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Escuchamos las voces de mujeres migrantes que no solamente se enfrentan al machismo de forma habitual, sino también se les suman una doble discriminación: una exclusión por cuestión de discapacidad, sexualidad o por origen. Zenib Laari, feministas, deportista de élite y campeona del mundo de Kenpo en defensa personal sobre la discriminación que sufrió con una profesora en el instituto: “Les dijo que una FPB sería más conveniente para mí. De todas formas, como era hija de inmigrantes marroquíes y musulmana, nosotros nos casamos pronto. Pues tampoco tenía mucho sentido que siguiese estudiando”.

Carla Girón estudió Magisterio en Honduras, pero en España ha trabajado durante casi 15 años en el servicio doméstico: “Somos mujeres que tenemos la capacidad de poder reponernos a cualquier circunstancia de la vida”. Mujeres como ella, que por fin se ven reconocidas con la ratificación del Convenio 189 de la OIT que reduce la precariedad laboral de mujeres que durante décadas han sido esenciales, pero precarias.

Informa Minerva Oso

La ministra de Igualdad, Ana Redondo, ha llamado a mujeres y hombres a movilizarse el 8M en una entrevista en La hora de la 1 en la que ha advertido de los discursos negacionistas del feminismo.

"Están en las instituciones", ha afirmado, y ha aseverado que el Partido Popular los está "normalizando, blanqueando" en sus acuerdos de gobierno con Vox en las comunidades autónomas.

"Todo se pueda dar la vuelta. Tenemos que estar muy pendientes para que esos movimientos no se lleven por delante los derechos que tanto ha costado conseguir", ha agregado, después de señalar unos discursos de "odio" que se centran en las mujeres, las personas migrantes y LGTBI.

(Entrevista de Manuel Sollo). Mujeres invisibilizadas, desaparecidas del relato histórico, olvidadas en los pliegues de los siglos. Como si no hubieran existido en las artes, las ciencias, el pensamiento, el poder, las guerras. Pero siempre han estado ahí, y su rescate ha sido uno de los objetivos prioritarios del movimiento feminista. La activista e historiadora del Arte Ángeles Taro contribuye a esta tarea con el libro Exaltadas, locas, modernas. Grandes mujeres que desafiaron al patriarcado (Bruguera). Una reivindicación primera vertebra sus aspiraciones: el acceso a la educación, y a partir de ahí, su incorporación a todas las profesiones y actividades. Las que se rebelaban contra el estatus de sumisión al hombre, las que alcanzaban puestos de poder, eran denigradas, sometidas, violentadas y finalmente, ingresadas en psiquiátricos o asesinadas. Con un estilo directo y provocador, la autora desmonta mitos y estereotipos sobre las supuestas limitaciones de las mujeres e ilumina a algunas de las que demostraron su valía y lucharon por su reconocimiento. Consciente de que la lucha feminista es imparable, Taro señala un nuevo desafío: ¿Hasta dónde seremos capaces de llegar? 

La región turkana, en Kenia, es una zona extremadamente pobre y rural donde la gente sobrevive a duras penas. Las niñas son, tradicionalmente, menos valoradas que los hombres y el matrimonio infantil es una solución común a la pobreza. Los padres creen que las niñas no tienen derecho a ir al colegio. Sin embargo, gracias a los voluntarios españoles de la Asociación Manyatta y a las Misioneras Sociales de la Iglesia, algunas de estas pequeñas han podido estudiar y ahora están en la universidad o han comenzado una vida independiente y empoderada.

Esta semana en Objetivo Igualdad hablamos de la brecha que sufren las mujeres que residen en Europa. En casi todos los países del continente las mujeres cobran menos que los hombres a pesar de desempeñar el mismo trabajo.

La brecha salarial supone una diferencia del 20% en España entre hombres y mujeres si se mira el salario anual bruto, mientras que se reduce a un 10% si se considera el salario por hora. La economista y profesora de la Universidad Pompeu Fabra, Libertad González, indica que la familia y la llegada de los hijos es la "fuente principal de la brecha". "Hombres y mujeres jóvenes son muy parecidos, según pasan los años, los hombres se mantienen, pero a partir de la maternidad las mujeres reducen su participación en el mercado de trabajo y de manera persistente ganan menos", apunta. Las mujeres dedican mucho más tiempo a la crianza y al hogar que los hombres, y "mientras sigan existiendo estas desigualdades de género seguiremos viendo brechas en el mercado de trabajo", concluye.