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Al menos 15 personas han muerto este jueves en la capital iraquí, Bagdad, en varias explosiones que han golpeado principalmente barrios chiíes.

Un coche bomba ha matado al menos a nueve personas y ha herido a 27 en un mercado en el barrio de Karrada, lanzando metralla al otro lado de la calle y destrozando los cristales de los edificios cercanos.

En el distrito de Kadimiya, en el noroeste de la ciudad, otro coche bomba ha costado la vida a cinco personas.

La tensión entre comunidades religiosas en Irak ha ido en aumento desde la retirada de tropas de Estados Unidos el pasado diciembre.

Los atentados se han multiplicado desde que el bloque parlamentario del primer ministro, Nuri al Maliki, se enfrentó a los ministros del partido suní Irakiya.

En la Audiencia Nacional ha comenzado el juicio a dos presuntos etarras por un atentado con coche bomba, en Santa Pola, hace 10 años. Murieron un hombre y una niña de seis años. El fiscal pide más de mil años de cárcel.

Un extranjero ha perdido las dos piernas en una explosión ocurrida al lado de un colegio de la capital de Tailandia, Bangkok. Según la televisión tailandesa, el extranjero herido sería un ciudadano de nacionalidad iraní llamado Saeib Morabi que portaba una bolsa negra con explosivos.

El teniente coronel Witthaya Poonsin, subdirector la Policía de Klong Tan, ha explicado a la prensa que el individuo primero ha arrojado una granada a un taxi que había intentado alquilar y luego, al verse perseguido por la Policía, ha intentado lanzar otro artefacto contra los agentes, pero se le ha escapado de las manos y ha estallado destrozándole las dos piernas.

Morabi ha sido trasladado al hospital Chulalongkorn para recibir atención médica. Otras cuatro personas resultaron con heridas leves en ambas explosiones.

La Audiencia Nacional juzga desde hoy a dos presuntos etarras por el atentado contra el periodista vasco, Gorka Landaburu, hace 11 años. Le enviaron una carta bomba que le causó graves lesiones. La fiscalía pide 23 años de cárcel para cada uno de los acusados.

Una cadena de atentados cometidos en Colombia en apenas 48 horas ha causado 18 muertos y 77 heridos. El gobierno culpa a las FARC; el presidente Santos a la guerrilla de hipocresía porque habla de proceso de paz pero sigue atentando.

Una oleada de tres atentados con bomba, que fueron atribuidos a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), causaron 18 muertos y 77 heridos en distintos lugares de Colombia en menos de 24 horas.

Esas acciones terroristas llevaron al presidente colombiano, Juan Manuel Santos, y al ministro de Defensa, Juan Carlos Pinzón, a cambiar su agenda y visitar el lugar donde tuvo lugar el atentado más mortífero: Tumaco, un puerto marítimo sobre el Pacífico, en el suroeste del país.

Allí, una bicicleta bomba estalló el miércoles por la tarde frente a una estación policial y causó 11 muertos y 61 heridos entre uniformados y civiles.

Los otros dos atentados tuvieron lugar en Villa Rica, en el departamento del Cauca, donde hubo seis muertos y 12 heridos; y en Cajamarca, en el Tolima, con una mujer muerta y otros cuatro heridos.