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La vicepresidenta económica del Gobierno, Elena Salgado, ha subrayado que los test de estrés han demostrado la "solidez del sistema financiero español"; ha asegurado que, si se hubieran tenido en cuenta las provisiones dinámicas "hubieran aprobado todas" y ha subrayado en numerosas ocasiones que "ninguna" entidad necesita más capital. "De los test de estrés se desprende la solidez de nuestro sistema financiero", ha señalado la ministra de Economía, para quien "este es un excelente resultado para las entidades". En rueda de prensa, Salgado también ha querido poner en valor que los resultados "proporcionan a los analistas una transparencia absoluta" sobre el sistema financiero español. En línea con lo que ya avanzó hace unos días, Elena Salgado ha dicho que "las provisiones dinámicas deben contabilizarse, puesto que tienen capacidad para absorver pérdidas futuras". "Si se contabilizaran, todas las entidades españolas aprobarían los test de estrés", ha asegurado la vicepresidenta primera del Gobierno, para quien la razón por la que la EBA ha dejado fuera estos componentes "es porque ha querido armonizar a todas las entidades europeas".

Manuel Romera, analista de IE Business School, ha considerado que "España no ha dado la talla" tras la publicación de los test de estrés a los bancos y cajas, que no han superado cinco entidades financieras españolas. Cree que estas pruebas miden algo muy complicado como es la solvencia y recuerda que el año pasado todos los bancos griegos superaron la prueba. Considera, además, que los análisis deberían ser más profundos.

Es la segunda vez que bancos y cajas hacen públicos los resultados de este examen, más duro que en 2010. Las autoridades quieren evitar que, como sucedió entonces, se cuelen entre los aptos algunos malos estudiantes, como los bancos irlandeses, a los que hubo que rescatar pocos meses después de darles el aprobado.

De las 90 entidades europeas que se presentan finalmente a la prueba, 25 -más de la cuarta parte- son españolas. Eso supone un 95% de nuestro sistema financiero, muy por encima de la media europea, que pone bajo la lupa al 65% de sus bancos y cajas. Su intención, dice la banca española, es demostrar la máxima transparencia.

Las pruebas de esfuerzo consisten en aplicar una simulación. ¿Qué pasaría con las cuentas de bancos y cajas europeos si la economía sufriese una brusca caída, si el paro se disparase, se desplomaran los precios de la vivienda o aumentase la prima de riesgo? Poniéndose en lo peor, las entidades deberían conservar al menos un 5% de capital principal, de alta calidad.

El sector financiero español critica que la autoridad europea considera aquí un escenario mucho más adverso que para otros países. También le reprocha que no tenga en cuenta las llamadas provisiones genéricas, un colchón que el Banco de España exige guardar para tiempos difíciles y que no es obligatorio en el resto de Europa. Pero aunque las entidades no soportasen la riada del descalabro económico simulado los analistas apelan a la calma porque España es el único país que ya tiene el dinero preparado para poder intervenir y tener tranquilos a los depositantes y a los contribuyentes.

La crisis de deuda sigue atizando el incendio de los mercados que no lo ven claro, y menos ahora que las agencias de calificación ya no solo miran a Europa -con nuevas rebajas a las notas de Grecia-, sino también a Estados Unidos, amenazada por Moody's y presionada por S&P, país que suspenderá pagos el 2 de agosto ni republicanos y demócratas no llegan a un acuerdo. Las Bolsas europeas, sin excepción, han reaccionado con pérdidas a estas noticias y las primas de riesgo de los países periféricos de la zona euro han aumentado ligeramente. En España, el Ibex-35 ha cerrado por debajo de los 9.600 puntos tras caer un 0,71% y el diferencial del bono español con el alemán ha cerrado en el entorno de los 313 puntos básicos, algo por encima del nivel de este miércoles (307). La aprobación por parte del Senado de Italia del nuevo y ambicioso plan de ajuste propuesto por el Gobierno, con el que pretende ahorrar 79.000 millones de euros, no ha servido para evitar que los principales índices de los parqués europeos cayeran por encima del 1%. Es el caso de la bolsa de Milán, que ha perdido un 1,07%; la de Londres, 1%; o París 1,11%. Números rojos también en los índices de Fráncfort, que ha caído un 0,73%; Zúrich, que ha retrocedido un 0,79%; o Atenas, un 0,5% abajo.