráticas, por lo que "tiene que haber una vigilancia muy estrecha de lo que está ocurriendo" por parte de la UE.
García instó a la UE a "mostrar fortaleza" ante Turquía porque, pese a su importancia estratégica, hay que tener "claras las reglas del respeto democrático e impedir la deriva de lo que parece que está ocurriendo" en ese país. La dirigente socialista criticó que el acuerdo sobre los refugiados con Turquía "es consecuencia del fracaso de la UE para gestionar esta situacion", y ahora nos encontramos que miles de refugiados pierden la vida saliendo de Libia.
La presidenta de la delegación socialista española en el Parlamento Europeo ha afirmado que España necesita tiempo para poder alcanzar el objetivo de déficit que fija la Unión Europea "sin que afecte a las clases trabajadoras" y ha abogado por "un cambio en la política europea que apuesta por el crecimiento, no por la austeridad".
Respecto a la salida del Reino Unido de la UE, cree que "si se negocia bien el Brexit, no hay peligro de que otros países se quieran ir", pero también ha afirmado que "Reino Unido no puede marcharse de la UE y mantener todos sus privilegios sin cumplir sus obligaciones. No es posible querer el libre tráfico de productos y no querer a la vez el libre tráfico de ciudadanos en la UE", ha mantenido.
Turquia trata de volver a la normalidad tras el golpe de Estado frustrado del pasado viernes que ha dejado 290 muertos entre civiles y militares. Hasta el momento se ha detenido a 6.000 personas y no se descartan nuevos arrestos. El presidente del país estudia restaurar la pena de muerte. Precisamente la situación en Turquía va a ser uno de los temas de los que se va a hablar hoy en el Consejo de ministros de Exteriores que se celebra este lunes en Bruselas (18/07/16).
En Turquía, ya son cerca de 6.000 los detenidos por su presunta participación en el golpe de Estado frustrado del pasado viernes. Una cifra que podría aumentar en los próximos días. El gobierno estudia ahora qué castigo va a imponer a los golpistas. El presidente Erdogan se plantea, incluso, recuperar la pena de muerte (18/07/16).
Los que volaban durante el golpe de Estado eran desviados de su destino sin explicaciones. Tras el miedo y la incertidumbre llegan las pancartas y los reencuentros.
En las puertas de su mansión en Pensilvania el líder religioso acusado por el Gobierno turco de instigar el golpe de Estado ofrece a los medios de comunicación su primera entrevista en mucho tiempo para rechazar el levantamiento y apoyar la democracia en Turquía.
Turquía intenta recuperar la normalidad casi dos después de la intentona del golpe de Estado. Rodeado por los ex primeros ministros, Tayyip Erdogan, ha asistido al multitudinario funeral por las víctimas del fallido golpe de Estado. Muchos acusan al mandatario turco de intentar acelerar el rumbo político y le piden que no aproveche la ocasión para hacer una purga en los ámbitos militares, políticos y judiciales.