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La guerra en Ucrania cumple este martes 69 días sin cambios significativos en el curso del conflicto. Continúa la evacuación de los civiles de Mariúpol, la ciudad costera del sur del país, en la que permanecen unas 100.000 personas que buscan huir de los ataques de las tropas rusas para ser trasladados a Zaporiyia, donde han llegado 140 personas tras dos días de viaje.

Mientras, Rusia ha anunciado nuevos ataques contra la acería de Azovstal, en Mariúpol, pues acusa a Ucrania de violar el alto el fuego.
En el frente, el Ejército ruso trata de ganar terreno, dejando a los ucranianos el dominio del norte del país para completar su control sobre la cuenca minera del Donbás.

A la entrada de Zaporiyia, junto a la carretera que viene de Mariúpol, médicos, enfermeras y voluntarios esperan con ropa, comida caliente y juguetes a los evacuados de la ciudad. Mujeres y niños, los primeros que han salido de la planta metalúrgica de Azovstal, donde los militares siguen negándose a rendirse. Mientras tanto, a ese centro siguen llegando desplazados de otras zona del país. Allí, entre otras cosas, reciben también atención psicológica. "Muchos llegan en shock, aún no son conscientes de todo lo que les ha pasado y, al llegar aquí, a un sitio seguro, se derrumban", nos cuenta Lina Villa, psicóloga de Médicos Sin Fronteras.

Informa Fran Sevilla, enviado especial

En Ucrania ha empezado la evacuación de civiles en la acería de Azovstal, en Mariúpol. Decenas de personas habrían conseguido salir de allí. Estados Unidos ha vuelto a mostrar su firme apoyo al presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, con la visita de la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi. La guerra continúa, pero en zonas liberadas, como al norte de Kiev, piensan ya en la reconstrucción. Los bombardeos han destrozado buena parte del país. Según organismos internacionales, se van a necesitar 600.000 millones de dólares para reconstruir Ucrania.

La guerra además de miles de muertos y heridos deja ya una Ucrania muy destruida en el aspecto material tras 67 días de invasión. Infraestructuras, industrias y sobre todo muchas viviendas han quedado arrasadas por las bombardeos. Las autoridades del país han hecho un primer cálculo y han cifrado el coste de las pérdidas en 90.000 millones de euros.

Mientras continúan los combates, en las zonas ya liberadas como el norte de la región de Kiev, los propios ucranianos han empezado a reparar en la medida de lo posible calles y tendido eléctrico. Algunos vecinos, como Serguei, han desescombrado con ayuda de unos amigos lo que quedaba de su casa, que quedó destruida por los ataques.

En la guerra de Ucrania, la iniciativa particular de los ciudadanos es clave para que el ejército pueda tener suministros básicos. Desde que comenzó la invasión, muchos voluntarios se han organizado para ayudar en la defensa territorial del país. Odesa está sembrada de barricadas en las calles y todos los sacos terreros los han hecho voluntarios con arena de las playas. "Hacemos estas redes para que sus equipos, sus vehículos de combate estén más seguros", dice Nila, mientras anudatrozos de tela en una red que después se destinará a camuflar instalaciones militares en el frente.

Un centenar de personas van cada día al centro donde acude ella para hacer a mano estos sistemas de protección. "Para mí, estos equipamientos militares ayudan a nuestros soldados a seguir vivos", explica orgulloso uno de los responsables de otro centro en Odessa, desde donde se envía al frente chalecos antibalas de fabricación casera. Hacen uniformes, calzado y todo lo que se pueda necesitar, dicen, para apostar por el futuro de su país.

Informan Aurora Moreno y David Velasco, enviados especiales

Rusia ha bombardeado este sábado el aeropuerto de la ciudad de Odesa. Según fuentes ucranianas, un misil ruso ha impactado en la pista del aeropuerto y la ha dejado inutilizable. El ataque no ha causado víctimas, ya que la terminal de pasajeros, a tan solo 7 kilómetros del centro de la ciudad, ha quedado intacta.

Informan Aurora Moreno y David Velasco, enviados especiales 

Rusia trata de ganar terreno en el este de Ucrania, pero los soldados ucranianos ofrecen resistencia e incluso han recuperado algunos pequeños enclaves, según un portavoz militar de Kiev. En las últimas 24 horas, los rusos han atacado con misiles unos 400 objetivos, entre ellos 15 depósitos de armas y municiones. El aeropuerto de Odesa ha quedado inservible. En Járkov, prosiguen sin descanso los bombardeos. Se han formado largas colas de residentes que necesitan agua y alimentos. Cientos de ucranianos siguen llegando a la ciudad procedentes de otras zonas del Donbás atacadas. El presidente de Ucrania, Zelenski, ha calificado la situación en la segunda ciudad del país de "difícil". Este sábado, ha impuesto medallas de reconocimiento a los militares encargados de vigilar las fronteras.

Foto: Un tanque del ejército ucraniano en una carretera cercana a Sviatohirsk, ern el este del país (Yasuyoshi CHIBA/AFP)

Cientos de personas intentan llegar a Járkov en las últimas horas. Lo hacen pese a los ataques a la ciudad y la durísima situación humanitaria. Muchos han perdido su casa, por estar en zonas que controla Moscú, o buscan la ayuda de familiares. El ejército de Ucrania ha retomado el control de una localidad cercana. La habían ocupado las tropas rusas desde hace más de un mes.

El avance de las fuerzas rusas en el este de Ucrania sigue siendo lento. Apenas han conseguido ganar territorio en las últimas horas. Según la inteligencia militar británica, Rusia aún tiene problemas de coordinación táctica sobre el terreno, y su apoyo aéreo es inconsistente.