Cinco periodistas del canal de televisión Al Quds (vinculado a Hamás) han muerto después de que Israel bombardeara su vehículo de transmisión frente al hospital Al-Awda en Nuseirat, en el centro de la Franja de Gaza, según ha informado este mismo medio de comunicación. Israel ha reconocido el ataque, pero lo ha calificado de "selectivo". Asegura que iba dirigido contra un escuadrón de Yihad Islámica palestina e insiste en que los informadores pertenecían a la organización.
"El tsunami llegó con unas olas gigantes. Iba derribándolo todo como un dominó", asegura Charnpitak, superviviente del tsunami y artista tatuador.
Aquel 26 de diciembre, Charnpitak inmortalizó con su cámara de fotos los momentos más duros tras la tragedia. No se separa de los álbumes que guarda en su local de tatuajes de Pukhet.
Todavía se pregunta qué habrá sido de algunos de sus clientes, los que eran casi familia. No los ha vuelto a ver desde entonces. Algo, confiesa, que no se va de su cabeza.
Hubo en total más de 220.000 muertos. A Tailandia llegó dos horas más tarde, durante la marea alta, llevándose la vida de más de 5.000 personas y 400 personas desaparecieron, incluidos muchos turistas.
El Gobierno se puso manos a la obra después de 2004 creando sistemas de prevención de riesgos. Uno de sus responsables explica que tienen boyas instaladas en el mar conectadas a más de 100 torres de alarma en la costa, formando un sistema de alerta capaz de notificar a los residentes un peligro inminente con cinco minutos de atelación.
También han puesto el foco en rutas de evacuación. Por toda la costa este hay señales que conducen a un lugar seguro y edificios de refugio. Ponerse a salvo en lugares elevados es algo que todos los tailandeses ya han aprendido, igual que alejarse de la costa.
El recuerdo del tsunami está presente incluso para quienes no habían nacido por aquel entonces.
Nos encontramos en el momento en el que hay más conflictos activos en el mundo. Una situación que, casualmente, coincide con los 10 años de la entrada en vigor del Tratado Internacional del Comercio de Armas. Juan Manuel Bautista, profesor de Derecho Internacional Público y Relaciones Internacionales en la Universidad de Salamanca.
El 26 de diciembre de 2004 el sudeste asiático se vio afectado por el tsunami más mortífero de la historia. El tercer terremoto mmás grande jamás registrado en el oceano índico provocó la muerte de casi 250.000 personas. Los países más afectados fueron Indonesia, Sri Lanka, India y Tailandia pero no fueron los únicos. Vamos a estar en Yemen, porque el ejercito israeli ha lanzado un ataque contra el aeropuerto de la ciudad de la capital Saná, provocando varias muertes. También en Siria porque en varias ciudades se ha impuesto un toque de queda tras las protestas que han provocado una decena de muertes. Sabremos más de la investigación del accidente aéreo de Azerbaiyán y de la avería de un cable submarino en el Báltico. También conoceremos los planes del presidente chino Xi Jinping en torno a la construcción de una nueva presa que atraviesa la meseta tibetana, y tendremos una entrevista sobre los 10 años de la firma del Tratado de Comercio de Armas.
El 26 de diciembre de 2004 un terremoto de magnitud 9,1 -el tercero más grande jamás registrado- en la isla de Sumatra sacudió el sudeste asiático. No hubo avisos antes de que el tsunami provocado por el seísmo golpeara las costas del océano Índico causando cerca de 230.000 víctimas mortales en 15 países. Indonesia, Sri Lanka, India y Tailandia fueron los más afectados, pero los efectos también llegaron a lugares tan alejados del epicentro como Somalia. El equipo de RTVE Noticias y de Datos RTVE analiza el origen y sus consecuencias en La tarde en 24 horas.
La catástrofe empezó minutos antes de las 8 de la mañana del 26 de diciembre de 2004, con un fuerte terremoto de 9,2 en las profundidades del océano Índico. Provocó olas gigantes de más de 30 metros de altura y cuando llegaron a las costas, arrasaron con todo a su paso. Hubo fallecidos de 14 países, uno de ellos Tailandia.
La provincia de Phang Nga fue la más afectada. A pocos metros de la playa se levanta una gran ola a modo de memorial. Tanto para tailandeses como para turistas hay un pequeño altar.
Este cementerio se conoce como el de los sin nombre porque están enterradas más de 400 víctimas de todo el mundo, que no se pudieron identificar. En las placas, solo aparecen números y letras en un entorno que está prácticamente abandonado 20 años después.
Se cumplen 20 años del tsunami en el océano Índico, una tragedia que golpeó a países como Tailandia, Indonesia, Sri Lanka o India, que dejó alrededor de 230.000 muertos.
Con una sirena de alarma ha empezado el homenaje a las víctimas en Indonesia. En Tailandia han puesto flores en el memorial por los fallecidos y en Sri Lanka les han recordado con flores. En la India, las han echado al mar que aquel día devoró, literalmente, la tierra.
Se cumple un mes del alto el fuego en Líbano. El Ejército libanés denuncia más de 300 bombardeos israelíes en el último mes. El Ejército hebreo dice que son la respuesta de ataques previos de Hizbulá. Pese a pender de un hilo, el nuevo escenario abierto en Siria hace pensar a los expertos que mantendrán vigente el alto el fuego. Según Israel, ha intervenido el 80% de armamento de Hizbulá. La caída de Asad en Siria complica a Irán el abastecimiento a la milicia libanesa por su frontera.
Medio millón de libaneses han vuelto a sus hogares y la población israelí sigue desplazada; sus tropas no han cumplido aún la retirada pactada. Mientras, los hutíes, con base en Yemen, retan a Israel con cuatro ataques en una semana.
Doudou Nassar traslada a un grupo de cristianos palestinos a sus terrenos de Nahalin, en la Cisjordania ocupada por Israel, para que asistan al rezo semanal en una cueva subterránea. Nassar quiere evitar que el bloqueo de carreteras por parte del ejército israelí y el temor a cruzarse con colonos en el trayecto aíslen a la mayor parte de la comunidad. Desde hace años, la familia Nassar defiende estas tierras pese a la ambición de Israel de expandir sus colonias. Actualmente, la población cristiana en los territorios palestinos es de unas 50.000 personas, tan solo un 1%, que se distribuyen en las ciudades de Belén, Ramala y Jerusalén. Además de los que residen en la Franja de Gaza.