El Gobierno de Irlanda negocia las condiciones de su plan de rescate y hasta donde llegarán las exigencias en los recortes presupuestarios y la subida de impuestos. Pero al mismo tiempo, el Ejecutivo de Dublín debe hacer frente a una situación de inestabilidad política porque los verdes, sus socios minoritarios, le han pedido ya elecciones anticipadas.
De hecho, anoche se escuchaban gritos de vergüenza para los ministros. Vergüenza por pasar de ser un milagro económico a necesitar rescate exterior y ser motivo de chanza. Y rabia por la forma en que se ha gestionado la crisis y las negociaciones de rescate.