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Un año después de los atentados de Hamás en Israel, la guerra sigue sacudiendo Oriente Próximo y sus territorios. El embajador del Estado de Palestina en España. Husni Abdel Wahed ha estado en el 24 horas de RNE donde ha admitido que sí cree en la paz, si bien está convencido que toda guerra "termina en acuerdos políticos, y esta no va a ser la excepción": "Lamentablemente, Estados Unidos, que es el patrocinador y suministrador además de protector y financista del Estado de Israel, dice una cosa y hace otra totalmente diferente".

El embajador ha calificado el diálogo existente como "diálogo de muerte": "Israel ha impuesto la única lógica que entiende, que es la muerte, el sufrimiento y el dolor [...] ¿Acaso es lógico pensar que por una acción se prolongue una guerra por más de un año? Y hay una amenaza de que esto se extienda para involucrar a otros", argumenta. Añade la crítica al mundo occidental, que considera que "ha impuesto una doctrina que se basa en el dominio a la fuerza".

Wahed se ha posicionado a favor de las palabras de Borrell en las que considera que el mutuo reconocimiento entre Israel y Palestina ha de ocurrir. Si bien, ha recordado que la Organización para la Liberación de Palestina ya ha reconocido el Estado israelí: "Falta que Israel reconozca los derechos del pueblo palestino a la autodeterminación y a tener nuestro propio Estado independiente", sentencia.

Desde que se llevaron a cabo los ataques de Hamás del 7 de octubre, VerificaRTVE ha tratado de determinar la veracidad de los vídeos publicados durante más de un año de conflicto, varios de ellos presentes en redes sociales. El proceso ha permitido discernir cómo ciertas acciones grabadas dan testimonio de crímenes de guerra cometidos tanto por Hamás como el ejército de Israel. En el mismo han dado cuenta desde ataques israelíes contra la prensa en el Sur del Líbano y hacia sanitarios en Gaza, hasta el asesinato de civiles israelíes desarmados por Hamás durante los atentados. La verificación se ha podido lograr gracias a una profunda labor de contraste y geolocalización, así como colaboración de medios y agencias internacionales.

Como alrededor del 90% de los palestinos, la familia de Mamdouh dejó su casa en Jan Yunis, una de las ciudades arrasadas, entre el sonido de las bombas y muertos de miedo. Meses después de malvivir en la tienda de uno de los campos de desplazados de la Franja, decidieron volver, pero ¿volver a dónde?

No queda prácticamente nada, apenas unos ladrillos sobre los que sentarse, ni nadie. Donde antes se escuchaba vida, ahora solo el ruido incesante de los aviones arriba y los escombros crujiendo bajo los pies de las pocas personas que han decidido regresar, abajo.

FOTO: Omar AL-QATTAA / AFP

Con un "estamos en guerra" Netanyahu ordenaba el 7 de octubre de 2023 atacar Gaza. Con el apoyo de EE.UU., la ofensiva empezó con ataques aéreos a la que siguieron las incursiones terrestres.

Según la ONU, Israel ha lanzado sobre la Franja 85 mil toneladas de explosivos. Como resultado de los ataques, 80 mil viviendas han sido arrasadas y al rededor de 42 mil palestinos hans sido asesinados. Se estima que 10 mil cadáveres siguen bajo los escombros.

"Es una operación contra Hamás", ha mantenido el primer ministro israelí desde el inicio. Algo que el jefe de la Autoridad Palestina califica como "genocidio". El Tribunal de la Haya dicta arresto contra Netanyahu por posibles crímenes de guerra, ya que a los ataques se suma el asedio a la población civil. Sin luz ni agua y con cortes a la entrada de ayuda humanitaria.

Una única tregua en noviembre permite recuperar a más de 100 rehenes a cambio de 240 presos palestinos. Ese mes los rebeldes hutíes de Yemen se suman al conflicto atacando barcos occidentales en el mar rojo en solidaridad con Gaza.

En abril, Irán, que apoya a las milicias antiisraelíes, ataca por primera vez directamente a su enemigo. Hace unos días volvió a hacerlo con cientos de misiles balísticos.

En septiembre, Israel hace explotar buscas y walkie-talkies de cientos de miembros de la milicia libanesa Hizbulá. Es el preludio al asesinato de su líder, Hasán Nasrala, y la invasión terrestre del sur del Líbano. Los ataques israelíes al país vecino dejan ya más de dos mil muertos.

