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La rápida ocupación del poder por parte de los talibanes tras la retirada de Estados Unidos y el resto de fuerzas internacionales ha devuelto a Afganistán los fantasmas del pasado. El miedo a represalias de los fundamentalistas se extiende por ciudades y pueblos, sobre todo entre quienes trabajaban por la apertura al mundo, el conocimiento y el empoderamiento de las mujeres. Este recorrido evocado por un país actualmente imposible de visitar toma como símbolo y referencia a Fátima, su primera y única guía de turismo mujer. Desde la seguridad de Italia, a donde logró ser evacuada in extremis en uno de los últimos vuelos de agosto, esta excepcional joven comparte con nosotros los detalles de su angustiosa huida. Ella era objetivo talibán no solo por trabajar, estudiar y estar en permanente contacto con extranjeros; también por su compromiso con la formación de las niñas y el activismo a favor de las afganas. Dos españoles que contribuyeron al éxito de su salida, el viajero Carlos Ferrer y la responsable de comunicación de la empresa GuruWalk, Clara Estrems, nos explican la complejidad de esta peligrosa operación, que les mantuvo en vilo durante muchos días. La alegría por su éxito, sin embargo, queda amortiguada por la preocupante situación de los miles que no consiguieron plaza en aquellos aviones. Esa sensación la conocen bien afganos como el periodista Subot Kohi y su esposa Roya Subot, desde cuya casa en la localidad madrileña de Nuevo Baztán reflexionamos sobre el presente y futuro de esa nación con seis mil años de historia. Paseamos la imaginación por Kabul y sus mercados, el encanto rural de la provincia de Parwan y el precioso valle del Panjshir. En Mazar-e Sharif nos dejamos inundar por la serenidad azulada del santuario de Hazrat Ali en compañía de una antigua residente de esa ciudad norteña, Farina Abdulfatah. Con Mad Aidar conocemos la turística zona de Bamiyán, hogar de los tristemente desaparecidos budas gigantes, antes de adentrarnos en Herat, la ciudad donde vivía y trabajaba la guía Fátima. Cerramos este especial homenaje con el viajero y escritor Juan Pablo Villarino, que dedicó un mes a recorrer Afganistán a dedo para demostrar que en ese país –como en todos– hay más gente buena que mala.

Noor llegó junto a parte de su familia hace un mes, en uno de los primeros vuelos españoles. Llegó a Kabul tras recorrer 1.000 kilómetros durante cuatro días de viaje. Quemó todos los documentos que lo relacionaban con España y dejó su teléfono móvil. Pese a que le robaron todo el dinero que llevaba, consiguió volar a España. Ahora intenta construir una nueva vida junto a su familia, pero está preocupado por el futuro de quienes se quedaron en Afganistán. Noor dice que su cuñado fue asesinado hace unos días y que algunos de sus familiares siguen escondidos para evitar ser localizados por el nuevo régimen. Su historia y la de otros compatriotas como Mahammad la cuenta Minerva Oso en este reportaje.

Francia ha mostrado su malestar con el acuerdo de seguridad anunciado entre EE.UU., el Reino Unido y Australia y que podría perjudicar un contrato de defensa entre París y Canberra.

Foto: El primer ministro británico Boris Johnson, el primer ministro australiano Scott Morrison (centro) y el presidente estadounidense Joe Biden asisten a una conferencia de prensa conjunta desde The Blue Room en la Casa del Parlamento en Canberra, Territorio de la Capital Australiana, Australia. EFE / EPA / MICK TSIKAS

Es el último desafío de Estados Unidos a China: un pacto de seguridad a tres bandas para contrarrestar el avance del gigante asiático. Una alianza con Australia y el Reino Unido para compartir tecnología militar avanzada. Australia obtendrá submarinos de propulsión nuclear que pueden acabar patrullando el disputado mar del sur de China, aguas que Pekín reclama como propias. Hasta ahora Estados Unidos solo había compartido inteligencia sobre estos poderosos submarinos con Londres.

De la Europa de la defensa, una de las aspiraciones dibujadas por la presidenta de la Comisión Europea, Von der Layen, en su discurso del estado de la Unión, al AUKUS, el anuncio del Gobierno del Reino Unido de un pacto a tres con Estados Unidos y Australia, en cuestión de horas, que sacude el tablero de seguridad mundial.

AUKUS va a permitir compartir seguridad cibernética, inteligencia artificial y sistemas submarinos y de largo alcance. Estados Unidos mueve ficha frente a la pujanza de China: suma otras siglas, otro club de seguridad militar y estrategia a su cartera. El primer ministro británico, Boris Johnson, anunciaba esta nueva alianza, con la que cree que el país puede hasta crear empleo. Esto ha activado las alertas en China, que acusa a Estados Unidos de socavar la paz y la estabilidad regional y los pactos de no proliferación. Pekín acusa al trío del AUKUS de utilizar las exportaciones nucleares como herramienta geopolítica. Este convenio permite a Australia el acceso a la tecnología necesaria para fabricar submarinos de propulsión nuclear. Deja en papel mojado el acuerdo de Francia con el país oceánico. 31 mil millones de euros, que han saltado por los aires en París. También ha despertado suspicacias en Nueva Zelanda ante el temor de que en breve puedan navegar por sus aguas submarinos con propulsión nuclear. La primera ministra neozelandesa, Jacinda Ardern, ha dicho que vetará la entrada en las aguas de su país a los futuros submarinos nucleares australianos.

Con los corresponsales de Radio Nacional en Washington, Fran Sevilla; en Londres, Sara Alonso; en Bruselas, María Carou; y en París, Antonio Delgado.

Estados Unidos, Australia y Reino Unido han llegado a un pacto de seguridad que contempla compartir tecnologías avanzadas e incluye apoyar a Australia en el desarrollo de submarinos nucleares. Félix Arteaga, investigador principal en seguridad y defensa del Real Instituto ElCano, ha explicado en 14 horas que el acuerdo “pretende contener la capacidad de influencia china”

Estados Unidos, Australia y Reino Unido han anunciado este miércoles conjuntamente un nuevo acuerdo de seguridad trilateral para compartir tecnologías avanzadas, que incluye el apoyo al desarrollo de submarinos nucleares por parte de los australianos, como parte de las medidas para contrarrestar a China en el Indo-Pacífico.

Así lo ha anunciado el presidente de EE. UU., Joe Biden, en una rueda de prensa desde la Casa Blanca a la que se han unido de forma telemática los primeros ministros británico y australiano, Boris Johnson y Scott Morrison.

Mediante este acuerdo, denominado AUKUS, los tres países buscan reforzar la cooperación en tecnologías avanzadas de defensa, como inteligencia artificial, sistemas submarinos y cibervigilancia.

China ya ha advertido que el acuerdo "socava la paz y la estabilidad en la región". 

Foto: El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, el primer ministro británico, Boris Johnson (D), y el primer ministro australiano, Scott Morrison (I) BRENDAN SMIALOWSKI / AFP