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El Secretario General de las Naciones Unidas, Antonio Guterres, ha condenado el reciente ataque a una central nuclear en Ucrania. "Cualquier ataque a las centrales nucleares es algo suicida y espero que esos ataques terminen", ha dicho Guterres en el Club Nacional de Prensa de Japón en Tokio.

La central nuclear ucraniana de Zaporiyia fue atacada a última hora del sábado y cada parte acusó a la otra del ataque. El operador de la central nuclear ucraniana, Energoatom, ha dicho que los bombardeos rusos dañaron tres monitores de radiación alrededor de la instalación de almacenamiento de combustibles nucleares gastados y que un trabajador resultó herido. Las agencias de noticias rusas, citando a la administración separatista de la planta, dijeron que las fuerzas ucranianas dispararon esos proyectiles.

El Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) advirtió recientemente que la forma en que se gestiona la planta y los combates que se producen en sus alrededores suponen graves amenazas para la salud y el medio ambiente. Durante la conferencia de prensa del lunes, reiteró su advertencia sobre el uso de armas nucleares. "Creo que si se utilizan armas nucleares, probablemente ya no habrá ONU capaz de responder. Puede que ya no estemos todos aquí". Y aseguró que estamos asistiendo a una radicalización de la situación geopolítica que hace que el riesgo de una guerra nuclear vuelva a ser algo que no podemos olvidar del todo.

Hoy hablamos de las sanciones adoptadas por China contra Estados Unidos y de las maniobras militares frente a Taiwán. También de Ucrania porque hoy han salido tres barcos de los puertos ucranianos cargados de grano, en la misma jornada en la que se han reunido para tratar ésta cuestión y otras relacionadas con la guerra Vladimir Putin y Recep Tayip Erdogan. Y entre otros destinos hoy miraremos a Colombia: el domingo será investido como presidente Gustavo Petro, el primero de izquierdas que tendrá el país. Nuestra corresponsal en el país Beatriz Viaño ha recorrido una de las regiones más castigadas del país, la del corredor del Pacífico, ante el inminente comienzo de la primera legislatura de un presidente colombiano de izquierdas.
 

En Ucrania, reparan las ruinas al ritmo de la música. Organizan campamentos y fiestas rave, conciertos de música electrónica para atraer a cientos de voluntarios. La música les anima a limpiar los restos de la invasión rusa, como en un centro cultural en Yahidne, en el norte de Ucrania, una ciudad que estuvo ocupada por los rusos. Los jóvenes apenas paran unos momentos para bailar, ya que hay mucho trabajo retirando escombros y reparando edificios.

FOTO: EFE/ Pasha Youz

El presidente ucraniano Volodímir Zelenski ha condenado el informe publicado por Amnistía Internacional en el que denuncian las malas prácticas del ejército de Ucrania. La organización ha llevado a cabo una investigación sobre el terreno en la que han detectado indicios de que las fuerzas ucranianas estarían poniendo en riesgo a su propia población civil.

El establecimiento de bases militares en escuelas u hospitales y el lanzamiento de ofensivas desde zonas habitadas por civiles se considera una violación del Derecho Internacional Humanitario. Las autoridades ucranianas han acusado a la organización de “equiparar a víctima y agresor”.

En RTVE Noticias hablamos con Esteban Beltrán, director de Amnistía Internacional España, que nos explica el contenido del informe y el procedimiento seguido durante la investigación que ha levantado ampollas en Ucrania.

Millones de personas han abandonado sus hogares desde el inicio del conflicto bélico en Ucrania. Unos dos millones terminaron cruzando a Rusia y varias ONG denuncian ahora las duras condiciones en las que viven allí. Miles de familias ucranianas llevan meses en una situación extrema. Huyeron al país vecino cuando empezó la guerra y su infierno comenzó nada más cruzar. Antes de atravesar la frontera con Rusia tuvieron que pasar por lo que varias organizaciones denominan "puntos de filtración". Los refugiados ucranianos que consiguen cruzar reciben 10.000 rublos, unos 160 euros. El siguiente paso es conseguir el estatus oficial de refugiado. Luego, intentar obtener la ciudadanía rusa, imprescindible para trabajar y vivir legalmente en el país. Mientras tanto, viven en centros de acogida temporal.