En el mismo lugar y a la misma hora suena la última canción que se escuchó antes de que todo se detuviera abruptamente el año pasado en el Festival Nova. Familiares, amigos y asistentes han recordado así a los 300 asesinados por Hamás en este lugar. Después un minuto de silencio en el que solo se escuchaba el dolor de una mujer. El presidente israelí se ha unido a la ceremonia. 

En Jerusalén también a la misma hora sonaban las sirenas. Familiares de los 101 rehenes que siguen secuestrados han pedido su liberación. También una cadena humana en Tel Aviv ha servido para pedir que vuelvan a casa.

Por todo el país ha habido ceremonias y vigilias y ciudades de todo el mundo se han sumado a las manifestaciones de apoyo a Palestina y la liberación de los rehenes. Mientras los bombardeos sobre la Franja han continuado y son 42.000 los fallecidos en este año de guerra que comenzó el 7 de octubre. 

FOTO: AP Photo/Ohad Zwigenberg

Fueron los peores atentados en la historia de Israel. Muchos de los mil asesinados estaban en poblaciones junto a la Franja, los conocidos kibutz, donde un año después siguen presentes las huellas del 7 de octubre de 2023.

Las autoridades informan de que en Gaza todavía hay 100 rehenes israelís, pero creen que 35 de ellos podrían haber muerto. Mientras unas familias culpan a Hamás de que no haya tregua que devuelva a los cautivos, la mayoría de las familias de los rehenes y buena parte de la sociedad israelí culpa a Netanyahu de querer evitar un alto al fuego y preferir la guerra a cualquier pacto.

El mismo 7 de octubre de 2023 comenzó a cundir el pánico por una guerra regional. Abordamos con Laura Alonso, corresponsal en Oriente Próximo si los asesinatos selectivos de Haniyeh y Nasrallah, en Teherán y en Beirut, son una declaración de guerra por parte de Israel y hacia qué otros escenarios podría ampliarse el conflicto. Analizamos también la situación en Siria, Irák, Irán, y con Fran Sevilla desde El Líbano profundizamos en el nuevo frente abierto. 

El historiador, activista y político israelí Meir Margalit publica hoy El eclipse de la sociedad israelí. Atiende a los micrófonos de RNE desde Jerusalén. "Israel ha querido seguir viviendo esta historia, este victimismo. Quiere continuar sintiéndose víctima del antisemitismo internacional. Por eso sigue combatiendo porque se siente muy bien dentro de esta postura victimista. Lo único que sabe hacer Israel, hoy por hoy, es es combatir. Israel ha demostrado en este último año que es muy eficaz en ganar las guerras, pero Israel no ha logrado ganar la paz", expone el escritor.

"Hemos convertido Israel en una Esparta, un lugar que es casi ya imposible seguir viviendo", lamenta Margalit, que sostiene que el país se mueve en el "paradigma de las tres emes". La M de miedo, de mesianismo y de militarismo, explica: "Son los tres elementos que caracterizan a la sociedad israelí actual. El miedo, el cual acabamos de hablar constantemente. enemigos cambian de nombre, pero siempre tenemos uno frente a nuestra vista. El militarismo empezó tal vez como una necesidad, crear un ejército para salvaguardar el país. Pero esto ya es parte de la cultura nacional. El tercer elemento, menos conocido, el mesianismo. Se ha apoderado de la cultura del país. En su versión israelí actual, es un mesianismo que pretende purificar la tierra de Israel. Este mesianismo nos está llevando a un precipicio".

Entrevista completa en RNE Audio.

Un territorio, el más densamente poblado del mundo, de apenas trescientos sesenta kilómetros cuadrados está sometido desde hace más de quince años al férreo bloqueo israelí por tierra, mar y aire, con dos millones de habitantes, encerrados, y que en los últimos doce meses ha sufrido el mayor nivel de devastación desde la Segunda Guerra Mundial. Estos son los sonidos tras un año desde el 7 de octubre de 2023.

Hablamos con Nathalie Boucly, comisionada adjunta de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos (UNRWA), de las consecuencias humanitarias que está teniendo la ofensiva israelí en El Líbano, donde ya 380.000 personas viven ya en refugios. Aunque Boucly nos recuerda que lo peor se sigue viviendo en la Franja de Gaza, que puede caer en situación de hambruna si no llega la ayuda suficiente antes de que acabe el año. "Es una situación absolutamente terrible. Solo hay un 11% del territorio que no está bajo órdenes de evacuación. Es decir, la inmensa mayoría de la población gazatí está desplazada", subraya Boucly. Nathalie Boucly considera que la única solución no llegará por la vía militar, sino por la política, e insiste en la necesidad de alcanzar un alto el fuego inmediato en todos los frentes.

