Toñi y su hijo Juan, de 5 años, caminan 6 kilómetros cada día para coger el autobús que les lleva desde Paiporta a Valencia. Allí acude a un colegio cerca del trabajo de Toñi, ya que el suyo continúa cerrado. Como este, multitud de centros siguen sin abrir un mes después de los destrozos de la DANA del pasado 29 de octubre. Izan prácticamente no ha salido de casa desde la tragedia. Su colegio sigue cerrado y en vez de niños y profesores solo hay miembros de la Unidad Militar de Emergencias. Casi 10 mil alumnos siguen sin poder ir a clase.
En cuanto a los más mayores, los de Bachillerato, podrán hacer las pruebas de acceso a la universidad un mes después. Algunos institutos continúan anegados y tienen que dar las clases en formato online. Unas circunstancias que dificultan mucho el estudio para unos alumnos que en unos meses se jugarán su futuro en la PAU.