FOTO: REUTERS/Darrin Zammit Lupi/File Photo

El ejército ucraniano afirma haber recibido casi 20 millones de dólares de países e individuos donantes internacionales para la compra de drones de reconocimiento. En Kiev, ha exhibido parte de la flota en un aeropuerto en las afueras antes de su despliegue en el frente.

A principios de este mes, las autoridades ucranianas lanzaron una nueva campaña de recaudación de fondos llamada "Ejército de drones" para comprar y reparar drones y capacitar a los operadores. A lo largo del conflicto, tanto las fuerzas ucranianas como las rusas han utilizado pequeños drones de consumo, o vehículos aéreos no tripulados (UAV), en la guerra para identificar las posiciones enemigas y guiar sus ataques de artillería.

Esta semana partía del puerto de Odesa, en Ucrania, con destino Líbano, un buque cargado de cereales, el primer barco que ha logrado salir del país desde la invasión rusa a finales del pasado febrero. ¿Supone un avance importante en la lucha contra el hambre? Lo analizamos en Las mañanas de RNE con José María Sumpsi, miembro del grupo de alto nivel de expertos del Comité de Seguridad Alimentaria Mundial de Naciones Unidas y catedrático emérito de la Universidad Politécnica de Madrid.

Este afirma que es muy positivo, que aliviará tensiones en ese terreno, pero que la causa del hambre en el mundo no solo es a consecuencia de la guerra en Europa. "La salida es un alivio pero no es una solución definitiva", comenta. Esta solo ha agravado una situación que viene acrecentándose desde hace años. "Desde 2015 el número de personas que pasan hambre en el mundo está aumentando", dice Sumpsi. Uno de los problemas es el cambio climático, que está afectando a las producciones. "Hace que desde hace 4 o 5 años no haya una cosecha normal a nivel mundial", lamenta, y avisa de que "la crisis alimentaria, especialmente en África, está en un momento delicado". "Esta situación de crisis alimentaria lleva años presente y puede perdurar incluso aunque la guerra se acabe", añade. Además, recuerda que Latinoamérica también se puede ver afectada por la falta de fertilizantes, cuyo principal exportador es Rusia.

Numerosos países dependen del grano ucraniano. Sumpsi celebra el acuerdo y pone en valor la labor mediadora de Turquía y de las Naciones Unidas, pero pide prudencia: "El comienzo el positivo pero hay que ver cómo se desarrolla en los próximos meses". El acuerdo contempla la salida de todo el grano ucraniano almacenado de la cosecha anterior, unas 20 millones de toneladas, repartidas en 5 millones cada mes, por lo que vaticina que "en 4 o 5 meses" haya salido todo. Una exportación importante, no solo desde el punto de vista del hambre, sino para que se pueda seguir recogiendo la cosecha de este año al vaciar los silos que la almacenaban. Hay aún 20 barcos esperando en Odesa.

La globalización favorece la interconexión de los estados en todos los sentidos y en todos los sectores, como el alimentario o el energético. La escasez, también energética, está afectando a la inflación a nivel mundial, señala el catedrático. "Putin está usando su poderío en el tema energético y en la alimentación para condicionar, e incluso chantajear, a los países". "El hambre se puede utilizar como arma", confiesa. Sumpsi alerta de que la hambruna puede además agravar el problema migratorio.

¿Por qué la guerra de Ucrania deja de abrir los informativos? ¿Se cansa la audiencia, o los periodistas? ¿Por qué se olvidan los conflictos? ¿Por qué es importante seguir hablando de las guerras del mundo? Se lo preguntamos a Fran Sevilla, corresponsal en Washington, que ha sido enviado especial a muchas guerras y estuvo dos meses y medio en Ucrania, y a Cristina Sánchez, compañera del área internacional, ha cubierto varias guerras, estuvo tres veces en Siria, y presentó durante casi una década el programa de Radio 5 'Países en conflicto'.