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Los patinadores se quedan hasta tarde en esta pista, a orillas del Kurá, el río que atraviesa Tiflis, en Georgia. Junto a él, la entrada del pub de Daina. Si el portero sospecha que un cliente es ruso, le pide que se descargue el curioso visado para rusos con un código QR que abre un formulario. Hay que marcar afirmativamente casillas como "no voté a Putin porque es un dictador", "condeno la agresión rusa a Ucrania" o "Abjasia y Osetia del Sur son georgianas". Si no, no se bebe en el de Daina. "Decidimos pedir estas visas porque queremos saber a quién servimos y cuál es su punto de vista político, no queremos servir a quien está de acuerdo con Putin", explica Cecilia, la directora del local, que asegura que es su forma de mostrar que no todos los rusos son bienvenidos.

Orejov es una de las últimas localidades ucranianas antes de la zona de Zaporiyia ocupada por Rusia. Prácticamente no queda nadie allí, salvo ancianos que viven ocultos en refugios. La guerra les ha obligado a refugiarse en viejos búnkeres; sótanos oscuros y fríos, sin agua y con cortes de luz. Pero ellos se resisten a abandonar su tierra.

Desde que comenzó el referéndum el éxodo de personas que huyen de Zaporiyia ha aumentado. La gente quiere salir antes de que Putin declare formalmente que esas tierras son territorio ruso. Alrededor de 1000 de personas están saliendo cada día.

Entre el 87% y el 99% de los votantes en los territorios ucranianos controlados por las fuerzas rusas en el este y el sur han apoyado la anexión a Rusia en el referéndum celebrado del 23 al 27 de septiembre, en las autoproclamadas repúblicas de Donetsk y Lugansk y en las zonas ocupadas en Zaporiyia y Jersón. Unas consultas a las que Ucrania y prácticamente toda la comunidad internacional han negado toda legitimidad.

En la autoproclamada república de Donetsk el 99,23 % de los votantes respaldó la incorporación a Rusia, según los resultados difundidos este miércoles por la autoridades prorrusas con el cien por cien de la papeletas escrutadas. El apoyo a la anexión fue ligeramente inferior en la también autoproclamada república de Lugansk, donde a favor de esta opción se registró un 98,42 % y la participación fue del 94,15%, según anunciaron las autoridades electorales locales, que no han revelado cómo se elaboró el censo en medio de la intervención bélica rusa. En los territorios controlados por Rusia en las regiones meridionales ucranianas de Zaporiyia y Jersón apoyó su anexión a Rusia el 93,11 y el 87,05% de los votantes, respectivamente, según los datos las administraciones provisionales instaladas por las fuerzas rusas.

Foto: La gente pasea delante de un cartel que dice "Por siempre con Rusia" en Lugansk (AP)

Los soldados rusos aun ocupan una buena parte del territorio y los combates continúan a las puertas del Donbás, donde un grupo de militares en un pequeño hospital donde atienden sobre todo a heridos de metralla.

Julia ha venido con sus dos hijas y cuenta su historia a TVE. Los ataques han alcanzado su casa y a la más pequeña de la familia le atienden en una camilla.

De momento no se determina la gravedad de su estado. Julia y su otra hija esperan también para ser atendidas. Sus rostros reflejan dolor por fuera y por dentro. "No tenemos ni coche ni dinero. No hemos podido salir de aquí", se lamenta.

El hospital es modesto con solo seis médicos y algunos voluntarios. Además, este martes es un día especial porque ha llegado un grupo de soldados que cantan y cuyo objetivo es básicamente repartir motivación y un poco de alegría.

"Estamos haciendo esto desde hace tres o cuatro meses. Vamos a los hospitales de la línea del frente y lo hacemos para ayudar a la gente", dice Sasha. La música una vez más despierta sonrisas, aunque todos saben que ahí fuera la guerra sigue su curso.

La actividad no cesa en el paso fronterizo de Verkhni Lars, Georgia. El goteo de vehículos y personas que llegan desde Rusia es constante desde que el pasado miércoles el presidente de Rusia, Vladímir Putin, decretara la orden de movilización parcial de 300.000 reservistas.

Foto: Paso fronterizo de Verkhni Lars entre Georgia y Rusia (AFP)