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En los informativos aparecen los asesinatos de mujeres por violencia machista. En muchos casos de violencia de género no hay agresiones físicas o, además de ellas, esas mujeres han sufrido años de otras violencias que no se ven. Es la violencia psicológica que crea dependencia emocional y destruye la autoestima, la dependencia económica, la violencia vicaria, la luz de gas, la violencia sexual dentro de la pareja... Crean un infierno que es muy difícil de romper y que explica en gran parte que tantas mujeres no puedan presentar denuncias contra sus agresores.

La mayoría de las violaciones las perpetran conocidos de la víctima, en un 70% de los casos, y en el propio domicilio, 60%. Vivir en pareja no es una carta blanca para obligar a practicar sexo. El Tribunal Supremo falló en 2019 que no existe una obligación sexual dentro de la pareja. Según la encuesta europea de violencia de género, más de 700.000 mujeres afirmaban haber mantenido relaciones sexuales con su pareja por miedo a lo que podría ocurrir si se negaban. El consentimiento tiene que ser voluntario y reversible.

Foto: Getty Images

Una ley que ampare a las víctimas, mujeres y menores, que sufren cualquier tipo de violencia machista y sexual. Es lo que piden las asociaciones de mujeres ante el vacío de una normativa integral en Francia. Y denuncian, por ejemplo, que se haya tenido que esperar a junio de este año, para que una nueva ley de violencia doméstica, active la protección inmediata a una mujer en cuanto denuncia una agresión de su pareja o expareja, y amplíe de seis meses a un año la duración de estas medidas protectoras.

Las cifras de mujeres asesinadas por sus parejas preocupan, 93 en 2023. Y esta estadística: cada día en Francia, hay tres feminicidios o tentativa. Las reivindicaciones de este año miran también hacia el juicio por las decenas de violaciones a Gisèle Pelicot, drogada por su exmarido, al que juzgan junto a otros 50 hombres.

Foto: AP Photo/Thibault Camus

Desde febrero de 2013, más de 16 mil víctimas han sido avisadas de que su agresor había maltratado antes. Uno de cada diez agresores machistas es reincidente: hay más de 60.000 en España. Las expertas explican que es normal encontrarnos a agresores persistentes con esa misma mujer o diferentes mujeres con las que van perpetuando esa violencia, incluso con su madre o su hija. Para que una mujer sea advertida sobre los antecedentes de su agresor, además de haber interpuesto la denuncia, ella o el entorno, la Policía y la Guardia Civil evalúan el riesgo de la víctima: tiene que ser de especial relevancia. No obstante, las expertas reclaman que el protocolo sea más garantista y que a las víctimas se les informe siempre que exista reincidencia.

Boek visual: Nuria López Torres. La serie Boek visual nos presenta cada semana a artistas que, en diferentes formatos (fotografía, dibujo, diseño gráfico, collage…), nos acercan a la poesía experimental. En esta entrega, descubrimos el proyecto de investigación ‘Hijas de ningún dios’ de la fotoperiodista Nuria López Torres. En vísperas de la celebración del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, la fotógrafa retrata y denuncia las desapariciones de mujeres y niñas y la esclavitud sexual en México.

En el juicio por el asesinato de Wafaa Sebbah en 2019, en Valencia, la jueza ha llamado la atención al abogado del acusado por tratar de culpabilizar a la víctima, entre otras cosas, por su forma de vestir. Comentarios que cuestionan las asociaciones feministas. La actitud del abogado defensor ha obligado a la jueza a frenarle, recordándole en varias ocasiones que a quien se juzga es al acusado y no a la víctima. Mientras, las mujeres juristas destacan que esta victimización secundaria no es nueva, ya que podemos encontrarla en muchos otros juicios. Asimismo, señalan que, pese a las reformas legales, aún queda camino por recorrer.

El caso Pelicot encara su fase final. Este miércoles han expuesto sus alegatos los abogados de Gisèle, la mujer que fue drogada y violada durante años por su marido y decenas de hombres. Su pareja ha reafirmado que los otros 50 acusados de violación agravada sabían que Gisèle estaba sedada. Durante la sesión de este martes dijo que la drogó para que no sufriera mientras la violaban, pero en esta nueva jornada ha admitido que la sumisión química es "una mierda". "Nunca debí hacer esto, voy a morir como un perro", ha declarado.