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Ya no quedan periodistas internacionales y cuesta saber qué está pasando en Mariúpol. Nuestra enviada especial Ebbaba Hameida ha estado en Zaporiyia, donde Rusia bombardeó la mayor central nuclear de Europa. Ahora la ciudad está tranquila, pero hasta allí están llegando ucranianos que huyen de Mariúpol. Otros muchos, sorprendentemente, hacen el camino contrario. Te contamos por qué. Al otro lado del país, Alina sigue en Jarkóv. Allí las bombas la acompañan en su día a día, por ejemplo, en la cola del supermercado. Y seguimos en contacto con Lina, que ya está en Tenerife y nos cuenta que una señora que se llama Gloria le ha dejado una casa durante un año. La foto la hace desde la frontera de Polonia nuestro enviado especial Fernando Martínez.

  • La Asociación Española de Emprendimiento Rural y Sostenible (AEERS) ha lanzado la idea en la red social LinkedIn
  • Esta operación solidaria ha traído hasta España a 38 mujeres y niños que se han instalado en Bilbao, Gijón y Somiedo
  • El programa Emprende se emite los miércoles a las 01:30 horas en RTVE Play y en el Canal 24h
  • Guerra Rusia-Ucrania, sigue la última hora en directo

El ejército ruso se mueve por la región de Járkov: sus tropas y suministros se trasladan en un gran convoy. El ministerio de Defensa de Rusia también distribuye imágenes de sus helicópteros. Vuelan sin oposición en un espacio aéreo dominado por Moscú, que centra su parte de guerra en el Donbás.

En Mariúpol, el asedio continúa. Un bombardeo ruso ha destruido el aeropuerto y la gran acería, donde se oculta el batallón Azov, grupo de ideología neonazi, pero legal en Ucrania, e integrado en las fuerzas armadas que dirigen la defensa de la ciudad.

Mientras, Zelenski sigue reforzando sus apoyos internacionales. Este martes ha hablado por vídeo en el Parlamento italiano. El presidente ucraniano quiere reunirse con Putin y cree que la guerra terminará con un acuerdo que piensa llevar a referéndum.

Al sur de Ucrania, en la ciudad de Zaporiyia se forman filas de coches que se dirigen a la ciudad portuaria de Mariúpol. Aquí piden un permiso especial para volver a la ciudad, completamente asediada por el ejército ruso. Algunos van a evacuar a sus familiares, otros llevan medicinas y comida: "Quiero evacuar a mis padres que están en Mariúpol para traerlos aquí", explica Kate, una joven de 21 años que estudiaba derecho en Járkov.

No quiere pensar en el riesgo y se une a esta caravana de coches, señalados con cintas blancas y carteles que ponen civiles y niños. Son muchos los que aprovechan los corredores humanitarios habilitados para volver y salvar a su familia de la destrucción: "Yo abandoné Mariúpol el 28 de febrero con seis miembros de mi familia. Y ahora regreso a buscar al resto, pero los últimos días la carretera estuvo bloqueada por el ejército ruso y es muy inseguro ir solo con coche propio", asegura Oleg. Todos comparten el miedo, pero también la esperanza de salvar a los suyos. Informa Ebbaba Hameida, enviada especial de RTVE.es

Foto: PABLO TOSCO

Rusia está sumida en una espiral de represión y censura que parece no tener fin. Hoy el parlamento ruso, la Duma, ha endurecido la conocida como "ley de noticias falsas". A partir de ahora, se castigará también a quienes desacrediten a las instituciones rusas en el exterior. A la espera de la firma de Putin, la ley sanciona la difusión de noticias sobre actividades del estado que las autoridades consideren falsas. Aunque las penas generales son de 3 años, pueden aumentar a 5 si se trata de una actividad en grupo, un abuso de posición oficial, una creación artificial de pruebas o si el acto está motivado por la hostilidad política, ideologica, racial, nacional o religiosa. Las informaciones que supuestamente produzcan consecuencias graves se penarán con 15 años y las que hablen de instituciones rusas acarrearán multas de hasta 45.000 euros.

