Numerosos dirigentes del Partido Popular han participado este lunes en la ofrenda floral en el Bosque del Recuerdo, en el parque del Retiro, en recuerdo de las víctimas del 11M. En el acto organizado por la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT), su presidenta, Maite Araluce, ha sido muy crítica con el Gobierno: "No solo es que no acompañen hoy a las víctimas. Es que reniegan de nosotros durante todo el año, es injusto, indigno y humillante", ha afirmado.
Modesto Pardo, director del colegio Ciudad de Valencia de Madrid, ha reflexionado en el 14 horas de RNE acerca de cómo vivieron los atentados del 11M en el centro, ubicado muy cerca de la estación de Santa Eugenia.
Pardo ha afirmado que un primer momento intentaron hacer vida normal en el colegio, pero que todo se fue desmoronando conforme se iban conociendo más noticias y, sobre todo, cuando llegó la hora de la salida del centro. “Empezamos a preocuparnos más porque hubo familias que no aparecieron a buscar a los niños. Nos fuimos enterando poco a poco de que varios padres y madres habían fallecido en el atentado.”
Vicente tenía 37 años cuando fue asesinado en los atentados del 11M en Madrid. Volvemos a Atocha con su mujer, que entonces tenía 32 años. "Se te para la vida", confiesa ella y no puede evitar emocionarse al recordar cómo se despidieron aquella mañana, que parecía una más en sus dos años de casados.
Mara Peterssen entrevista a Víctor Sampedro, catedrático de Opinión Pública Comunicación Política URJC y autor de ‘Voces del 11M’, un libro que recuerda aquel episodio a través de los testimonios de algunos de sus protagonistas: víctimas, policías y periodistas.
El exalcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, que estaba al frente del equipo de gobierno del Ayuntamiento cuando se produjo el atentado yihadista del 11M, que dejó 192 muertos y cerca de 1.900 heridos, entrevistado en La Hora de La 1 en el programa especial con motivo del 20 aniversario del atentado, que "nunca es fácil volver a Atocha" especialmente cuando ve a la gente saliendo de los vagones y recuerda a aquellos que no pudieron. "No quiero olvidar, tenemos una deuda con las víctimas y una parte de esa deuda consiste en mantener la memoria viva", ha dicho antes de recordar cómo vivió ese día: "Estaba en mi casa, me llama mi concejal de Seguridad, Pedro Calvo, diciendo que había estallado una bomba y que pensaba que a lo mejor había un muerto". También ha recordado cómo tuvieron que instalar la morgue en el Ifema, porque no había capacidad suficiente en el Instituto Anatómico Forense. "Teníamos muy presente lo que había pasado con el YAK-42, donde al intentar agilizar la identificación se cometieron errores", ha admitido. De aquel día dice que recuerda por ejemplo que los cuerpos estaban en las bolsas y los familiares insistían en llamarles y los teléfonos móviles sonaban dentro de las bolsas". Aquel día, ha asegurado que lloró aunque no podían "parar ni un minuto" y que no se avergüenza de ello. El pueblo de Madrid, ha asegurado Ruiz-Gallardón, fue "formidable" y "nos representó a todos los españoles" porque siguió "sin racismo, ni xenofobia" y en eso fracasaron los yihadistas. Foto: EFE/Juanjo Martín.
Casi tres años después de los atentados del 11-M, el 15 de febrero de 2007, el juez Gómez Bermúdez, daba comienzo al juicio en la Audiencia Nacional por los atentados. El 17 de julio de 2008, el Tribunal Supremo da por cerrado el proceso. Hoy, cuatro condenados siguen en prisión: tres en España y uno en Marruecos. El resto de los condenados están en libertad, 20 años después. Un total de 29 acusados de los cuales 21 fueron condenados, algunos con penas de hasta más de 42.900 años. Si bien, a las víctimas les dejó un sabor agridulce, pues pedían condenas y penas más altas.
Ni la Audiencia Nacional ni el Supremo establecieron a los autores intelectuales del 11-M, al considerar que murieron en el suicidio del piso de Leganés. “No se pudo demostrar y no se pudo condenar a los autores intelectuales: no porque hayan sido otros, sino por falta de pruebas”, explica Javier Zaragoza, fiscal jefe del 11-M. Lo cuenta Araceli Sánchez.
El coronel Francisco Vázquez, jefe de la Unidad de lucha contra el terrorismo de la Guardia Civil, y el profesor Francisco Reinares, experto en terrorismo, analizan qué pasó en el 11M, qué errores se cometieron y qué se ha aprendido durante estos años para evitar que algo así pueda llegar a repetirse. “Hemos habilitado unas capacidades que pretenden básicamente dos cosas: intentar prevenir que individuos se radicalicen y anticiparnos en los estadios previos”, ha dicho el coronel Vázquez en conversación con Iñigo Alfonso y con Fernando Reinares. El profesor reflexiona sobre los fallos, “porque la Policía los conocía”, y añade sobre la situación actual: "Se ha producido una extraordinaria transformación del fenómeno yihadista, que tiene que ver con el ascendiente migratorio de quienes se implican". Ambos coinciden en que España ha aumentado muchos sus capacidades tras lo ocurrido hace ahora dos décadas.
Íñigo Alfonso se ha desplazado hasta la estación de Atocha para recordar el 20º aniversario de los atentados del 11M en Madrid en un programa especial que ha comenzado con un diálogo con dos víctimas: Marisol Pérez, que perdió a su hijo Rodrigo, y Gonzalo Villamarín, superviviente de la tragedia.
