El Ejército birmano dirige con mano de hierro el país desde que dio el golpe de Estado en 2021 y ahora se enfrenta a un momento clave: caduca el Estado de emergencia y debe legitimarse en las urnas. Por eso, los militares quieren celebrar unas elecciones a su medida en agosto. Preguntamos a los expertos qué escenarios se abren en este momento y la mayoría coincide en que la situación, que muchos definen como “guerra civil”, parece abocada a verse estancada.
Según datos de las ONG locales, la Junta Militar ha matado a casi tres mil personas y ha encarcelado a 18.000 en los últimos dos años. Amnistía Internacional cree que se han cometido “crímenes contra la humanidad” y que, sistemáticamente, reprime a las minorías étnicas y a los sospechosos de simpatizar con la democracia. A pesar de este panorama, la resistencia sigue luchando y ha convocado a una huelga de silencio que ha dejado desiertas muchas calles del país.