Precisamente este martes, elopositor ruso Alexei Navalny ha sido condenado por un tribunal del país a otros nueve años de prisión y una multa de casi 10.500 euros por presunto fraude a gran escala. La justicia rusa dice que ha robado dinero de las donaciones a su plataforma contra la corrupción. Ahora, cumple 2 años y 8 meses por otro caso de fraude y desacato a los tribunales. Antes, fue condenado a 3 años y medio por violar una fianza cuando se le hospitalizó en alemania tras ser envenanado. 

Informa Mónica Cartes.

Ucrania cumple 27 días de guerra con bombardeos en varias ciudades. Rusia no ha conseguido conquistar aún Mariúpol, un día después de expirar el ultimátum que dio a Ucrania para que rindiera la ciudad, y sus tropas permanecen estancadas en varios frentes en el país.

El presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, ha advertido este martes, en una intervención telemática ante el Parlamento italiano, que su país es la puerta de Vladímir Putin "para entrar en Europa".

Un dia más, nuestra Cronica Internacional en Radio 5 debe arrancar con la situacion que se esta viviendo en Ucrania. La capital, Kiev, se encuentra en toque de queda desde anoche, mientras que en el campo diplomatico el presidente ucraniano Volodomir Zelenski interviene hoy en una historica sesión conjunta del Congreso y el Senado italiano. Mientras, preocupacion por los refugiados que siguen llegando a Europa. La mayoria estan en Polonia, donde el gobierno ha aprobado una seria de medidas para favorecer su integracion.

Desde que comenzó la guerra en Ucrania hemos visto un increíble movimiento internacional de ayuda, de solidaridad, con ese país azotado por el conflitco y con los miles y miles de personas que se han tenido que refugiar en otros puntos de Europa. Desde el Centro Europeo de Emergencias, la Comisión Europea coordina las necesidades de Ucrania con lo que pueden ofrecer los países europeos. Nuestra corresponsal en Bruselas, María Carou, ha visitado ese centro.

La banda de punk ucraniana Beton ha versionado la popular London Calling, y la ha transformado en Kyiv Calling. En sus letras repiten lo que Kiev lleva pidiendo desde hace casi un mes, que solos no pueden y que no tienen aviones. En 1979 el grupo punk The Clash ya adivirtió con su canción que el mundo no iba bien, y sobre todo su país, Inglaterra. Ahora, lo que queda de la banda ha dado el visto bueno a esta versión.

El ejército ruso continúa bombardeando las principales ciudades ucranianas. En Kiev, llevan casi 20 horas bajo un estricto toque de queda, que solo permite salir para acudir a los refugios en caso de que no se disponga de uno en el edificio. Tomar la capital es uno de los grandes objetivos de Putin, pero sus tropas apenas están avanzando. De hecho, no hay movimiento sobre el terreno en los principales frentes bélicos, pero sí intesos bombardeos. La destrucción en Mariúpol es casi total. La viceministra primera asegura que se está trabajando en varias rutas de evacuación. En Jersón, al este, también la destrucción es enorme. En Jarkov, en el sur, las tropas rusas han dispersado con dispraos una manifestación de protesta contra la ocupación.

InformaFran Sevilla, enviado especial a Kiev.

En el paso fronterizo de Medyka, el más multitudinario de Polonia, es fácil encontrar cooperantes y voluntarios españoles. El castellano es uno de los muchos idiomas internacionales que suenan en el ir y venir de personas y entre los tenderetes humanitarios que forman un pasillo desde el acceso de la frontera hasta el lugar donde los ucranianos cogen los autobuses. En uno de esos puestos conocemos a Paco Cervera, un voluntario español que trabaja con tres fundaciones. Han estado con él los enviados especiales de RNE, Fernando Martínez y Juan Miguel Sanz.

La cercanía de la guerra inquieta a los vecinos de la región polaca de Subcarpacia, que hace frontera con Ucrania. Rzeszów es la capital de este voivodato de Polonia, una especie de comunidad autónoma, que además alberga el aeropuerto más cercano a la frontera, lo cual convierte la ciudad en un punto fundamental para el envío de ayuda humanitaria y militar de Occidente a Kiev. Los ciudadanos se confiesan inquietos y confían en que la OTAN proteja bien sus fronteras. Informan los enviados especiales de RNE, Fernando Martínez y Juan Miguel Sanz.