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Tres semanas desde que se empezó la invasión de Ucrania. En la morgue de Mykolaiv yacen cuerpos, incluso en el patio, en bolsas negras de plástico. Dos grandes habitaciones contienendecenas de cadáveres aún sin identificar tanto de militares como de civiles e incluso niños. Decenas de familias acuden cada mañana a esta morgue para preguntar o identificar a sus seres queridos. Mykolaivse ha convertido en un escudo de Odesa, en un punto de contención ante el avance de la invasión rusa por el sur tras hacerse con el control de Járkov. El precio que está pagando la población local es muy alto porque asisten en los últimos días a una lluvia de cohetes y proyectiles incesante que está provocando mucha destrucción.

Crónica de Ebbaba Hameida, enviada especial de RTVE a Odesa

"Cualquier ayuda, por pequeña que sea, nos sirve para combatir enemigo", es el mensaje que el presidente de Ucrania, Volodímir Zelensky, repite a menudo. Y que ha tenido una amplia respuesta ciudadana. Hay miles de voluntarios dedicando su tiempo a trabajar para el ejército, de una u otra forma. TVE entra en una fábrica de pañuelos. Antes se hacían con diseños como variados pero ahora, en pleno fervor patriótico, mandan los que llevan la bandera y el escudo patrio. Y se fabrican para enviarlos al frente.

Ucrania es la frontera entre la OTAN y Rusia. La promesa de entrada a Kiev en la OTAN, en 2008, irritó a Moscú que entiende Ucrania como un país vital para su seguridad. Ahora Kiev y Moscú hablan de avances en la negociación. Un pacto para frenar la invasión puede pasar porque Ucrania se comprometa a ser un país neutral. Es decir, renunciar a la OTAN. Un modelo, dice Moscú, como el de Austria o Suecia, con ejército propio. Kiev quiere garantías internacionales de seguridad que puedan defenderle en el futuro.

Viajar a España llena de esperanza a muchas de las mujeres ucranianas que hace ya casi dos semanas llegaron con sus hijos a este centro de refugiados en Moldavia. Pero están llenas de dudas, muy diversas, de cómo será su vida allí. En lo que coinciden todas es en pedir a los políticos que actúen rápido para que puedan empezar una nueva vida con sus hijos en España.

Guerra Rusia - Ucrania, sigue la última hora en directo

Foto: EFE/EPA/DUMITRU DORU

Las delegaciones deUcrania y Rusia estarían trabajando desde el lunes en un borrador de acuerdo compuesto por quince puntos, entre los que destaca que Kiev adoptaría una posición de neutralidad: renunciaría a unirse a la OTAN y a albergar bases militares extranjeras y armamento extranjero en su territorio. A cambio, Ucrania exige que se le garantice la protección de varios países extranjeros, como Estados Unidos, Reino Unidos y Turquía, países que se comprometieran por escrito a intervenir en caso de agresión, algo que a esta altura no está claro que acepte ni Rusia ni tampoco los países mencionados, según apunta el diario Financial Times donde se ha esbozado este borrador. Este documento también implicaría que Ucrania mantuviera a su Ejército, y la salida de las tropas rusas de todo el territorio ucraniano invadido desde el 24 de febrero.

El responsable de la delegación que negocia con Rusia, Mykhailo Podoliyak, asegura en las redes sociales que el borrador muestra la posición de Moscú, "nada más". Kiev únicamente confirma que pide un alto al fuego, la retirada de las tropas rusas y las garantías de seguridad de una serie de países.

El portavoz del Kremlín también ha reaccionado: "Es demasiado pronto para hablar de posibles acuerdos entre Moscú y Kiev" ha asegurado Dmitri Peskov a agencias de noticias rusas.

Informa Guillaume Bontoux

La ofensiva rusa en Ucrania sigue su avance después de 21 días de guerra. Las fuertes explosiones ya han alcanzado la capital, Kiev, y han dejado al menos cuatro civiles muertos.

Rusia y Ucrania han conseguido avances en varios de puntos de la negociación, pero esa esperanza de acuerdo no impide que se mantenga la ofensiva rusa que, entre otras víctimas civiles, ha costado la vida a un centenar de menores, según fuentes ucranianas.

Tres semanas de combates ha generado un flujo de refugiados hacia países vecinos que no tiene precedentes en Europa desde la Segunda Guerra Mundial. Ya son más de tres millones los que han cruzado las fronteras, la inmensa mayoría mujeres y niños. Muchos no tienen un destino claro.