400.000 refugiados palestinos viven actualmente en el Líbano. Nuestro enviado especial, Fran Sevilla, ha estado en el campo de refugiados de Shatila con tres mujeres, las tres generaciones de una misma familia. Naheil tiene 82 años y nació en Acre, de donde fue expulsada por el ejército israelí tras la primera guerra árabe-israelí, en 1948. "Somos refugiados palestinos. No le importamos a nadie", nos cuenta Naheil. 

Su hija, Hiba, nació ya como refugiada hace 52 años. Como todos los palestinos que nunca han pisado Palestina trata de mantener viva la memoria. Ella recuerda momentos difíciles de olvidar como las masacres de Sabra y Chatila en 1982, tras la invasión israelí del Líbano. Hiba era entonces una niña de 10 años.

La tercera generación la representa Rawan, hija de Hiba y nieta de Nahiel. Tiene 26 años. Al igual que su madre Hiba, tiene el sueño de conocer algún día Palestina, la tierra de sus ancestros, de la que le han hablado sus abuelos. Y como todos los refugiados palestinos, confía en que llegue el día en que ese sueño se haga realidad.

 

Los territorios palestinos están divididos geográficamente, separados por el Estado de Israel. Por un lado, Gaza, y por otro la Cisjordania ocupada, donde la situación también se ha ido agravando en el último año. Desde el 7 de octubre, y según Naciones Unidas, ataques del ejército israelí y de colonos radicales han matado en ese territorio a más de 700 personas, 150 de ellas, menores. Desde 1967, los sucesivos gobiernos israelís no han parado de construir asentamientos en los territorios palestinos ocupados por colonos israelíes. Pese a ser considerados ilegales por la legislación internacional, más de 700.000 colonos, un 10% de la población israelí, viven en los 150 asentamientos más grandes. Nuestra compañera Cristina Sánchez ha hablado con uno de esos colonos, Markiel Bar Hai, que defiende esa tierra pertenece a Israel y que son los israelíes los que han conseguido que ese territorio sea próspero.

Escuchamos también las voces de los palestinos Omar Hajajleh y Abdalh Abu Awad, que han sufrido la violencia del ejército israelí y de los colonos. "Mi mujer estaba embarazada de ocho meses y medio. Mientras yo estaba fuera llegaron cinco soldados israelíes a mí casa. Sacaron a mi mujer a la calle, comenzaron a golpearla, la dejaron sangrando y se marcharon. Cuando regresé, mi mujer había perdido al bebé", nos cuenta Omar.

Por último escuchamos a un estudiante palestino de Periodismo en la Universidad de Birzeit, cerca de Ramalah, consciente del riesgo que supone desarrollar esa profesión en los territorios palestinos ocupados. Tan solo en Gaza, desde el 7 de octubre, el ejército israelí ha matado al menos a 180 periodistas palestinos.

A las 7.29 del 7 de octubre de 2023, cientos de personas, muchos jóvenes, asistían a un festival de música no lejos de la valla de separación con Gaza. A esa hora, el sonido de los DJ cesó abruptamente y dio paso al de los disparos. Keren Twig ha puesto voz a los mensajes que su hermano Yftah le envió desde su contenedor en el que permaneció cinco horas escondida: "Hay una guerra, disparos, misiles. Un coche azul venía detrás de nosotros, he empezado a correr y estoy en el contenedor de la basura. Somos ocho personas y escuchamos los disparos al lado. Están aquí pero no sé dónde están. Hay cuerpos entre la basura", relata. 

En el festival, Hamás mató a 364 personas, al tiempo que lanzaba cohetes, atacaba bases militares israelíes y los kibutz cercanos a la valla de separación. En total, unos 1.200 fallecidos en esos ataques, los peores en la historia del Estado de Israel, y más de 250 secuestrados. Jonathan Shamriz, hermano de Alon Shamriz, cuenta su historia y la de su hermano: "Me mandó un mensaje a las diez de la mañana diciendo que había terroristas en su casa. Pensé en qué tenía que decirle en un momento en el que probablemente no vuelvas a hablar con tu hermano. Le dije que le quería y que se mantuviese fuerte. Me respondió con un corazón y eso es todo", recuerda lamentado.