Además, el exalcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, ha recordado cómo vivió una de las mañanas más duras de la capital de España, y el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, ha criticado la gestión informativa del Gobierno del PP. También hemos analizado la investigación judicial con el que fue Fiscal Jefe de la Audiencia Nacional, Javier Zaragoza, y con el presidente del Tribunal del juicio del 11M, Javier Gómez Bermúdez. Por último, cerramos el programa con un diálogo entre el Coronel Vázquez Aznárez, jefe de la Unidad Central Especial 2 del Servicio de Información de la Guardia Civil, y Fernando Reinares, investigador asociado del Real Instituto Elcano y catedrático de Ciencia Política y Estudios de Seguridad en la URJC.
Íñigo Alfonso comienza el programa especial del 20º aniversario del 11M recorriendo la estación de Atocha con dos víctimas de los atentados: Marisol Pérez, que perdió a su hijo Rodrigo, de 20 años, y Gonzalo Villamarín, superviviente del atentado. Marisol nos cuenta que pasaron varios meses hasta que pudo reincorporarse a su trabajo como profesora. Un trabajo que le ayudó a sobrevivir a la tragedia. "A veces dormía por la mañana y durante una fracción de segundo olvidaba lo que había pasado. Y recordarlo era como un mazazo. Entonces es importante tener algo que te saque de la neurosis del '¿qué ha pasado, qué ha pasado?'", explica Marisol, que también se ha apoyado mucho en la escritura de dos bitácoras, una dedicada a recordar su hijo, y otra sobre cómo las teorías de las conspiración hacían daño a las víctimas, que acabaron plasmándose en el libro 'Dinos dónde estás y vamos a buscarte'. "La dignidad no se pierde por unos trols, por muy poderosos que sean", dice Marisol sobre los que propagaron esas teorías conspirativas. Marisol cree que la justicia platónica no existe, pero considera que las víctimas han recibido una justicia razonable.
Gonzalo cree que las administraciones no nos han tratado bien a ninguna de las víctimas del 11 M. Él era capitán del Ejército en el momento de los atentados y se siente maltratado por la institución. "No saben ni que existo. Me obligaron a pasar el tribunal, me dijeron que era un inútil y para mi casa. Tuve más problemas para asimilar eso que los recuerdos del atentado", nos cuenta Gonzalo, que se ha apoyado en el deporte para intentar superar la tragedia.
Desde el 11M, las autoridades marroquíes expresaron su voluntad de colaborar con la policía española en la lucha antiterrorista. Fue casi un año antes cuando Marruecos vivió su peor atentado en Casablanca con una treintena de muertos. Desde 2017, el gobierno marroquí empezó un programa para rehabilitar y reinsertar terroristas arrepentidos, donde reciben talleres, charlas y asesorías para adquirir habilidades que faciliten su integración socioeconómica. Más de 300 reclusos se han beneficiado de este programa, y algunos han sido indultados por el rey. En la última década, Marruecos ha logrado desmantelar unas 100 células yihadistas. Informa la corresponsal de RTVE, Ana Jiménez.
Las víctimas de la tragedia del 11M aunaron fuerzas para conseguir justicia y reparación en la Asociación Afectados del Terrorismo, pero se encontraron con un objetivo más: defender la verdad y luchar contra las teorías alternativas que se generaron sobre la autoría de los atentados. "Hemos sufrido una doble victimización, al hecho de tener una persona asesinada se une el dolor de aguantar esas mentiras durante tanto tiempo", nos cuenta Eulogio Paz, víctima y presidente de la asociación. Para él, el 11M unió a la sociedad española, pero después se fracturó por completo. Informa Mar Lupión.
El 11M marcó un antes y un después en el tratamiento del yihadismo en nuestro país. Desde entonces se persigue el adoctrinamiento y se intenta evitar la radicalización en las cárceles. Nuestra compañera Gema Alfaro ha hablado con Álvaro Vicente, del Real Instituto Elcano, que nos cuenta que nuestro sistema penitenciario es uno de los más duros en toda Europa. El investigador considera que esto tiene una parte negativa, ya que, en otros países, acompañar a los presos y premiarles con algunos beneficios favorece la reinserción.
El 11 de marzo de 2004, como cada día, miles de personas utilizaban los trenes de la red de Cercanías de Madrid para ir a sus trabajos, a la facultad... Eran las 7:39 de la mañana, eran trabajadores, estudiantes, amas de casa, personas de decenas de nacionalidades distintas... En ese momento, tres bombas estallaron en un tren que llegaba a Atocha desde Guadalajara. En total fueron diez bombas en cuatro trenes que circulaban en hora punta. Estos son los sonidos de lo que ocurrió a partir de ese momento. Un trabajo del equipo de RNE Madrid, con Chema Forte.
Solo tres de los condenados por los atentados del 11M continúan en prisión. Jamal Zougam fue condenado a casi 43.000 años por ser uno de los autores materiales de los asesinatos; Othman el Gnaoui, a casi 35.000 años por transportar los explosivos y al español José Emilio Suárez Trashorras, 34.000 años por ser cooperador necesario por suministrar la dinamita. Los 15 restantes ya terminaron sus penas y 8 de ellos fueron expulsados a su país, la mayoría a Marruecos. Los detalles con Gema Alfaro.