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China y EE.UU. se están retando en el campo de batalla de la moneda. El yuán chino es ya la divisa más utilizada en pagos transfronterizos, por delante del dólar. Rusia, Arabia Saudí y Brasil pagan a China en su propia moneda. Y no sólo hay razones económicas, también políticas.

Cuando arrancó el mileno, el dólar representaba más del 70% de las reservas en moneda extranjera de los bancos centrales del mundo, según datos del FMI. La cifra más actualizada muestra que ya no llega ni al 60%. Sin embargo, el yuan, que se presenta como posible alternativa, aunque ha experimentado un importante crecimiento en los últimos años, representa sólo el 3% del total. 

China está tratando de internacionalizar su moneda, pero está encontrando formas alternativas, dado que un proceso rápido le llevaría a perder el control de la divisa. El proceso parece acelerarse a jucio de lo expresado últimamente en algunos acontecimientos. Por ejemplo, en la última visita del presidente Xi Jimping a Rusia, el presidente Vladimir Putin le dijo al mandatario chino que estaba dispuesto a comerciar en yuanes con países del resto de Asia así como los africanos y los de América latina. 

El proceso es lento y parece complicado, según los expertos consultados, que sea rápido y, si lo es, pacífico. El dólar sigue siendo la moneda dominante y da grandes ventajas a Estados Unidos.

El oro es otro de los recursos que Ghana tiene en abundancia, es el primer productor del continente y el sexto a nivel mundial, pero son sobre todo las grandes compañías extranjeras las que controlan el 70% del sector. Se llevan el oro sin refinar, sin añadir valor al producto.

El euro y el dólar ya han alcanzado la paridad, es decir, valen lo mismo. Incluso este miércoles, por un momento, el euro ha llegado a estar por debajo del dólar. Esto tiene consecuencias para las economías que usan la moneda comunitaria. La debilidad de la moneda comunitaria afecta tanto al comercio exterior como, por ejemplo, al turismo.

Foto: GETTY